Entramos en el rico panorama sintetista de Rusia. Lo primero que hay que advertir es que aquí, la forma de proceder es muy distinta a Occidente. Si bien la Berlín School está muy marcada en algunos de sus compositores. No es éste el caso. Será por su punto de vista ante la vida, condiciones meteorológicas, sociales o políticas, pero la prog-electrónica rusa, realmente, es diferente. También porque en muchos casos utilizan sus propios aparatos de fabricación nacional, los cuales tienen su particular sonoridad.
Alexei Borisov comenzó como guitarrista en los primeros 80 en bandas new wave, mod y rock (Night Prospekt, Center). En los 90 estuvo en diversos efímeros proyectos art / noise / industrial (Joint Commitee, Atomic Bisquit Orchestra, Sever). O colaborando con grupos-performance como North (Rusia), KK Null (Japón ), Jeffrey Surak (USA) o Leif Eggren (Suecia). También con video-artistas como Román Anikushin. Ha sido Dj en clubs y radio, además de periodista en diversas publicaciones musicales. En el 2002 editó su primer álbum, "Before the Evrorement". Siendo el que hoy traemos su continuación del 2004.
Extraños sonidos cibernéticos entrecortados nos presenta "Revlon" (5'26). Música para un imaginario documental desquiciado y enloquecido, en el que las inquietantes imágenes en b/n transcurren a toda velocidad. Al menos así me lo imagino.
"Old and Metallic" (3'01) fue grabado en vivo en Tallinn, en 2003. Experimentación extrema que deja a Conrad Schnitzler convertido en un popero.
"Dense Drift"; (5'39) es la vibración revolucionaria de una nave industrial vacía, donde las máquinas se lamentan con propia vida de su esclavo destino.
"Blue Vinyl" (2'29) tiene visos de un sketch psicológico para patologías profundas peligrosas. "After the Prime Time" (2'54) parece música lounge del siglo XXX, con susurros del propio Borisov. En "Dew" (4'09) chocan frontalmente la bonita voz de Angela Manukjan y la gamberra electrónica anarquistoide de Borisov. Temible.
"Opuscule" (1'20) burbujea alguna sustancia orgánica de otro mundo, como nacimiento de un ser alienígena. Natalja Bessarabova (joder con el apellido!), incluye susurros en "L. Y. Match"(2'52) como una emisión perdida de otro mundo, flotando durante eones en la infinidad espacial. "Zaraza (Volume 1)" (9'34) nos muestra un mundo desolado, habitado sólo por inexpresivos ectoplasmas mutantes, con emisiones de radio en castellano de algún programa olvidado sin audiencia humana que lo escuche. Imaginación al poder.
"Polished Surface of a Table" (4'25) podría parecer el sonido cabreado de las máquinas ciberneticas amotinadas al hombre , fusionandose con la propia naturaleza humana. Acaso no lo están intentando ya?
"Rotor" (3'00) sería el éxito de ése motín, en un mundo dominado por cerebros orgánico - nano - chip sometiendo a una humanidad derrotada por sus mismas enseñanzas.
"My Voices" (4'23) sugiere un post - caos de ciudades arrasadas y vacías. Como en "Omega Man", vaya. Finalizando con "Bridal Book" (2'00) y más sonidos electrónicos desagradables.
Esto sería la "anti-new age", porque Alexei Borisov busca la belleza de la catástrofe, la estética feista del ruido electrónico afectando tus neuronas. Es un ciber-punk sintetista. Tres discos más lo corroboran, siendo "Elektrokooperativ" (2010) su último atentado sonico. Desde entonces, se ha unido a Fake Cats Project, editando cinco álbumes con ellos del 2015 al 2016.
"Polished Surface of a Table " es una obra arisca y difícil, de muy retorcida escucha. No recomendable para gente no iniciada ni personas impresionables. Su mensaje oculto, casi psiquiátrico, lo hace un disco peligroso para los estados de ánimo. Hecho por un verdadero terrorista del sonido. Quedan advertidos.
J.J. IGLESIAS