Este es uno de esos casos que le va "a encantar" a mi compañero y amigo Alberto Torro. Productor norteamericano de Miami, se va a mediados 70 a New York e ingresa en la factoría Sire Records como productor en plantilla. Ni que decir tiene que entra a formar parte de ese "gran elenco", círculo elitista intocable por la no menos intocable critica musical del momento. Grabando alrededor de 150 álbumes de "artistas tan consagrados y respetables" como Ramones, Suicide, Talking Heads, Richard Hell o Blondie, por poner sólo unos pocos.
.....Que seguro que el tío por esos tiempos se descojonaba de los petulantes sinfonicos, progresivos y demás "vejestorios" del Jurásico de antes de ayer, no me cabe la menor duda. A juzgar por la elección de sus producciones. Músicas ramplonas, efímeras y pasto de modas del momento, que iban a salvar a la humanidad de ésa peste intelectualoide, pretenciosa y decadente, que simbolizaba para los popes lumbreras de la prensa musical y aledaños, el "odioso" rock progresivo (and relatives).
Y así estuvo el señor Craig Leon ofreciendo sus servicios y sabiduría tecnológica (de la que no dudo), a tan insignes mediocridades, hasta el año 98. Imagino que asqueado, aburrido y engañado, por dedicar toda una vida a dar a conocer nombres que pasarán a la historia de la música por sus camisetas de rebajas en el H & M. Menos mal que le hizo más llevadera su cruz, encargos variados para TV, soundtracks y toda clase de encomiendas......Juegos deportivos en Dubai.....hummm. ....Por en medio, en 1981 editó "Nommos" y en el 82, "Visiting", obras de visión vanguardista - electrónica. .....ooooops! Y eso? Acaso vio la luz eterna de la sabiduría tras un hartazon de pastis en un backstage con el zombie verdoso de Joey Ramone? Le influenció el rock'n'roll subnormal - minimal sintetizado lo-fi de los psicópatas Suicide?.....Quién sabe. Quizá fuera todo un ejercicio de redención. Lo que no es muy coherente es que te pegues la vida defendiendo ésa cruzada, para acabar ahora haciéndose el Walter / Wendy Carlos, en un homenaje al 50 Aniversario del Moog Modular 55 con material de Bach, como hiciera en los 60 el susodicho/a. Vetusto, magnético e icónico aparato para los que amamos éstas músicas, que tuve el sagrado placer de ver en acción interpretado nada menos que por el propio Keith Emerson, a escasos cinco metros de mi persona. Ahora modernizado, recauchutado y tuneado para duplicar sus prestaciones respecto al original. Colabora Jennifer Pike al violín y la Sinfonietta Cracovia. Edita Sony Classical. Buenos contactos, Mr. Leon.
La presentación del álbum es preciosa, y la selección elegida, extraordinaria. Incluyendo en la segunda cara parte de "Brandenburg Concerto " y las "Variaciones Goldberg". La participación de Craig Leon, sin ser la de un virtuoso, es muy inteligente. Fusiona con tacto quirúrgico la electrónica con la orquesta. Sin que en ningún momento se convierta esto en una batalla campal entre analogía FM contra orquesta sinfonica. El respeto hacia la sobriedad barroca es absoluto, y los sonidos del Modular están perfectamente integrados en un todo global que entusiasma, (si no se es un talibán de las masterworks sinfonicas), y sí un amante total de la electrónica de buen gusto. De la cual León usa, pero no abusa. Su participación es legítima, decorosa, elegante y respetuosa ante la obra de Bach. Tengo que reconocer que es un disco que me ha gustado mucho, aún con el "turbio pasado" del señor teclista. Dos conclusiones saco durante la reflexión / escucha del disco. Que Bach la hubiera gozado con el Modular Moog 55.......y que nunca se hubiera juntado con los Ramones !!!!!
J.J. IGLESIAS
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