El estar casi dos semanas con el PC muerto es una sensación extraña. Mi disco duro, marcaba 37.652 horas de uso y el resto de los componentes me pedían la jubilación a gritos. Una mañana de dijo que basta, se despidió a la sueca, que oportuno. Los cuidados paliativos y los intentos de reanimación no sirvieron de nada. El coma digital era irreversible. Solución: ordenador nuevo y este es el primer artículo que redacto con la nueva criatura.
En los tiempos en los que la tecnología no se había convertido en una insana adicción, todo era mucho más sencillo: escribías un artículo a máquina, lo ponías en un sobre, pegabas un sello y lo enviabas. Tan felices éramos. En estos días he notado cierta ansiedad que la he intentado paliar con lectura y audiciones de vinilos. También a ratos me ponía a dibujar o a tocar la batería. No soporto la TV salvo para descojonarme del circo de la miseria política, las enfermedades nacionalistas sin remedio, las noticias asquerosas repletas de maldad y el desprecio informativo manipulado destinado a volver a la gente más estúpida de lo que ya es. Si para colmo odias los deportes como es mi caso y los programas pseudocientíficos, solo te queda masturbarte y si sales de casa ponerte ciego de cervezas en el bar y fumar en la puerta en la mesita destinada al uso. El único ejercicio vegano que hago es la ingestión descontrolada de lúpulo, cebada y malta que intento acompañar con anchoas, queso fuerte, embutidos y ahumados. Lo interesante para equilibrar la ingesta sería follar, pero eso a mi edad, ya empieza a ser más complicado.
Bueno tocaba “Tardigrade” la flor y nata de Simon Says. Yo tengo mis discos favoritos en las más de cinco décadas que llevo en esto. Algunos han soportado el paso del tiempo otros no tanto. No me suele gustar la gilipollez esa de los diez discos que te llevarías a una isla y todas esas cursiladas hippiosas que se suelen decir. La cifra de discos es muy relativa dependiendo del estado de ánimo en el que te encuentres en cada momento. Si estuviese en una isla lo que menos me interesaría sería ponerme música y estaría pensando en cómo cojones salir de ahí. Una isla es un coñazo y un peligro. Si te pones malo te mueres. En una ciudad hay mucha más mierda y por ello es más fácil sobrevivir. Todo es química: nada más. Al fin y al cabo es de lo que estamos hechos. Cuando te mueres la biología tiene su proceso y todo desaparece. Por ello una farmacia es tan importante como un bar y en casa se está muy bien. Cualquier filósofo sensato te lo diría. Toda revolución es una tara de la juventud y de la inexperiencia. Ya están hechas todas las revoluciones y todas han fracasado. La única revolución a la que debemos prepararnos es a la individual y la música es muy importante: la buena música solo piensa en el oyente, es individual: sólo es para ti y así ha sido siempre.
Los viejos amantes de los Genesis hasta el 77, saben definir perfectamente que disco de cabecera debe estar en la estantería. Los he puesto de ejemplo, también podría ser otro grupo sinfónico por supuesto. Durante las últimas décadas van apareciendo joyas puntuales, no muchas, es cierto, pero claro, en tu archivo mental ya está la base de lo que te va a agradar. “Tardigrade” fue una joya que a muchos les pasó desapercibida. Si amas discos como “Ever” de IQ o “Stardust We Are” de Flower Kings, este debes tenerlo porque te va a aportar la misma emoción cuando lo oigas.
“Suddenly The Rain” (14.48) tiene tal fuerza expresiva a la “antigua” sinfo-prog que te va a desarmar por completo. Imagina el mejor Látimer-Hackett-Phillips y añádele algo de Yes (cuando eran buenos) y piensa en una hermosa melodía que te lleva a dónde quieres porque eres un alma buena y generosa y te enternece pensar que hay algo bueno en la vida y en los hombres que la habitan. Ya no estás tan “solo”, en tu cabeza piensas que hay cosas que merecen la pena aunque sea en el exclusivo e imaginario mundo de la música. Pero siempre es imaginario no lo olvides. Esas personas “solas” que solo están en conexión a través del mundo de la música. El único concepto de dios que entiendo es la música. Nada más se le aproxima. Y allí me parece ver sonriendo a gente que no conozco pero que de alguna manera estamos comunicados. Es extraño. Pero quienes me entienden lo saben.
“Tardigrade” (3.43) es Gentle Giant vibrante y poderoso, como debe ser, ¡que cojones! Se agradece. “The Chosen One” nos acaricia con acústicas de las de siempre, de las que tú sabes, con el mellotrón que tan bien conoces. ¡Es música chaval! Y de la mejor que puedas imaginarte. Sinte…quiero sintetizador ¡pues toma! y a gusto y la guitarra me persigue y me pilla qué más puedo pedir…?. Todo es exultante, magnífico, porque soy un sinfónico deplorable y cojonudo que hostias!. “Moon Mountain”…gracias Steve Howe por prestarme la idea, española en ristre.
“As The River Runs” (10.40)…que extraña empiezas hija mía, con ese moog gótico y ese mellotrón algo crimsoniano de que alguien jodido se encuentra en una celda rodeada en piedra. El Emerson juguetón de pianola viene a visitarnos y pronto destapa el big moog. El paisaje sinfónico a la Génesis-ELP se mezcla a la perfección en la euforia sonora que todos pedimos en buena armonía y composición que es lo que se debe hacer en estos casos. Nada de timidez… vanagloria y vanidad sinfónica. “Strawberry Jam” deja que la batería perfile el tema en esos ritmos que me encantan a la Bruford-Collins…sacude…sacude y buen marcaje de caja-platos sincopados.
“Circles End” desgrana acústicas nuevamente y el mellotrón-flauta nos acuna como a niños sin pañales para que meen felices en la hierba y retocen en La verde- lluvia…theremin…? Si eso parece y el piano eléctrico acompaña a sinte y mellotrón que ya les ha dado por conversar plácidamente….Entangled…ufff podría ser esa transfiguración final. “Brother Where You Bound”…26 minutos… ¿que me dices? un Supper´s Ready?... una super sinfonía prog en toda regla. Si empiezo a definirla y a desmenuzarla no voy a terminar nunca. Mira al cielo… se han abierto las nubes?...pues vamos para allá. Venga sintes a porrillo, melodías interminables, gozo celestial. Los sinfónicos nos lo merecemos. ¿Quién si no?
Que mejor gente que nosotros para decirle a todo el mundo que somos gente cojonuda que nos gusta la mejor música que existe en el universo y que no somos para nada engreídos…?...jajajaja, sí que lo somos, claro que sí y el descojono que nos produce porque quieras o no somos frikis pero también decidimos cuando nos apetece o no. Qué más da. “Tardigrade” es un álbum para tener. De esos que no defraudan. Que el tiempo no los empequeñece. Pero como siempre tú decides.
Alberto Torró
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