Los Goblin se convirtieron en grupo de culto prog por sus bandas sonoras dedicadas al cine de terror de serie B de los filmes del italiano Darío Argento y a ello dedicaron la mayoría de su discografía.
Pero antes de convertirse en Goblin grabaron un LP con el nombre de Cherry Five que me atrevería a decir es bastante más progresivo e interesante que sus trabajos posteriores que casi entran en el mundo del frikismo satático coleccionista de la oscuridad y las sombras del “innombrable” por muy prog que se las pretendan. Claudio Simonetti es un teclista y compositor muy respetado en Italia. Su formación es la de músico “serio” venido al rock. Hay casos parecidos. El propio Emerson dedicó la segunda parte de su vida a componer música mediocre para películas malas de bajo presupuesto y llegó a coincidir en algún encargo con el propio Simonetti. A mí siempre me ha parecido un desperdicio que músicos de esta categoría y capacidad para la composición hiciesen trabajos por encargo muy por debajo de sus capacidades como músicos tan solo por un puñado de dólares como diría el Sergio Leone. En el caso de Keith que llegó a componer un maravilloso concierto para piano y orquesta es más doloroso. Estoy seguro que le pudo la pereza y la comodidad y ya no hablemos de su estado anímico que al final lo llevó al suicidio.
Simonetti fue y es paralelamente al igual que Keith Emerson y algunos compositores japoneses actuales, de los pocos músicos de rock progresivo metidos en el séptimo arte (es un decir lo de arte), lo que pasa es que su música ilustra historias de zombies, vampiros, demonios y otras criaturas graciosas del averno. Poco serio, pero de ello vive. Se hizo muy buena música sinfónica para el cine entre 1930 y 1960 la mayoría de ellos grandes compositores clásicos del siglo XX: Prokofiev, Shostakovich, Copland, Arnold, Korngold, Rözsa, Rota, Mancini o Bernstein entre otros No puedo decir lo mismo de las últimas décadas vía Williams y sus Star Wars y sucedáneos, pero ahí entramos en lo personal y en los gustos de cada uno.
En 1975 el rock progresivo estaba ya casi en el límite, pero todavía en la cumbre. Los discos “grandes” ya se habían grabado y esta formación italiana reunió todo el concepto progresivo-sinfónico en un álbum que no tuvo la repercusión que se merece pero que a mi juicio es uno de los buenos trabajos que se hicieron para la factoría del RPI. Tal solo un detalle le habría faltado: cantar en italiano y no en inglés.
“Country Grave Yard” es un extraño híbrido entre Yes King Crimson ELP y Caravan en ocho fluidos mtos que mezclan la fusión con el sinfónico como si nada. La calidad instrumental es alta y de músicos muy sueltos y experimentados. No me gustan las voces, aunque tampoco digo que me molesten. La música es animada y muy rápida y esto también sería algo habitual en Goblin. Hay mellotrón y órgano de forma generosa.
El Retrato de Dorian Grey es la siguiente composición algo más pausada en acústicas y sonidos entre emersonianos y genesianos pasados por Yes. Lo dicho: aunaron lo que progresivamente se estaba haciendo hasta entonces. No puede hablar de una originalidad porque no la hay, pero cubren bastante bien la papeleta en una buena interpretación del estilo de todos ellos. También tengo que decir que no parece para nada un grupo italiano, y que la mala pronunciación en inglés les delata como delataba a la PFM cuando firmaron por Manticore. La guitarra solista de Mássimo Morante está en esa línea fusión de la época: Coryell-Suñé-Di Meola que le da su punto de gracia. Algo de Gentle Giant-Gryphon incluso Greenslade con reservas puede intuirse, pero al no ser ingleses la forma cambia y se queda la influencia no ya el estilo. Cierta ambientación prefigura en el “cisne asesino” al Goblin oscuro pero todavía la música es lo suficientemente positiva como para llegar a ello.
Y casi encontramos un Canterbury temprano a la Caravan con voces a lo Yes primigenio que resulta chocante en la segunda parte del “cisne” y si no observad la rítmica-teclado-voces algo abarrocada incluso. “Oliver” con sus nueve minutos ya es casi Emerson-Goblin con sus ásperos acordes y tonos y rítmica a la Palmer. El sinte nos lo confirma, pero las voces arruinan un poco la temática. Aquí Yes no pega, pero el órgano épico a la Keith equilibra la pieza que termina en vericuetos algo jazzy y todo se equilibra. “My Little Cloud Land” nos recuerda otra vez a los Gentle Giant y Simonetti se luce con una variedad de teclados deslumbrante y trazos de jazz fusión otra vez cruzada con sinfónico clásico y algunas peculiaridades más propias del progresivo británico primitivo que del RPI. Pero reconozco que todo esto está francamente bien hecho y los tipos tocan realmente bien. Este es un álbum atípico del progresivo italiano pero a la vez forma parte de él. Lástima no emplear la lengua madre porque habría ganado muchos enteros.
Alberto Torró
Temas
1. Country Grave Yard 00:00
2. The Picture of Dorian Gray 08:20
3. The Swan is a Murderer Part 1 16:50
4. The Swan is a Murderer Part 2 20:51
5. Oliver 25:53
6. My Little Cloud Land 35:26
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