Con una preciosa portada y un programa de más de una hora se edita en 1998 el segundo CD del grupo.
Durante los años 90 las ventajas del compacto permitían llegar a duraciones de casi 80 mtos de música. Esto podía tener una contrapartida para los amantes de la patología vinílica que siempre se quejaban de la excesiva duración de un CD y si además el nivel de calidad del programa presentado tenía sus altibajos, más a su favor. Acostumbrados a “dar la vuelta” al LP a los 20 mtos, nos permitía un mayor control de lo que estabas escuchando, pero cuando en un CD de 70 o más mtos se acumulaban demasiadas canciones o instrumentales se perdía el hilo argumental salvo que siguieses el pequeño encarte o libreto interior con atención. Esto os puede parecer una chorrada, pero no lo es, porque la psicología del melómano es muy especial. Con el repelente CD había que cambiar el chip en la forma de escuchar música. Yo como ardiente defensor digital por aquella época llegué a considerar los discos de vinilo como molestos cartonajes que ocupaban espacio amén de ser unas antiguallas que acumulaban polvo y odiosa electricidad estática. Fui traidor y posterior converso como muchos de mi generación. Hoy vuelvo a coleccionar esas carpetas que se abren más por nostalgia que por otra cosa porque reconozco que salvo contadas excepciones la mayor parte de mi escucha ya es en mp3 y ni siquiera en compacto. Algún día haré una pira funeraria con todo a modo de liberación y me dedicaré a criar caracoles de invernadero o a mirar a las lagartijas al sol y observar como meditan. En la vida todo cansa os lo aseguro. Hasta lo que más nos gusta.
Bromas aparte este “Robin Delle Stelle” de los CAP es una delicia de principio a fin. Solo cinco temas de 9 a 18 mtos todos ellos. Suites sinfónicas para el sinfónico más recalcitrante del planeta como siempre me he autodefinido y además me crea una perversa satisfacción. Ahora hay un día internacional para cada colectivo o tema social así que debería crear el día del orgullo sinfónico y salir disfrazado de mellotrón.
La maravillosa “Signori dell tempo” (14.00) con voces siempre en italiano (no me gusta que en el RPI se cante en inglés, al César lo que es del César). Las melodías y oleadas lujuriosas instrumentales se suceden mientras el minimoog proclama su poderío. Ese pequeñajo bicho de madera de tres octavas y media tiene más peligro y cojones que cualquier otro instrumento electrónico y sin él la música prog clásica no tendría su sello inconfundible. Con CAP puedes disfrutar de él a gusto al igual que con el resto de arsenal teclístico y guitarrero que despliegan en una música plena y rica en matices. La ventaja del prog es que conviven varios mundos a la vez y jamás pueden aburrir a un oído acostumbrado a puertas abiertas y variados parajes sonoros. Un viaje mental constante al que otras músicas y estilos no acceden. Mahler decía que su música debía abarcar el mundo entero, todas las cosas, todas las dimensiones. Sibelius por su parte decía que la sinfonía debía ser una “gran melodía” una emoción completa. Pensaban a lo grande y ¿que es el rock sinfónico sino pensar a lo grande?.
Todas las grandezas de este disco se superan unas a otras o quizás es siempre la misma grandeza: la fabulosa “Robin delle Stelle” (12.52) con sus coros femeninos y sus líneas épicas o la deliciosa “Lontana Lucia” (11.11) con esa poesía sonora típica de la delicadeza sinfónica melódica italiana que culmina con la compleja “Soli sull´Olimpo” (18.05) y la envolvente y adictiva “Robin …again” (9.41). Música expansiva. Quizás una etiqueta más precisa que “progresivo”. Hay ingredientes sonoros que parten de muchas fuentes para que las posibilidades de jugar con ritmos, melodías, acordes, notas, timbres no tengan que clasificar a la música en estilos cerrados. Todo cabe en la imaginación del compositor que al igual que un hábil cocinero debe saber utilizar los ingredientes que tiene a su alcance.
En música, siempre lo he dicho y lo afirmo, es importante el impacto emocional, la energía y la imaginación, pero no siempre hay manos y mentes que consigan emocionarnos. CAP no son algo diferente que sorprenda por su originalidad. Su música es la de siempre. La bien hecha y realizada con el componente melódico imprescindible para los que gustan de horizontes amplios y viajes épicos, pero es música con mayúsculas y la realizan con honestidad y entusiasmo porque es en lo que creen. En lo que siempre hemos creído los sinfónicos recalcitrantes orgullosos de serlo. Música…la de verdad.
Alberto Torró
Temas
1 Signori Del Tempo 14:00
2 Robin Delle Stelle 12:52
3 Lontana Lucia 11:11
4 Soli Sull'Olimpo 18:05
5 Robin ....Again 9:42
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