Ya metidos en el siglo XXI CAP editan su tercer CD en línea continua con sus antecesores. Temática medieval, bonito dibujo de portada y estética preciosista en la línea más radical del sinfonismo RPI. Es decir, de los míos.
Respondía a JJ Iglesias en los comentarios del disco anterior de las peculiaridades de adentrarse en la tercera edad. Además añadiría, que son muy parecidas a cómo te ven los demás en la infancia. Son dos caras de la misma moneda. De crío nadie te hace caso y eso nos hacía llorar y patalear. De mayor pasa lo mismo. La diferencia es que ahora jubilados ya nos obvian por completo, pero eso nos causa risa y satisfacción y lo mejor de todo: alivio. Dejan de darte por el culo. El maravilloso don de lo políticamente incorrecto. Se cierra el círculo y te das cuenta de que los únicos momentos válidos y reales en la vida son la niñez y la vejez. Todo lo que acontece entre medio es una mascarada teatral y falsa. Nacemos sin prejuicios. Luego nos drogan y manipulan mentalmente durante las siguientes cinco décadas y terminamos de payasos anarquistas en el individualismo más extremo y liberador. Es curiosa la evolución, aunque no a todos les ocurre evidentemente. A los 20 años de edad las posibilidades de escuchar música son inmensas y variadas, pero a los 65 hay que seleccionar lo imprescindible según el gusto de cada uno. Más que nada porque el tiempo se agota y uno ya ha encontrado su zapato más cómodo y agradable. Todo lo demás es una pérdida de tiempo. Os hablaría de un “pragmatismo útil”. Emplear el tiempo que nos queda a los más veteranos en escuchar exclusivamente la música que nos gusta. Esto es fácil de entender con una mínima lógica.
CAP están dentro de esa música que quiero seguir escuchando. Ya tengo apartados muy definidos. La música que estremece y que nos hace sentir mejor. Claro que son muchos desde luego, toda una vida escuchando música crea un pesado fardo, pero llega un momento que hay que separar el grano de la paja. Nada tan reconfortante como un cómodo sillón, un par de gatos encima, un reposa pies, un buen tabaco, un té aromático, una copa de buen reserva de lo que sea, una chimenea con brasas y a Maurice Ravel con cascos. Espíritu aristocrático sin duda. Importante encontrar la posición donde no te duelan las articulaciones y un buen antinflamatorio y ansiolítico a mano por si acaso. Ya veis todo rock & roll.
El blanco reino de Dooah es una delicia de principio a fin. De clásico rock sinfónico setentero donde ves desfilar todas las influencias del estilo con el que crecimos. Las melodías hermosas, los pasajes cautivadores, las orquestaciones suntuosas, los ritmos de cadencias variadas y entretenidas. Anciana música de eterna juventud intemporal. Casi 70 mtos del jardín de las delicias musicales. Incluidas largas suites y riqueza que ofrecer. Cuanto respeto a las formaciones que son fieles a su estilo. Que no echan a perder lo conseguido previamente en otros discos. La inestabilidad creativa o vender el alma al diablo es una enfermedad que corroe a muchos grupos a lo largo de la historia del rock progresivo. En caso contrario es mejor parar a tiempo. CAP lo han hecho bien. Poco pero bueno. Como debe ser.
Alberto Torró
Temas
Intro 1:24
Opener 7:56
L'Attesa 3:31
L'Illusione Della Sfera 8:51
Luna Impigliata Tra I Rami 2:21
La Danza 3:34
Ginevra: Regina Senza Regno 6:32
Grande Ombra Gentile 4:12
Pastelli 7:18
Il Regno 22:15
Dooah 6:46
Nota: si te gusta el artículo compártelo (Facebook, Twitter, g+, etc) pulsando en
que está al final del artículo, de esta forma contribuirás a la continuidad del blog. Gracias