El título de este disco es muy inspirador. Bellas hay muchas, pero hay muchas más bestias. El carácter apasionado de los que hablamos castellano tanto de los autóctonos como los del resto de países de habla hispana tenemos esa “peculiaridad” y llevamos colgado ese sanbenito de macho latino o latin lover. No es nada de lo que estar orgullosos os lo aseguro y si no mirad las estadísticas de violencia pasional y de las barbaridades cometidas en nombre del amor.
Recuerdo una entrevista a Salvador Dalí ya en los últimos años de su vida y cercano a la demencia donde le preguntaban si era un hombre feliz y él contestó que la verdadera felicidad del hombre viejo era levantarse por la mañana y ver que ya no se le ponía dura. Jamás escuchareis un pensamiento filosófico tan profundo. Que ya no se te ponga dura significa que ya has trascendido más allá de los falsos deslumbramientos de la vida. La eliminación de las emociones y de las pasiones solo pertenece al mundo del absoluto conocimiento. De la absoluta sabiduría. Hay que ser consciente de que el amor es una enfermedad de difícil cura. Es un motor de desgracias más que de alegrías. Otra cosa es el afecto y el aprecio. La obra del monstruito y la chica guapa pertenece a una escritora francesa del siglo 18 llamada Gabrielle Suzzane Barbot y luego hubo otras versiones en siglos posteriores. Es una obra de una maldad sofisticada: el desgraciado monstruo tiene que conseguir el amor verdadero de la protagonista femenina para convertirse en un bello príncipe porque la belleza está en el interior de las personas y ella tiene que descubrirlo. A ver quién narices en la realidad se lía con un tío feo de cojones o viceversa por muy buena persona que sea. Repugnante mentira. Pero hay trampa: la bestia es inmensamente rico y un educado aristócrata. El significado de la obra es terrible: Es horrendo pero tiene pasta y poder. Un monstruo con pasta puede follarse todo lo que se mueva. Un chaval guapo sin oficio ni beneficio lo tiene claro. Por otra parte existe un tremendo trasfondo de misoginia encubierta en esa obra completamente adaptable a los tiempos que corren. Realmente las personas nos fijamos en la belleza interior…? No lo creo.
El caso es que el nuevo trabajo de Syndone se centra en este “cuento de hadas” y lo lleva al sinfonismo porque el tema pega completamente. El hammond ruge ya de entrada para dar una introducción entre el jazz y la obertura. Una entrada brass jazz band sigue en la brecha con empleo de vibes y vocales muy teatrales y dramáticos que pronto se funden entre la fusión y la música clásica en un estilo altamente profesional y académico. Partes elegantes y muy sofisticadas de piano y órgano se rubrican con pinceladas de moog. El canto es oscuro y amargo (la bestia supongo) casi cercano a la narrativa y la música es expresiva y violenta cuando se requiere. Las intervenciones camerísticas de cuerda se mezclan con elementos totalmente dramáticos, pero la composición está muy elaborada de elementos sinfónicos con lo cual los estilos se funden entre lo académico con desgarradas líneas de rock, lo operístico y lo contemporáneo en una original alquimia que puede no gustar a todos. Hay más drama que lirismo pero quizá la temática lo requiera así. Los cambios son constantes y las emociones variadas. Impresionante empleo de teclados como es de esperar ya en esta banda. Hay un breve interludio que me hace gracia por su título llamado “piano prog impromptu”.
Las partes cantadas como ya he adelantado son más pasajes operísticos o arias que canciones propiamente dichas. La influencia de la lírica italiana es inconfundible en cada segmento que escuchamos, pero no por eso nos olvidamos que es rock progresivo complejo casi avandgarde y altamente elaborado con variada instrumentación con flauta, cello, percusiones etc. Hay recursos zappa por doquier incluso . Lo que no hay son baladas o concesiones melódicas fáciles por lo que no va a entrar con vaselina precisamente. Exige atención por su complejidad armónica y es mucho más fácil que este disco lo aprecie más quien está metido en la música seria contemporánea que en el rock. La portada es excelente y desgarradora a la vez. Música elegante de altos vuelos.
Alberto Torró
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