Más de diez años en silencio. No-Man había dejado el listón altísimo con la para mí obra maestra, "Schoolyard Ghosts". El pobre Tim Bowness tuvo que resignarse a continuar con sus preciosos discos en solitario, (realmente continuadores de No-Man), a causa del éxito masivo de su compañero, Steven Wilson. Si la excusa de éste para su golpe de timón comercial en "To The Bone", eran "Abba y que el pop 80s tenía una base prog" , (algo que no se cree ni él). Débil defensa para explicar que ese disco era un cambio de chaqueta hacia el pop rock de toda la vida.
Ahora volvía con la misma cantinela, desde otro ángulo, pero con la misma estrategia. Sólo que ésta vez le ha salido más que bien. Defendiendo a Donna Summer y las producciones de Giorgio Moroder. Comercial, sí. Tal vez lo más comercial en la historia haya sido la música disco. Pero no es exactamente eso lo que No-Man nos trae aquí. Ése punto de vista de bases analógicas, modulares burbujeantes y "teorías Moroder", saca a relucir inmediatamente las influencias propias de éste : Kraftwerk, Tangerine Dream o Ashra. Probablemente la santísima trinidad desde donde se inspiró el propio sintetista-productor, (junto a Pete Bellote). Y sus teclados, junto a los de su inseparable mooger, Thor Baldursson.
La Berlín School dio paso al Múnich Sound. Todo se queda en casa. Muchas de aquellas producciones, tenían tanto de invitación a la pista, como de prog rock (sin prejuicio alguno). Un ejemplo : Supermax. Con Rainer Marz (Epsilon, Jeronimo, Atlantis), Hartmut Pfannmüller (Epsilon), Peter Hauke (productor de Bacillus) o los sintetistas Richard Schoenherz y Kurt Hauenstein. Su "World of Today" (1977 / WEA), lo tengo clasificado junto a toda la kraut-electrónica, igual que podría estar en mi sección de funk. Así que ésta vez sí, la estrategia pretendidamente comercial del Sr. Wilson, (porque a éste ya no hay quien lo arregle), tiene su razón de ser.
Temas largos, hipnóticos y proto-trance, basados en secuenciaciones made in Moroder, sí, pero también de Peter Baumann o de Wolfgang Flür. Y así lo han visto ellos, con dos únicos temas por cara. "Love You To Bits, Bits 1-5" (17' 02) y "Love You To Pieces, Pieces 1-5" (18'54). Pura analogía dominante y largos paseos siderales no necesariamente horteras. Con la voz bañada en Prozac de Wilson, y el buen gusto del que hacen gala sus dos integrantes. Se nota que esto lo han hecho con muchas ganas, disfrutando. Contando con el Fender Rhodes de Adam Holzman, el bajo de Peter Morgan, batería de Ash Soan o la guitarra de David Kollar. Con The Dave Desmond Brass Quartet para algún sorprendente arreglo. No todo es cibernética, como se puede ver. Y la sensación orgánica está muy presente en toda la audición, aún cuando lo electrónico manda.
La parte 2 de "Bits" está "tomada prestada" de un tema de Jon & Vangelis, pero haré como que no me he dado cuenta.....al fín y al cabo, es sólo un minuto. Cuando entra la guitarra, el recuerdo hacia el Mike Oldfield de "Platinum", (que en ése disco usaba pretensiones similares a las de ahora de No-Man), es inevitable. Una buena referencia. Los constantes cambios de estado hacen que lo electronic-prog domine plenamente al "temido" dominio disco. Así es. Y diré más, la cosa es superlativa, excelente y "retro-reciente". Quiero decir que sugieren decididamente a los Porcupine Tree de "Up the Downstair", "Voyage 34", "Staircase Infinities" o "Moonloop". Algo que complementa a la perfección con las estrategias definidas por Wilson. La parte final del primer lado, tiene sabor a "I Talk To The Wind" por parte de la brass section, algo muy conseguido. Y una flauta a la Ian McDonald persiste al comienzo de "Pieces". La plaga electrónica va tomando posiciones y extendiéndose poco a poco, con minimalista incremento de sonidos. Con secuencias bien programadas y de vintage naturaleza, que si profundizamos, nos ofrecen un disco de altos vuelos psicodélicos y excepcional calidad en su concepción. Muy berlinés en ésta segunda cara, con repasos a Ashra, Harmonia, Robert Schroeder y toda la Innovative Communication factory.
Al margen del valor artístico de la obra, un reparo. Cómo es posible que la versión vinilo se esté vendiendo ya a cerca de 100 pavos. La especulación me parece salvaje y un claro robo, para un producto que acaba de salir. Por lo demás, estamos ante una nueva (e inesperada) joya de Wilson & Bowness, que conecta directamente con su más glorioso pasado. No le tengan miedo a su portada. Contiene maravillas sin fin que pincharán enfermizamente.
PD - Para hacer justicia, diré que unos Porcupine Tree-alumni como Riverside, ya hicieron algo similar en su "Anno Domini High Definition", hace 10 años.
Curiosamente y en mi humildad, tengo un álbum de Pluralis en el congelador desde hace 5, "Swastika Kabaret", en que hice exactamente lo mismo que ahora No-Man..... Reivindicar al gran Giorgio Moroder.
J.J. IGLESIAS
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