Antes de que Loggins fuese respetado como uno de los más exitosos artífices de rock para la FM, mucho antes de que se le requiriese para aparecer en los soundtracks de un buen número de blockbusters de los ochenta (Caddyshack I y II, Footloose, Over The Top o Top Gun), Kenny no era más que una posible promesa. Ex miembro de The Second Helping, el vocal y guitarrista llama la atención del sello ABC-Dunhill como miembro de los Gator Creek, conjunto al que Mercury Records editó su único elepé. Loggins había compuesto algunas canciones para The Nitty Gritty Dirt Band y parecía el artista indicado al que, con un poco de ayuda externa, poder potenciar sus cualidades en pos de la fama. Jim Messina venía de pasar fugazmente por los Buffalo Springfield de Neil Young y Stephen Stills, al igual que había sido fundador de Poco, y por aquel inicio de década de los setenta andaba trabajando en varias producciones para la casa Columbia. Es entonces cuando se pone en contacto a Kenny con Jim en busca de que el segundo ayude al primero a pergeñar su álbum iniciático cual solista.
Todo comienza en el comedor de la casa de Messina, donde ambos se reúnen para testar un par de piezas que ya tiene listas Loggins. Jim no será únicamente el productor del vinilo, ya que pronto comienza a compartir con su nuevo compañero tonadas compuestas por él. Se decide recuperar ese “Danny’s Song” que formaba parte del repertorio de la banda Gator Creek en la que Kenny ejerció cual pieza esencial. A la postre, el disco no llevará su carátula firmada por el natural de Everett; serán ambos los que aparezcan con nombre y primer apellido. Por un lado, para ser justos con el trabajo del ex Poco dentro del disco; por el otro, como reclamo comercial a la caza de posibles compradores que ya fuesen seguidores de las bandas anteriores de Messina. En noviembre de 1971 aparece en el mercado Sittin’ In, alcanzando al año siguiente el puesto 70 en el Billboard –finalmente se convertiría en Disco de Platino–.
Loggins And Messina, el segundo larga duración en tándem, trae un cambio en el nombre. El proyecto pasa a llamarse con los apellidos de sus dos componentes y ellos se siguen turnando tanto en la composición como en la voz solista; de los once cortes del trabajo, solamente dos, “Angry Eyes” y el boogie “Your Mama Don’t Dance” (versionado tiempo después por grupos como Poison o Y&T), están escritos a modo de dúo. La agrupación formada para el primer elepé, compuesta por Merel Bregante, Lester “Al” Garth, Jon Clarke y Larry Sims, se mantiene; al igual que también se vuelve a contar con un músico que tendrá bastante relevancia en la escena del soft rock: Michael Omartian, multiinstrumentista y productor que será esencial en la carrera de Christopher Cross. El disco escogido es un buen ejemplo de cómo se pusieron los basamentos de la corriente west coast en la primera mitad de los setenta. Y es que a lo largo de la duración del disco se puede encontrar tanto soft rock (“Good Friend”, “Golden Ribbons”, “Thinking Of You” o “Lady Of My Heart”) como folk pop (“Whiskey”) y efluvios country o hillbilly (“Just Before The News”, “Long Tail Cat”) –de casta le viene al galgo, ya que no debemos olvidar el pasado de Jim en Poco–. La lista de Billboard en esta ocasión les guardó el puesto número 16, volviéndose a repetir la hazaña de llegar al Platino. Esta unión artística se rompería en 1976, editándose un año después su directo Finale, long play póstumo del proyecto; detrás dejaban seis discos de estudio en seis años y dos live albums (el citado y un On Stage de 1974).
por Sergio Guillén
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