Soy de los que piensa que con los actuales Tangerine Dream "de pega", hemos salido ganando. El gran Edgar Froese había perdido "flow" en los últimos años. Y con el beneplácito de su viuda, el grupo que dejó al morir en 2015, continúa.
En su actual etapa "Quantum Years", dan la impresión de querer demostrar, casi con desesperación, la autenticidad de su música. Sus tres miembros, la violinista Hoshiko Yamane y los sintetistas, Thorsten Quaeschning y Ulrich Schnauss, no necesitan disculparse. Con lo que llevan hecho hasta ahora, no me tienen que convencer de que su actitud es la adecuada. Volver a reconducir la locomotora TD por los raíles que nunca debió dejar. Su razón de ser berlinesa. Lo que no implica un constante estancamiento vintage. Se puede hacer Berlín School del 2020. No me cabe ninguna duda. Por eso han decidido reconstruir viejos "temas", (y entrecomillo porque en muchos casos no lo fueron, más bien partes de gloriosas sesiones improvisadas). Han utilizado la más avanzada tecnología, (aunque no renieguen del mellotron y otros sonidos vetustos imprescindibles), y la han dispuesto para un viaje al pasado, que nos lleva a un presente-futuro.
"Sequent C" (2'26) de "Phaedra", con melancolía arrancando la carne a lo "Hellraiser"del violín de la Yamane, es un original comienzo de álbum. Menuda cenobita está hecha. El recordado "Encore" y su "Monolight (Yellow Part)" (7'41), es una orgía secuencial donde se intercambian fluidos cibernéticos lujuriosos de última hornada. Una masa galopante de pulsaciones electrónicas que vuelven a la vida tras estar aletargadas largo tiempo. Y sus resucitadores son expertos nigromantes. Von Frankensteins de la planante, que cobra nueva dimensión y serpentea la ciudad fantasmal tomada por la paranoia covid, luciendo orgullosa su inmortalidad y regreso a la vida. Con repaso "stratosferico" incluido.
Abrazan deliciosas melodías de "Tangram" (5"45), del disco de igual nombre. En un juego synthwave que volverá locos a los fans de "Stranger Things" o Zombi.......los veteranos sonreimos con una mueca de condescendencia. Aún así, se celebra escuchar de nuevo éstas revividas tonadas. Demuestran su eterna perdurabilidad. Los 20 minutos del original "Horizon" de "Poland", se quedan ahora en 14" , en dos partes definidas. No sé porqué, pero me suena como una versión futurista floydiana del "Welcome to the Machine". El futuro es ahora, así que sí. La secuenciación es una fiesta berlinesa, (la cerveza la pones tú), y los "Quantum boys" ponen de su parte. Dándole otro aire que no desentona, a la vez que respeta. La parte segunda es hasta casi bailable.No me sorprende que llegara al puesto # 85 de las listas del Reino Unido. Si lo coge esto un "Chunda-Chunda King", lo veo como banda sonora en los autos de choque de las fiestas de mi barrio.....Ah! Que ya no hay autos de choque. Ni fiestas de barrio. Bienvenidos a un futuro de mierda con tanga en la boca. Mejor será refugiarnos en "Phaedra" (8'16) para recordar viejos tiempos. Una auténtica gozada de sonido "pasa-bafles" 70s style......pero con tecnología Stark. Y aquí me planto.
Lo que sigue también es excelente, reconfortante, acogedor, como una buena conversación con un viejo amigo. Recuerdos de "Le Parc", "Stratosfear" o rarezas como la banda sonora de "Lord of Chaos". No quisiera reiterarme y menos con material ya conocido. Espera! No todo. La final "Der Mond Ist Aufgegangen Parts 1 & 2" (9'07) es una pieza inédita con la que nos quieren decir que confiemos en ellos. Que saben lo que nos gusta y que en ello están. Aquí se toman una pequeña licencia Vangelis, la mar de afortunada.
Era necesario éste álbum? No. Quizá sí para sus conciencias. Lo que puedo asegurar es que se escucha con absoluto placer y no, no es un álbum de covers. Reinterpretan a su modo y manera. El siglo XXI necesita a éstos Tangerine Dream.
J.J. IGLESIAS
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