La entrada del virtuoso Christian Beyá en la guitarra coincidirá con la grabación de uno de los mejores discos franceses de rock progresivo de todos los tiempos y no es una ocurrencia porque si vas leyendo por ahí fuera siempre existe el mejor disco según los gustos de quien escribe. A veces se acierta en un porcentaje amplio y otras veces dices: “pero que barbaridad está diciendo este hombre”. En todo caso lo relativo siempre se impone, aunque en el disco que nos ocupa hay coincidencia en sus buenas virtudes musicales.
Atoll entran en 1975 como sexteto más alguna colaboración reforzando teclados y viento. Una banda muy joven y competente. Si en su anterior trabajo no lograron esa unanimidad, aunque pienso que era un disco estupendo, en este caso sí darán con un trabajo rico en composición, melodías e interesantes pasajes muy a la altura de las bandas sinfónicas de primer nivel. En los años 70´s era muy fácil comprobar como la mayoría de los adictos al género progresivo que descubrían bandas fuera del circuito anglosajón tendiesen a etiquetar como clones de los famosos ingleses a las entonces nuevas bandas venidas tanto de Francia, Italia, Alemania u Holanda principalmente y posteriormente a los USA. Un oído acostumbrado a la trilogía Yes, Genesis o ELP principalmente que fueron los que barrían en ventas, enseguida les calzaba la etiqueta. Fue una forma algo superficial probablemente por no molestarse en escucharlos demasiado y la verdad es que en cuanto escuchaban un moog o un mellotrón o una voz afeminada ya parecían tenerlo claro. Lógicamente el tiempo no les ha dado la razón porque todos han tenido o tenemos espacio suficiente para escuchar a las bandas correctamente y con bastante más información que antaño. En el caso de Atoll y más con este disco les llamaron los Yes franceses y tan felices. Pues no. Es verdad que un estilo parte de una organización y estructura compositiva común en la forma y cierta similitud en las líneas melódicas. Por el mismo motivo a mucha gente que ignora por completo estilos como la clásica o el jazz les parece que todo es igual y suena parecido. De hecho, no distinguen entre una obra del barroco de otra del romanticismo o del modernismo y por supuesto todo lo que suene a jazz da igual que sea swing, cool, be-bop que free o fusión que para ellos es lo mismo. Vale pues con el prog y el rock pasa idénticamente.
“Le Photographe Exorciste” (8.18) tiene una pausada entrada en rueda de acordes típicamente sinfónica de la época con texto recitado en francés y que va subiendo en intensidad y tensión hasta la mitad donde el ritmo se estabiliza en un agradable tempo que aprovecha la guitarra solista hasta un cortante pasaje donde se metamorfosea en siniestro punteo que concluye en un breve compás de violín. “Cazotte nº1” (6.00) un instrumental que suena a la fusión jazz-rock característica del momento histórico con briosas charlas entre instrumentos algo zappa-ponty-duke-corea para entendernos en un tema muy diferente al anterior. Portentosa habilidad entre los músicos y nada que ver con rock sinfo a lo Yes. En “Le Voleur D´extase” (7.30) sí que suenan ciertas influencias incluso zeuhl en las entrecortadas voces a coro y nuevamente el desarrollo instrumental se debate entre la fusión y lo clásico con bonito sentido melódico entre las cambiantes partes rítmicas que componen la pieza. El violín, la guitarra y los teclados Fender cogen un excitante esquema de viaje instrumental para culminar este excelente corte.
No podía faltar una suite de 21 minutos con el título del álbum en cuatro secciones divididas: “Imaginez Le Temps” (6.40) tiene un caprichosa introducción percusiva con un tembloroso violín y voces misteriosas. Suena algo avantgarde y oscuro hasta que la estructura va definiéndose poco a poco. Vuelven a sonar algo Jean Luc Ponty – Mahavishnu en la secuencia armónica hasta que un bello pasaje lo tranquiliza todo y la guitarra va metiendo notas con una voz tranquila que canta pausadamente. Bonito solo final de Beya. “L´aragnée Mal” (5.05) se deja llevar por el piano eléctrico y la voz mientras el sintetizador va acariciando de fondo en bellas y agudas líneas. Pieza hermosa con sincopado ritmo que deja una sensación de encantamiento sonoro. Una de las partes más atractivas del disco sin duda. Este corte se une con la funky y algo marciana “Les Robots Debiles” (3.35) que tiene un fantástico corte a la Wakeman hacia mitad de tema. “Le Cimetiére De Plastique” (6.00) termina todo lo sinfónica y melódica que puede y representa de forma fidedigna ciertos ecos mezclados entre Fripp y Gilmour en esa meticulosa guitarra solista del principio-continuación y los enlazados trasfondos de violín. El tempo se acelera y todos participan en un denso y vertiginoso final. En definitiva un álbum clave de los años 70´s.
Alberto Torró
Temas
01 Le Photographe exorciste
02 Gazotte
03 Le voleur dextase
04 L'araignee-mal
(1)Imazine le temps
(2)L'araignee-mal
(3)Les robots debiles
(4)Le cime tiere de plastique
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