Volvemos nuevamente al caso de un baterista-compositor liderando una banda. No es un caso particular del Zeuhl, de hecho, estas situaciones se dan con mayor frecuencia en el mundo del jazz que en el rock y bueno los que aporreamos parches y platos también tenemos estas iniciativas. Pero siendo realistas en el caso de esta agrupación su líder se defiende también como multinstrumentista.
François Thollot antes de formar Scherzoo grabó dos discos tocando contrariamente el piano y guitarra y dejando la sección rítmica en manos de invitados. El estilo de Thollot está orientado al zeuhl fusión instrumental en la línea de Magma cuando estos prescinden de masas corales no obstante Scherzoo tienen una mayor accesibilidad que la banda de Vander y para haceros una idea están más cerca del jazz rock y de las bandas de Canterbury en línea Elton Dean o los “In Cahoots” de Phil Miller y concretamente en este primer volumen. No hay excesivas bondades melódicas y la música es bastante áspera por lo que va a exigir cierta concentración en la escucha. Lo difícil requiere cierto esfuerzo pero como siempre digo tiene su compensación. En realidad lo que estamos escuchando es un compendio de jazz contemporáneo y vanguardia clásica camerística en formato rock fusión. Definir el zeuhl de otra manera sería marear la perdiz y buscar etiquetas cansa. Los que acaban denominando o etiquetando la música son los oyentes o los críticos, pocas veces los propios músicos o los “inventores en composición”. En las seis piezas aquí contenidas hay largos recorridos entre extrañas conversaciones de guitarra, saxo y piano con un contundente bajo distorsionado con una compleja estructura rítmica.
En “Voyage au bout de la nuit” (19.15) la larga pieza de cierre puedes encontrar incluso ecos del King Crimson más extremo y avantgarde con su tren rítmico pesado y despiadado donde solo el prominente saxo quita esa sensación de la cabeza. Hay mucho sabor experimental en todo el disco que no busca en absoluto una sensación agradable ni melódica sino de desgarro y excitación sonora. Aquí el Zeulh y el R.I.O se dan la mano para tocarte bien las narices ni para que te tumbes con sonrisa placentera. Los amantes de lo angustioso y creativo tienen un buen plato para degustar donde maravillarse o armarse de paciencia. Con todo la música aquí contenida es de muy alta calidad.
Alberto Torró
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