Cinco más:
-El 3 de Agosto sucedió un punto de inflexión en el mundo del "rock" (y van...). Habían pasado cuatro años desde que los ingleses Def Leppard arrasaban en las listas con "Pyromania", que aún seguía vendiéndose muy bien.
Habían tenido que superar la tragedia que le ocurrió al batería Rick Allen, la pérdida de un brazo en un accidente de tráfico. Cualquier banda habría sustituido a Allen, pero si algo tenían los chicos era lealtad. Así, superada la crisis y de nuevo bajo la batuta de "Mutt" Lange empiezan a crear algo realmente grande, porque sabían que su momento había llegado y que si pudieron poner el Mundo a sus pies podían hacerlo otra vez.
Y así fue: primera posición en las listas inglesas, estadounidenses, canadienses, australianas, y segunda en otros países de Europa. Doce veces Platino en EE.UU., diez en Canadá, cuatro en Australia y dos en Gran Bretaña; todo Platinos. Siete "singles" que fueron "hits" desde el primer momento: "Animal" 6.º en Inglaterra, "Pour some Sugar on Me" 2.º en el Billboard Hot 100 y 18.º en Inglaterra, "Hysteria" y "Armageddon It" 10.º y 3.º, respectivamente, en el Billboard también y "Love Bites", que por supuesto reventó las listas, siendo 1.º en EE.UU., 2.º en Nueva Zelanda, 6.º en Canadá y 11.º en Inglaterra. ¿Acaso se podía pedir más? Pues todo eso ganó "Hysteria", un triunfo discográfico a todos los niveles. Más de 60 minutos (algo inusual en la época, pero Lange lo hizo pensando en la venta del disco en formato CD) de grandeza musical expuestos en un álbum que demostró que Def Leppard aún seguían vivos y con unas ganas locas de zamparse el Mundo como hicieran cuatro años antes.
Pero antes de que se metiera Lange de nuevo en el proyecto, que previamente iban a llamar "Animal Instict", estaba James Steinman, productor del clásico de 1.977 "Bat Out of Hell", el cual mantuvo unas acaloradas diferencias con Leppard por querer enfocar la producción hacia unos lados musicales equivocados. Además, como admitió Phil Collen, Steinman no aportó ninguna idea, nada de nada, así que poco después estuvo fuera. Entonces la banda decidió aplicar lo aprendido con Lange y autoproducirse. Grabaron con multitud de ingenieros y otros tipos pero nada, no se conseguía un resultado óptimo, y el sentimiento se estaba perdiendo, al igual que el presupuesto del que disponían los chicos. Y es que intentar imitar a un productor con la inventiva de "Mutt" Lange era, cuanto menos, imposible.
Más tarde siguieron las sesiones del disco, volviendo Lange a la producción y comenzando desde cero, pero teniendo que parar todo al poco tiempo por el accidente de coche que todos nos conocemos: el 31 de Diciembre (una buena fecha, sí señor) de 1.984 fue cuando Allen perdió su brazo izquierdo tras chocar su Corvette contra una pared, tras adelantar a otro auto antes de una curva...sin ver la curva, claro. Allen salió despedido por el techo y su preciado Chevrolet dio varias vueltas de campana; su novia Miriam que iba dentro prácticamente no tuvo ningún daño grave, pero a Rick el impacto del asiento le desgarró el brazo por completo. Aun así eso no impidió que el buen hombre siguiera dándole a las baquetas, porque consiguió diseñarse una batería electrónica especial para tocar igual de bien e incluso mejor. La rendición no iba con él y así llegó a ser el primer batería manco de la Historia del "hard rock".
Rick Allen practicó día y noche con su nuevo kit y ayudó a dar otro nivel al futuro disco. Pero la suerte no estaba del lado del quinteto si a todo esto añadimos la afección de paperas del cantante en 1.986 y la cuantiosa cantidad de billetes que se gastaron en la sufrida producción...muy negra estaba la cosa para Def Leppard. Todo se retomó oficialmente en Enero de 1.987, casi dos años y once meses más tarde, aunque nunca habían dejado de componer y grabar, de ahí que había bastantes canciones. Todas ellas realizadas con una excelsa calidad de producción, volviendo a demostrar la valía de Lange en los controles y exprimiendo a los integrantes para sacar lo mejor de ellos. Se podría decir que éste fue el álbum donde mejor liberó sus capacidades si no fuera por el multimillonario "Back In Black". El concepto de Lange era crear un "Thriller" versión "hard rock" y que todos los temas fuesen "singles".
"Hysteria" dejaba atrás el lado más "hard" de Leppard y se metía en el uso de las nuevas tecnologías, fusionando "pop" y "rock" con electrónica, y convirtiendo, para gusto del productor, cada tema en un potencial "hit" para asaltar las listas con facilidad. Además cada uno de esos temas se extendía en el desarrollo para que la banda pudiera explayarse lo máximo posible, pero no se hacían pesados:
-Así vemos épicas concesiones al "pop rock" en "Armageddon It", "Rocket" (homenaje a los héroes de Leppard: T-Rex, The Rolling Stones, David Bowie...), "Women" o la fastuosa "Gods of War", de más de seis minutos. Algunas mantienen algo de esa vena "rockera" que tenía "Pyromania", como las enérgicas "Run Riot" o "Excitable", "Animal", "Don't Shoot Shotgun!" o la brutal cara "B" del "single""Women", "Tear It Down", más emparentada con el susodicho "Pyromania", aunque todos ellos pasados por la turbina del "pop" y la sofisticación de la mano de Lange.
-Las más tranquilas, auténticas "power ballads" capaces de definir a la perfección los '80, eran "Hysteria" y una original de "Mutt" Lange, "Love Bites", que fueron dos de las mejores canciones jamás grabadas por el grupo. Cada uno de los integrantes, para recalcar, deslumbraba por sí solo; Elliot cantaba con más sentimiento que nunca, Clark facturaba adictivos "riffs" y exquisitos solos de una precisión apabullante, y la base rítmica de Savage/Allen era perfecta, con este último demostrando toda la capacidad y fuerza interior que poseía.
"Hysteria" fue llamado "pop metal" por todos, alabado por algunos por la nueva dirección que tomaron los de Sheffield, detestado por otros por lanzarse demasiado a lo comercial dejando a un lado lo realizado anteriormente. Pero se convirtió en uno de los más elegantes discos de los '80; grandilocuente, fastuoso y arriesgado en cierto modo. Def Leppard ya no volverían a hacer nada que superara ni que igualara la calidad de este LP. Robert Lange también puede estar bien orgulloso.
En el Monsters of Rock de Donington, en 1.986, todo el público se fijaba muy cuidadosamente en Allen y se preguntaban si es que ahí había una batería oculta o qué narices pasaba. En un momento dado Joe Elliott se acercó al kit de bombos y platillos de dos pisos y le dijo a la audiencia que le gustaría presentar a su querido amigo y compañero Rick Allen. Toda la gente se volvió completamente loca, alzando las manos y dedicándole una de las más tremendas y emotivas ovaciones que se hayan presenciado en un concierto de "rock". Elliott, que le estrechó la mano a Allen, y éste, lloraron como nunca, siendo ese uno de los mejores momentos jamás vividos en un escenario por Def Leppard en toda su carrera.
(Mejor canción: "Rocket").
-¿Acaso se puede decir algo malo de esta veterana banda de "rock" que ya cuenta con 20 álbumes de estudio, contando directos, y que es influencia seminal reconocida por muchísimos otros artistas del mundillo?
Aerosmith siempre fue una banda de altura, una de las que consiguieron crear un movimientos en EE.UU. con su "hard rock" comercial pero de una fuerte personalidad; muchos les veían como la combinación perfecta entre The Rolling Stones y Led Zeppelin, y desde 1.973 sus discos se convertían en auténticos éxitos de ventas. Sólo con su debut consiguieron Doble Platino y ser una de las novedades americanas con más futuro del "rock" a mitad de los '70.
El quinteto Tyler/Whitford/Perry/Hamilton/Kramer se destapó como todo un combo de energía imparable, que en 1.975 quedó bien corroborado con la joya intemporal "Toys in the Attic" (Óctuple Platino, cosa que, tratándose de 1.975, no estaba nada nada mal), clásico de clásicos al que siguió "Rocks" ('76), el que más alto llegó a las listas, y que supuso una de las piedras angulares de la discografía del grupo y del futuro movimiento "hard rockero" que explotaría en los '80...Aerosmith se anticiparon nueve años antes con un LP soberbio.
El quinteto Tyler/Whitford/Perry/Hamilton/Kramer se destapó como todo un combo de energía imparable, que en 1.975 quedó bien corroborado con la joya intemporal "Toys in the Attic" (Óctuple Platino, cosa que, tratándose de 1.975, no estaba nada nada mal), clásico de clásicos al que siguió "Rocks" ('76), el que más alto llegó a las listas, y que supuso una de las piedras angulares de la discografía del grupo y del futuro movimiento "hard rockero" que explotaría en los '80...Aerosmith se anticiparon nueve años antes con un LP soberbio.
Los excesos y los problemas internos en la formación trastocaron la excelente carrera de una banda que se quedó en su peor momento. Una confrontación con Joe Perry sumado a la adicción a la heroína de Tyler provocó que los '70 no terminaran nada bien, entrando James Crespo en sustitución de Perry. En 1.982 ya se había ido también Brad Whitford y le reemplazó Richard Dufay. El resultado quedó impreso en "Rock in a Hard Place", del que se dice es el peor disco de Aerosmith. El despeque se intentó iniciar en 1.985 con "Done with Mirrors" cuando regresaron los dos guitarristas de siempre, se cambió de Columbia a Geffen Records y les respaldó el productor de Van Halen, Ted Templeman. Fue bien criticado pero no muy bien recibido; de hecho, quedó por debajo de "Rock in...", llegando al 36 en el Billboard. Esto para una banda del calibre de Aerosmith fue un desastre.
Tras los directos "Classics Live" se decide tomar un camino crucial. Todos deberían rehabilitarse de sus excesos y volver limpios. Todos deberían regresar como nunca y despuntar como la inalcanzable banda de "rock" que fueron antaño. El mismo manager afirmó que podrían ser el mejor grupo del Mundo si se desintoxicaban y volvían con las ideas claras. Y así fue.
Retornaron al estudio con un nuevo productor, el también veterano Bruce Fairbairn, curtido tras sus colaboraciones con Bon Jovi, KROKUS, Fast Forward y Black 'n' Blue entre otros. Y aunque se pretendía hacer un "comeback" con "Done with Mirrors"éste fue el verdadero, realizado el 31 de Agosto "Permanent Vacation" resultó ser el disco con el que Aerosmith sorprendió, con el que volvieron más fuertes que nunca, rediseñando todo el estilo y la manera de pensar para una generación de músicos que vivía, sin duda, su segunda juventud.
Este trabajo fue todo un éxito. De estar en puestos ridículos se subió al 11 en el Billboard de EE.UU., donde el LP fue Oro; pocos meses después ya llegaba a Doble Platino. En Canadá se alzó con la 7.ª posición siendo Oro, aunque en Inglaterra y Australia llegó a bajos puestos (37 y 42 respectivamente). Pero eso fue todo un triunfo para los de Boston, que se veían cada vez más hundidos personal y profesionalmente y engullidos por las nuevas generaciones. "Permanent Vacation" fue el disco que les hizo volver a su sitio, una colección de temas fantásticos siguiendo su estilo más puramente "rockero" y combinándolo con el "heavy metal" americano de mitad de los '80 que tanto estaba de moda, dotando al sonido de una energía y potencia sin igual.
Todo en "Permanent..." está hecho para disfrutar. Sus más de 50 minutos garantizan un buen momento donde se han de tener los oídos bien abiertos y pasarlo en grande con las doce canciones que nos brindan Tyler & co.. Grandes muestrarios de ritmo, diversión y fuerza, como ese trallazo inicial llamado "Heart's Done Time", quizá la canción que define lo que nos vamos a encontrar: Tyler cantando como ferozmente, la batería de Kramer resonando demoledora y las guitarras de Perry y Whitford facturando enormes y adictivos "riffs".
Pero ahí están también la "stoniana""Dude Looks like a Lady" (4.ª en el Mainstream Rock Tracks y 14.ª en el Hot 100), la muy bailable "Rag Doll" (12.ª en el Mainstream Rock Tracks y 17.ª en el Hot 100), la intensa balada "Angel" ("hit" de altura que se coronó como la 1.ª en el Mainstream y la 3.ª en el Billboard Hot 100) y otros clásicos intemporales como "Girl keeps Coming Apart", "Permanent Vacation", "Magic Touch" y la acertada y muy "boogie" versión del "I'm Down!" de The Beatles. Un auténtico despliegue musical con invitados como Henry Christian, Drew Arnott, Ian Putz, Mike Fraser o James Vallance tocando cellos, órganos, melotrones, saxofones y trompetas, y una producción de lo más consistente y "heavy" asegura, como ya se ha dicho, una auténtica diversión en 51:38 minutos que se pasan de lo más amenamente y que hacen que quieras volver a querer escuchar el álbum.
La gran respuesta por parte de la crítica y sobre todo de los fans le hizo recuperar la credibilidad que los chicos necesitaban, la que nunca deberían haber perdido. Se emitían vídeos suyos por primera vez en la MTV a cada momento, así que estaba claro que ni el paso del tiempo ni las nuevas modas ni las nuevas bandas de "rock" podían todavía con Aerosmith, que de algún modo u otro habían sido una influencia para todas ellas.
Todo fue viento en popa y, tras varias giras, y una un tanto intensa junto a Guns 'n' Roses, en 1.989 la estela de la banda no podía brillar con más fuerza gracias a "Pump", que tuvo aún más éxito que el anterior, siendo 5.º en el Billboard y 3.º en Inglaterra. Con varios Multiplatinos, vídeos que no dejaban de rotar en la MTV y una masa de fans completamente rendida a sus pies, Aerosmith sobrepasaron el bache de principios de los '80 con muy buena nota. De esas bandas de los '70 que supieron estar a la altura en la etapa posterior con la cabeza muy alta, aunque ocurriera sólo dos años antes de que la década terminase...pero más vale tarde que nunca.
(Mejor canción: "Permanent Vacation").
-Exactamente pasaron tres años y cuatro días desde que el infame "Under Wraps" saliera al mercado. Un disco que no sólo cambió la carrera del grupo Jethro Tull, sino también la que alteró la voz del vocalista y, además, la vida de los seguidores del legendario trovador escocés.
La confianza que depósito Ian Anderson sobre las nuevas tecnologías del momento y sobre su teclista, aquel chico de pelo rizado llamado Peter-John Vetesse, fue el problema. Porque, por suerte, fue el propio Anderson quien se encargó de las teclas en "The Broadsword and The Beast" ('82) y la jugada no le salió nada mal, pero todos esos matices de "rock" electrónico y de toques "poperos" que edulcoraron a ese disco estuvieron más que logrados, no destrozaron el sonido como con el siguiente. La flauta de Ian se redujo y sólo se escuchaba el jugueteo de las máquinas y las baterías programadas. La gira fue un desastre y la garganta del vocalista quedó hecha polvo por los tonos que tenía que alcanzar y porque tenía disimular lo pésimo de su equipo.
Los fans más acérrimos les dieron de lado. Los '80 sólo habían perjudicado la imperturbable silueta de Tull. El flautista decidió tomarse un descanso y dedicarse a su cría de salmones, aparte de mandar a paseo a Vetesse. Tres años sin dar señales de vida, donde la música "rock" dio varios giros y el negocio empezaba a cambiar bastante, hicieron que Anderson se replantearse una vuelta. Una vuelta por todo lo alto. La que se merecía Jethro Tull. Y así fue.
Se quedaron como miembros oficiales Martin Barre y Dave Pegg, aunque participó el batería Doane Perry y se contó con el regreso de Gerry Conway. Flauta, guitarras, teclados, percusión y los programas de baterías corrieron a cargo de Anderson mientras Barre contribuyó mucho a la composición; según él mismo fue uno de los trabajos donde más colaboró. En este disco el rango de voz de Anderson no podía llegar tan alto como antaño, así que se decide bajar el tono de los temas; se inmiscuye más la guitarra eléctrica y se profundiza en darle un toque épico y espectacular a la producción. Las letras hablan de la guerra, de la hombría, de la sexualidad, de una mujer que Anderson vio en el "backstage" una vez ("Budapest"). Se pretende hacer un LP 100% Tull pero adaptándolo a la época.
El 11 de Septiembre (tres años y cuatro días desde que el infame "Under Wraps" saliera al mercado) se publicó "Crest of a Knave", con resultados satisfactorios, increiblemente satisfactorios. De estar el anterior en el 76 en el Billboard y no ganar nada a estar éste en el 32 y ser Oro en Canadá, Gran Bretaña y EE.UU. hubo un paso grande para el grupo. Y, para sorpresa de todos (aún sigue siéndola) en 1.988, y para disgusto de unos orgullosos Metallica por lo que hicieron en "...And Justice for All", el álbum de Tull se llevó el Grammy en la categoría de "Mejor Trabajo de "Hard Rock/Heavy Metal"". Nadie se esperó algo así; hasta en los periódicos se escribían mordaces e incisivos comentarios del acontecimiento, como si no hubiera más cosas de las que preocuparse. Una controversia que el líder del grupo aclaró diciendo "bueno, nosotros siempre hemos tocado nuestras mandolinas estrepitosamente"... cosas de Anderson. Por si esto fuera poco, los intachables críticos musicales dejaron por los suelos al trobador acusándole de plagiar el estilo de Dire Straits y, sobre todo, de la música de Mark Knopfler.
Ciertamente hay cosas que recuerdan a Straits, pero se debían de bajar los tonos para que la voz de Anderson se adaptara sin dañarse (...pero explíquele usted esto a los redactores sin que esbozen una sonrisa torcida y un incrédulo ceño fruncido). Yo me acojo a las palabras del propio Ian Anderson: "si este fuera un álbum de Dire Straits...entonces sería sin duda el mejor de toda su carrera". Razones no le faltaban. Temas soberbios, cargados de sentimiento, de "hard rock" por un lado y de esencia clásica, "bluesy" y "folk" por otra. "Crest of a Knave" podría ser el "Benefit" de los '80, un disco Tull sin más.
Para empezar ahí desentona la inclemente "Steel Monkey", de dudoso teclado al principio pero de gran carga "rockera", uno de los temas más "hard rock" de la banda. El videoclip del mismo tuvo gran difusión en la televisión. "Raising Steam" y "Jump Start" se mueven por el mismo camino; piezas enérgicas donde se cruzan la precisa flauta de Anderson y la afilada guitarra de Barre, creando piezas de gran fuerza. Muy clásicamente Tull son "Dogs in the Midwinter" y la joya de reminiscencias progresivas "Mountain Men", donde otra vez confluyen melodías muy "folk" y un "rock" asequible y disfrutable. "The Waking Edge" es más pausada, más delicada; la aterciopelada voz de Anderson parece deslizarse entre los ritmos de Conway, el violín de Ric Sanders y los cristalinos punteos de Barre, tal como ocurre en la balada por excelencia de Jethro Tull en los '80, "She Said She was a Dancer", la más emparentada con el estilo de Knopfler, hasta se podría decir que fue la balada que Dire Straits nunca hizo.
Ahora, hablar de "Budapest" es punto y aparte. Parece mentira que una canción que hable de una mujer dé para tanto (ningún grupo de "rock" lo ha hecho mejor). Diez minutos de sonidos dispares y variaciones imperceptibles, de punteos de guitarra acústica y eléctrica que ponen los pelos de punta, concupiscentes lametazos de flauta travesera, sugerentes toques de piano, golpes y redobles de batería dados en el momento justo, sensuales intrusiones de violín...todo eso tiene esta composición, una de las mejores del grupo en toda su carrera, aunque parezca mentira. Una que nos trae recuerdos de aquellas oscuras suites de "Minstrel in the Gallery" y de las sonatas "folk" de "Songs From the Wood". Un tema que no basta con una escucha para captar tanta calidad reunida. Ian Anderson (uno se harta de decirlo) es un genio, y no hace falta irse a 1.972 para comprobarlo.
Ahora, "Rock Island" fue diferente; no gozó del mismo éxito que su predecesor (se puso 56 en el Billboard cuando "Crest..." llegó al 32). Pero aquel 1.987 se dio un regreso más que digno para una banda mítica en la Historia del "rock" que se lo merecía. Que Metallica y Dire Straits se aguantasen un poquito, Jethro Tull estuvieron antes y siempre lo estarán (...y el que se pica ajos come, como dice el sabio refrán).
(Mejor canción: "Budapest").
-Nacido de inmigrantes italianos instalados en New York y criado en Westbury, Joseph Satriani es sin duda uno de esos genios de la guitarra que cambió la forma de raspar las seis cuerdas con los dedos. Sus técnicas de puro virtuosismo le han colocado en la cima de los "shredders" de la época de los '80 y hoy por hoy su conocimiento debe ser obligatorio para cualquier guitarrista que se precie.
Al darse la muerte de Jimi Hendrix Satriani, que contaba 14 años por aquel entonces quedó sorprendido. Todo el mundo quedaba estupefacto por la ida de aquel dios negro de la guitarra y le alababa sin ninguna vacilación. El joven, decidido, dejó su equipo de football para convertirse en guitarrista.
El buen chico estudió comenzó estudiando música con el guitarrista de "jazz" William Bauer y con el pianista Lennie Tristano a la edad de 18 años. Éste último fue quien más le influenció por su gran técnica y exigencia en la interpretación. En aquellos días también se convirtió en profesor e instruyó a varios chicos en el manejo de las seis cuerdas. Uno de los más notables fue un nativo de Long Island llamado Steve Vai, quien asistía al mismo instituto que Satriani. Ya con 22 años se mudó a California, y allí proseguiría su enseñanza.
Entre sus alumnos se podían contar a algunos de los músicos que sobresaldrían en géneros dispares en el mundo del "rock" en años posteriores, como Alex Skolnick, Richard Hunolt, Phil Kettner, Larry LaLonde y un joven Kirk Hammett. A esto se le sumó el tocar para una banda de San Francisco llamada The Squares, y Greg Kihn le invitó a unirse a su grupo, cuando estaba, dicho sea de paso, en sus puntos más bajos. Aquella colaboración le aseguraría la recompensa por su generosidad, y se llamaría "Not of this Earth", su primer álbum realizado bajo el sello Epic Records, en 1.986.
Cuando su antiguo pupilo y amigo Steve Vai llegó a ser el guitarrista de David Lee Roth para su "Eat'em and Smile"éste alabó en varias revistas especializadas (Guitar World Magazine) a su maestro por la gran influencia que había obtenido de él, lo que hizo que su popularidad aumentase cada vez más.
Así, el 15 de Octubre, y con la colaboración de otros músicos como Jeff Campitelli, Stuart Hamm y Jonathan Mover, se edita, también con Epic, "Surfing With the Alien". Dicho álbum coge y hace despegar, como el "Surfista Plateado" (sí, el "Silver Surfer" de los cómics de Marvel) que aparece en la portada del LP, la carrera del multiinstrumentista. "Una oda al virtuosismo", así queda bautizado este disco que alcanza la 29.ª posición en el Billboard, quedándose más de un año en las listas, siendo primero Oro y luego Platino en EE.UU.; en Australia llega a la 10.ª con Oro y en Gran Bretaña consigue un Disco de Plata. En 1.989 el disco es nominado en los Grammy por la Mejor Interpretación Instrumental de "Rock". Revistas del mundillo como Rolling Stone y The Village Voice ponen por las nubes la técnica compositiva de Satriani, llegando a referirse a él como "el último dios de la guitarra".
Quizá es decir mucho, quizá no. Hay que juzgar escuchando el LP, un documento sonoro rebosante de calidad instrumental que muestra el gran abanico de habilidades que posee el guitarrista. Un gran manejo de los arpegios, de los armónicos, de las técnicas del "sweep picking" y del "tapping" a dos manos, expresado no sólo desde la mera rapidez sino desde una maestría digna de admiración. En los temas de "Surfing With the Alien" los punteos y solos son épicos, directos, donde se respira "heavy metal" en su más pura esencia, pero donde también se aprecia esos retazos de "jazz" que tanto ama Satriani. Además de todo eso el gusto del músico es exquisito, por las enormes influencias que ha ido recogiendo a lo largo de los años gracias a grandes como Eric Clapton, Jeff Beck, Jimmy Page, Ritchie Blackmore y, por encima de todos, su idolatrado Hendrix.
La primera canción que abre el disco de forma tan enérgica es, por supuesto, el tema que da nombre al disco, una canción emocionante, de adictivos solos enlazados con alta precisión; comercial y virtuosa al mismo tiempo. No hace falta que haya voz, por sí misma consigue un valor sin igual. En esa introducción"Hill of the Skull" hallamos una vena épica y emotiva que nos prepara para uno de los mejores temas; ese es "Circles", donde se consigue elevar la espectacularidad hasta límites insospechados en una pieza rápida y variada, combinándose pasajes de verdadero lirismo y calma con solos vertiginosos y tratados epilépticamente.
"Crushing Day" es otra contundente muestra de "heavy metal" instrumental con un "riff" principal inolvidable y unos solos afilados y crudos, que dejarían de piedra al mismísimo Malmsteen. "Midnight" es de admiración por la excelsa belleza que le da Satriani al uso del doble "tapping", evocando el estilo clásico de la guitarra española, seguida del gran cierre "Echo". El "single""Always with Me, Always with You" es nominado también en los Grammy en la desacertada categoría de la Mejor Interpretación Instrumental de "Pop". Los otros "Surfing With the Alien" y "Satch Boogie" alcanzan los puestos 37 y 22 en los Billboard Mainstream Rock respectivamente.
Como siempre la popularidad cumple un papel fundamental y el siguiente "Flying in a Blue Dream" ('89) se colocó más alto en el Billboard y en otras listas, llegando a ser "The Extremist" ('92) el más exitoso, pero fue sin duda "Surfing With the Alien" la joya de su discografía, con la que se destapó ante el Mundo como uno de los más grandes. Su legado sigue estando presente hoy en día y permanecerá en años futuros por mucho tiempo.
-Tuvo que ser un verdadero regalo del cielo para los habitantes de Dallas y Atlanta el presenciar a los legendarios Judas Priest esas dos noches. "Priest...Live!" recoge el testigo de una gira mastodóntica para presentar al Mundo el "Fuel for Life Tour".
Judas Priest no atravesaban buenos momentos en 1.985 y 1.986. Rob Halford llevaba una intensa consumición de drogas y alcohol (problemas con su sexualidad y otros "affairs") y tuvo que ingresar en un centro de rehabilitación donde pasó más de un mes. Recuperado se metió en el estudio con su grupo y tras muchas sesiones de los más variopintas, se grabó "Turbo", el disco más comercial de Priest, acomodado a las nuevas modas de mitad de los '80, introduciendo sintetizadores y fusionando el "techno" con un "heavy/glam" muy americanizado; hasta la propia banda cambió su "look" de cuero negro y cadenas por uno más "hair", muy colorido y llamativo. Estéticamente no tenían nada que envidiarle a HELIX o Autograph.
Aunque "Turbo" fuese Platino en varios países, los de Birmingham perdieron a buena parte de sus más tradicionales fans, pero sin embargo ganaron a bastantes jóvenes con su nueva imagen y que ni siquiera se habían interesado antes por ellos de la misma forma. Así que había llegado la hora de mover los temas del nuevo álbum para que todos se enterasen de que Judas seguía sonando igual de "heavy" incluso si sus guitarras sonaban sintetizadas o si tenían las melenas cardadas.
Tras el fastuoso tour, donde se corroboró el éxito con llenos absolutos y estadios donde casi no se podía respirar de lo abarrotados que estaban, todo se imprimió tras una portada naranja donde unas cuantas manos señalaban hacia delante. "Priest...Live!" salió el 21 de Junio de 1.987, y ya se echaba en falta otro directo de los "Metal Gods", porque ya había llovido mucho desde aquel "Unleashed in the East" grabado en Japón. Este nuevo disco no es sino una perfecta colección de todos sus clásicos de los '80 y de los temas del "Turbo", relegando un poco sus antiguos temas para calar mejor en el joven público del momento.
El espectáculo se inaugura con esa épica entrada del teclado del "Out in the Cold", la mejor canción grabada en las sesiones del "Turbo", donde el público ya estalla en gritos y comienza a seguir la melodía de dicho tema. Tras esto el repertorio a seguir es sencillamente brillante y espectacular (Priest in their best for everyone!); tenemos los himnos "Metal Gods" y "Breaking The Law", donde Tipton/Downing se entregan a tope y regalan solos de lo más vertiginosos, Hill/Holland mantienen la misma base rítmica sólida y aplastante y Halford está pletórico y plenamente capaz de apabullar con unos agudos y unos berridos suprahumanos; hasta "Heading Out to the Highway" suena poderosa y "heavy" a más no poder.
Hay algunos puntos bajos con las más festivas "Parental Guidance", "Private Property" o "Rock You All Around the World" del "Turbo", pero se hacen amenas y disfrutables, sin llegar a aburrir ni quedarse a la zaga con respecto a las demás. Las del "Defenders of the Faith" se interpretan con furia, donde destacan unas monstruosas "Some Heads Are Gonna Roll" y "The Sentinel". Hay momentos memorables, donde Halford pone a prueba la resistencia de sus cuerdas vocales en "Love Bites" o donde el dúo de guitarristas ejecutan esos solos tan imposibles en la cargada de velocidad "Freewheel Burning".
Se revisa el clásico de 1.982 "The Hellion/Electric Eye", que hace enloquecer a los seguidores, y luego se mete "Turbo Lover", haciendo crecer el cariz épico del "show" por momentos. El espectáculo finaliza, como no podía ser de otra forma, con "Living After Midnight" y "You've Got Another Thing Comin'", seguida por todos los presentes entre ovaciones y estrépito (incluido el clásico "Woow, woow, wow, yeah!"). Halford agradece la asistencia, comienzan a sonar explosiones y el último golpe de Holland termina con la actuación, dejando exhausto a un público que parece ha tocado el cielo asistiendo al concierto de su vida...
Después de esto la carrera de los ingleses volvería a dar otro vuelco cuando se metieron en el estudio para devolver a su imagen y sonido la fuerza de las raíces de las que procedían, con "Ram It Down" ('88), un tratamiento de "heavy metal" duro y épico mezclado con el "speed metal" que tan de moda estaba en aquellos momentos que resultó, sin embargo, el punto más flojo y menos inspirado de toda su discografía, aunque aún contiene buenas canciones que sirven para tenerlo en cuenta.
Al margen de todo eso también se grabó el documento audiovisual de mismo nombre en el Reunion Arena de Dallas, Texas, y que presenta un espectáculo asegurado con una banda de altura reinando ante los pueblerinos tejanos entre la parafernalia ochentera del manual del buen "heavy": una escenografía de lo más pomposa y un vestuario de lo más estrambótico y hortera (up the 80's!). La dignidad y sobriedad de Hill y Holland, las sugerentes y ambiguas poses del sr. Halford (se les escapaban muchas cosas a los seguidores de los Priest en los '80), los guiños de Tipton a las fans, sus aires de "gentleman rockero" y sus coreografías tan precisas con su compañero Downing, excedente de chulería con sus movimientos y sus gafas de sol tapándole la cara, garantiza un visionado obligatorio para todo fan del grupo y del "heavy metal" en general.
47.º en Gran Bretaña, 38.º en EE.UU. con Oro y 39.º en Canadá con otro Oro...quizá no fue un triunfo a lo grande (el mercado estaba muy ocupado con Bon Jovi, Whitesnake y EUROPE) pero, ¿acaso importaba? Eran los Judas Priest, los míticos, y escucharlos en directo ya era un privilegio.
Y hasta ahí se quedarían otros diez. En 1.987 la tendencia natural era seguir con el "rock" americano, el "heavy" y el "thrash", pero la corriente del "sleaze" que inauguraron Guns 'n' Roses tendría también sus máximos exponentes en aquellas fechas.
Mötley Crüe por ejemplo se liberaron de ese "glam rock" clásico del "Theatre of Pain" con el éxito de "rock" sucio y callejero "Girls, Girls, Girls", DOKKEN alcanzaron sus mejores puestos con la joya "Back for the Attack", HELIX realizaron su disco más "heavy" desde hacía años y favorito del que escribe, "Wild in the Streets"; otros "glammies", SHY, parieron "Excess All Areas", que contendría uno de los himnos del "hard rock" de los '80 por excelencia, el gran "Break Down the Wall" (véase el videoclip, ochentero total); Great White empezaban a moverse de género con "Once Bitten...", más orientado hacia el "rock" clásico.
Por su parte, Autograph realizarían su último disco, "Loud And Clear", infinitamente superior al anterior, mientras que KEEL se separaban de Gene Simmons en "Keel" y los Night Ranger bajaron un poco la inspiración en "Big Life". Los más progresivos Savatage sacaron el "Hall of the Mountain King", los alemanes Helloween dieron vida a su ambicioso "Keeper of the Seven Keys", el mejor de su discografía. Suicidal Tendencies sorprendían a muchos con su brutal "Join the Army" y Manowar seguían igual de duros en "Fighting the World".
Los veteranos TRIUMPH realizaron "Surveillance", el último con Rik Emmett; los KISS cambiaron el "glam" por un "hard rock" lleno de melodía en "Crazy Nights", DIO despuntó con el aclamado y ya practicamente olvidado "Dream Evil"; los antiguos compañeros de éste, Black Sabbath, seguían tocando fondo con "The Eternal Idol", cantado a partes iguales por Ray Gillen y Tony Martin; HEART volvieron fuerte ese año con "Bad Animals", una 34.ª posición en el Billboard estaba ocupada con "The House of Blue Light", el nuevo disco de Deep Purple después de tres años desde el "Perfect Strangers", así como unos Y&T no muy inspirados sacaron "Contagious" y RUSH su "aorero""Hold your Fire". En todo esto el bueno de Dan McCafferty ponía en la calle su segundo LP en solitario, "Into the Ring", tras doce años desde que publicara el primero.
Debutaron unos imitadores de tercera de Guns 'n' Roses llamados Faster Pussycat, los de gales Tigertailz, una cafre mezcla entre Mötley Crüe, Hanoi Rocks y The New York Dolls, con "Young And Crazy"; los estrafalarios Bad News, los angelinos LION con "Dangerous Attraction", los Testament con, según la crítica de entonces, "uno de los discos que no han hecho los cuatro grandes" (que ya sabemos quienes son), "The Legacy", y Coroner y su "R.I.P.", con el que rompieron moldes en el mundo del "thrash".
En directos no podemos olvidar el rocambolesco "Live...in the Raw" de WASP, ese gran homenaje a Randy Rhoads que hizo Ozzy en "Tribute", el grandioso doble de LOUDNESS llamado "8186 Live" y el realizado por Meat Loaf en el Wembley Arena, "Live at Wembley", sin contar las actuaciones grabadas de Iron Maiden ("Twelve Wasted Years"), Gary Moore ("Live in Stockholm: Wild Frontier"), Alice Cooper ("The Nightmare Returns") y el tributo a Cliff Burton de Metallica ("Cliff'em All").
Y había muchos más, mientras que el final de la década empezaba a verse en el horizonte, aunque aún quedaban dos buenos años antes de que la mortífera y dañina etapa de los '90 llegara...1.988 también llegará.
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