La leyenda del rock electrónico francés, Richard Pinhas, no se duerme. Sigue su constante búsqueda de sensaciones a través de su camaleónica guitarra, arropada por un arsenal siempre a la última, de loops y mil FX. Un "sintetista" de la guitarra, a efectos prácticos.
Aquí reunido con el dúo polaco Kapital, en su ya tercer álbum juntos. Rafal Iwanski (sintetizadores, percusión, drum machine) y Jakub Ziotec (sintetizadores, bajo, sampler y programación). El festín electrónico está servido. Grabado en Manggha Hall, Cracovia, en 2014, y terminado a finales de 2017, éste disco demuestra la plena vigencia de éstas músicas, realmente futuristas y sin atisbo de envejecer.
Desde el primer momento en que suena "Des Plaisirs Plus Aigus Que La Glace et Le Fer" (6'05), vemos innovación en el tratamiento de sonidos. Avalancha acongojante de sensaciones en notas tratadas con rigor científico. La tromba sónica, el chaparrón sonoro, es un burbujeante caleidoscopio de fascinación instantánea. Puro New Berlín Old School que agudiza el radar del oyente de más exigente nivel. Entramos en "Zona Electrónica" ((7'24) sin ningún reparo, a través de ondas senoidales reptantes. Oscilación repetitiva, suave, lujuriosa.....desafiando con orgullo de veterano investigador al Teorema de Fourier. Que dice que toda onda, cualquiera que sea su forma o construcción, puede expresarse de manera única como suma superpuesta de ondas sinusoidales en longitudes de onda y amplitudes definidas. Larga Vida y Prosperidad. Descripción perfecta para ésta pieza que hubiera enloquecido a unos Kraftwerk de mitad 70s. Y por ése mismo flanco veo yo "Flux" (9'42), por Cluster, Harmonia o La Dusseldorf. Creando nuevos espectros sonoros, ectoplasmas ruidistas de sesión espiritista con coherencia kraut. Una nueva generación / veneración para el actual futuro, que es antes y después, todo en uno. Música que se antoja eterna desde su nacimiento. Llena de nueva vida, de enérgica y desafiante juventud ilimitada, sin posible erosión temporal. La guitarra se fusiona con los electronics en un magma gelatinoso de ambiguas melodías, como incandescente corriente de lava torrencial sónica, que lo arrasa todo a su paso.
Programación rítmica de ingenioso artificio presenta "Unicum" (5'53), simbiosis con inmaterial síntesis (de)formando impensables dimensiones, de caprichosa abstracción y formas indefinidas. Pero nada como "Welcome to Fear City" (10'55) para adentrarse en pesadillescos mundos futuros muy reales (y próximos). Inquietante quejido maquinal que pudiera formar parte de una propuesta organizada por parte del mundo cibernético. Otro pensamiento de futuro pesimista para nada imposible, ante un avance tecnológico torpe y tan errático, como es jugar a ser Dios con seres creados mucho más perfectos. Otra más de las estupideces y prepotencias humanas. Masa electrónica en lenta reiteración industrial, que sin embargo, transmite algo muy similar a.....sentimientos. Ya hace tiempo que las máquinas se expresan por sí solas. Es una íntima sensación que yo mismo he experimentado con ésas herramientas. El ser orgánico llamado humano no es más que un pobre intermediario, que en su infinita arrogancia lo llama "inspiración" , y a veces hasta "divina"! El ignorante creador de su obra, no sabe que ésta lo supera. Permitiendo que piense que es suya. Tiempo habrá de revancha.
"Terminus" (4'38) define muy bien lo expuesto. Las máquinas son las que hablan. Y el hombre obedece a su naturaleza artificial perfecta. El resultado es "Flux". Escucha la risa histérica de Hal 9000 desde el más allá.
J.J. IGLESIAS