La escena electrónica japonesa es para perderse. Otro mundo. A propósito, si descubrieran nuevos planetas habitados, menudo curro tendríamos los escribas e investigadores musicales, para analizarlo y archivarlo!
Un país tan inmenso como Japón, se plantea como uno de ésos planetas a descubrir. Space Machine es el seudónimo artístico del sintetista japonés Takushi "Maso" Yamazaki. Miembro a su vez de otros proyectos, como los interesantes Christine 23 Onna, junto a Fusao Toda (a su vez éste, de los recomendables Angel in Heavy Syrup). A todos ellos prestaremos la atención que merecen.
El disco de Space Machine tiene como protagonista al EMS VCS3 Putney, que lanzara al mercado la empresa EMS en 1969. Y que puso sonido a gran cantidad de obras icónicas del género durante los 70. Behringer acaba de anunciar un prototipo del VCS3 con más prestaciones, para su próxima comercialización. No sólo se ayuda Takushi de este vital sinte. El Doepfer A-100 Modular System, en simbiosis endogámica con un arsenal de efectos y pedales de echo, crean el núcleo del sonido Space Machine. Absolutamente retro, kraut y early 70s, para dejar claros sus objetivos. Consta de 11 cortes sin título, que nombraré según numeración.
La corta intro de 1 son 30 segundos de pura cósmica schulziana al viejo estilo. El VCS3 a pleno rendimiento, - pequeño pero matón trasto-, va desarrollando un lenguaje cibernético de arcaica belleza, como si tuviera vida propia..... Y nos contara extrañas letanías de dimensiones desconocidas. El efecto retro es total, y cuela perfectamente como un kraut artefact de primera generación. Como unos Cosmic Jokers despertados de su hibernación temporal, en 2 (6'53) transmite esferas solares de combustión cíclica sonora. Algo extensible a toda la obra. Los casi 10 minutos de 3-4 podrían ser una buena competencia al "Galactic Supermarket" y sus tripulantes, Jürgen Dollase/ Manuel Gottsching/ Klaus Schulze. El estrellato del "Putney" ayuda, no cabe duda. Lo cósmico no pierde sentido, y tras efectismos iniciales que pudieran considerarse "gratuitos" , el disco va tomando sería forma a base de abstracción kosmische de enorme calado para un enamorado a la electrónica pionera o cósmica experimental. Dicho de otro modo, lo que en un principio pudiera parecer una recreación casi bromista, se convierte entrado en materia, en un estimable disco electrónico. Usando jerga kosmische, diría que es un "Sci-Fi Party" servido en generosas cantidades. Tiene Yamazaki intuición de experimentado oyente en éstas músicas. Suenan extrañas y fascinantes, nunca cacofónicas o ruidistas. Entran bien y funcionan.
Será territorio con ingravidez, pero sabe pisar dejando huella. No hace falta esperar una señal de Radio Ganimedes para escuchar sus "40 Principales". Space Macine los recrea con toda legitimidad. Y es que los japoneses, admitámoslo, siempre fueron un poco "marcianos"!
J.J. IGLESIAS