Presentamos a un sintetista alemán, concretamente de Wuppertal, procedente de los brumosos bosques del Dark Ambient. Dentro de ése estilo forma parte del dúo Sphäre Sechs. Y con el seudónimo Phelius, cuenta con unos 20 trabajos. Ahora publica también a su propio nombre desde 2019, que se estrenó con "Seven Pieces for Synthesizer". En 2020 le "sentó bien" el confinamiento y replegò filas para lanzar nada menos que cinco obras : "Dub Techno Live Set", "Farcaster", "Branches", "Far Beyond The Stars" y "The Omarion Nebula". Siendo el último trabajo (que yo sepa), éste "Temporal Paradox" de Enero de éste año.
Como Martín Stürtzer parece que el acercamiento a la Berlín School es un objetivo prioritario. Está más que probada la revitalización del estilo (quizá ya género? ), de un tiempo a ésta parte. Nuevos nombres con excelente garantía, mantienen viva una llama que está más viva que nunca.
Una selección de sonidos inmejorable ya sorprende en la inicial "Warps" (8'33), con un rail guía secuencial del Digitakt. Aparato secuenciador-motor en las construcciones escherianas de Stürtzer. A los fans hardcore de Tangerine Dream les sonará a gloria, como debe ser. Prueba de fuego para todo sintetista actual que entre en éstas músicas. Sabor 70s, sí, pero como lanzadera inevitable a un futurismo que lleva camino de ser eterno. Y me alegro. "Sleeping TG77" (6'49) posee todo el aura de Edgar Froese y sus sombríos fondos sobre secuencias de atractivo magnetismo psico-lógico-trópico-délico. A partir de ahí, teje con tela rítmico - melódica de sci-fi feel nunca pasada de moda. Porqué será que cuanto más se visita la Berlin School, más futurista parece? Será realmente, la música de nuestros días? Lástima que esto no sea el futuro tal y como lo idealizábamos en aquellos soñadores 70. O tal vez sí, cuando se expresaba sobre sonidos amenazantes, oscuros y siniestros.
Tiempo de más reflexiones con "Temporal Paradox" (13'43), riqueza rítmica extraordinaria, fluidez natural de buen ejercicio berlinés. La tricotosa secuencial del Digitakt trabaja a plena potencia, creando mundos imaginarios fascinantes, y de absoluta necesidad para nuestra actual salud mental. Pura terapia psíquica que los hemisferios cerebrales agradecen, por su deuda vintage a Vangelis o el gran Con Schnitzler. Un pedazo de fantasía instrumental exuberante, onírica, fantasiosa. Necesaria, insisto. Una pequeña joya. La huella científica cada vez más cerca de la otra ciencia.....ficción. "Eta Carinae" (7'59) y sus retardos sonoros por notas, en un clásico guiño a efectos de los años 50, puede recordar a vetustas pelis de invasiones extraterrestres en b/n. Con aquellos efectos de juguete que nos hacían soñar más que los actuales ultrarealistas. Ésa es mi percepción a algo tan bien diseñado, que da escalofríos de placer. Stürtzer es un escultor electrónico de primera magnitud, capaz de llevarnos a sitios inexplicables y paradisiacos sin perder el sentimiento de las máquinas. Ejemplo clarividente es "Stable Wormhole" (8'28), efectivamente, un agujero de gusano dimensional donde la electrónica ejerce como tal para trasladarnos a estados inverosímiles de la consciencia. Y sin ayuda psicotrópica alguna, la propia música lo es. No demos más info, o son capaces de prohibirla.....Pa'variar. Música para la paz de un limbo, sería la nebulosa "Dimensional Drift" (5'42).
Y "Echo Mapping" (10'55) termina el placentero viaje por estos multiversos cromaticos de electrónica sanadora. Estrategia secuencial a la Baumann, y sinuosas melodías planeadoras de imbatible buen gusto. Todavía tenemos un bonus track, a la vieja usanza 90s. "Tachyon" (10'09), un broche de oro para un trabajo impecable. No queda otra que darle al play y volver a disfrutarlo. Escucha gratificante garantizada y un sintetista a tener muy en cuenta. Espectacular grabación.
J.J. IGLESIAS