Formación catalana creada en 1998 y claramente liderada por su teclista extraordinario, Pito (Pitu=Pi two=Pi2) Costa. Su demo de 1999, "Retorn", será tan excelente y recogerá tan buenas críticas, que en 2004 es reeditada como álbum oficial por Margen Records. Siendo su debut, "Tomorrow's Another Day" (2000) y "The Endless Journey" (2006), piezas infaltables entre lo más destacado del progresivo contemporáneo de éste país.
Hay que sumar su último trabajo hasta la fecha, "Silent Running", considerado por muchos como el mejor. Francamente, la cosa está reñida. Ignoramos si a día de hoy están disueltos, ya que estamos sin noticias discográficas desde hace 12 años.
La gran comilona progresiva de éste álbum superlativo, tiene un inicio con una tormenta de noticias de orientación política. Se llama "Welcome to the Circus" (7'04). Fuerte aroma a Flower Kings, con la excelente voz de Alex Warner, (y letras del ex-Dracma, Jordi Planas). Las guitarras de Juanjo Verdú e Ismael "Viru" Valero emocionan en sus intercambios jazz rock de bombástica presencia. Más relajada y cameliana comienza "L13" (4'10) - continuadora de "L9" y "L10" del álbum anterior -. Pito lanza sus desafiantes y ya clásicos arranques de mini-moog wakemaniaco, y es una auténtica delicia de instrumental. Coro mellotrónico de catedral para "Credo" (5'17), y brusco cambio casi bordeando el aflamencado jazz rock de Iceberg. Efusividad mooger, palmas flamencas y arrebatos latimerescos. Aquí no se aburre nadie!
"The Acid Rain" (10'26) circula con la apacible sobriedad de su influencia mediterránea, además de rabietas hard rock que le sientan estupendamente. Imaginativos ritmos a cargo del batería Ángel Lloberas, y los graves a cargo del teclado. Muy Roine Stolt en general, pero con un aderezo vintage que puede llevar a Greenslade (ese Rhodes.....). Otro punto álgido del álbum. Es "Bad Guys" (7'10) algo que comienza como un tema de CAI y un piano al estilo Chano Domínguez, pero que cambia drásticamente hacia un neo-prog-reggae de gabrielano estribillo. Bipolar planteamiento característico en The Flower Kings. Que Pito Costa "wakemaniza" en su personal línea estilística. Mellotron aportador de grisáceas sensaciones y precioso solo de guitarra digno de Steve Rothery.
Finalmente la macro-suite "Silent Running " (25'26) lleva como invitado al extraordinario sintetista Sam Vitoulis, (seguramente una amistad de sus tiempos compartidos en Margen Records, donde fueron dos de sus grandes descubrimientos). Es una pieza llena de nervio, a pesar de sus omnipresentes teclados. Alex Warner transmite con emoción. Los mini-moogs alardean y enarbolan bien orgullosos el estandarte sinfo-prog. Con escapadas jazz rock efusivas y espectaculares. Momentos floydianos "Dark Side" adaptados con majestuosidad. Líneas clásicas de Camel, y memorables crescendos de los dos teclistas. Que enriquecen una pieza con altibajos emocionales, pero sin perder un alto nivel en toda su extensión.
La verdad es que los cuatro discos de π2 son de lo mejor que se ha hecho aquí en éste nuevo siglo. Pero no han tenido apenas repercusión. Imperdonable, y uno de los contras de su "carrera silenciosa".
J.J. IGLESIAS