Iñaki Egaña Azpeitia ha vivido en una sola existencia cual músico lo que muchos compañeros de profesión no llegarían a rozar ni reencarnándose mil veces. Nacido el 24 de octubre de 1948, este impactante instrumentista y vocal ha formado parte de algunos de los grupos más punteros que han dado las escenas del pop, el rock, la fusión y las corrientes progresivas a nuestro país. En 2012 contacté con él para repasar con auténtica devoción, y gracias a esta extensa entrevista que me concedió, toda una vida de amor por la música.
Hablemos primeramente de Los Buenos, una de las formaciones de culto del sonido sesentas nacional. Igualmente unos innovadores en nuestro país a la hora de mezclar el blues con el rock y pop. ¿Qué poso dejó en ti, cual músico, aquella primera experiencia?
Fue una época en la que compartí escenario con los mejores músicos que pasaron por Madrid. En aquel momento mi vida transcurría dando conciertos, grabando músicas para películas (Pecados conyugales, Una vez al año ser hippie no hace daño, etcétera), anuncios publicitarios (cerveza San Miguel), cabeceras para radios con mis compañeros del grupo Los Buenos (Los 40 Principales). Fue entonces cuando se propuso a nivel nacional, entre los medios de comunicación y todos los fans que quisieron votar, crear el supergrupo español cuyos integrantes fueron:
Cantante: Teddy Bautista.
Guitarra: Tony Obrador.
Teclista: Luis LLach.
Batería: Manolo Varela.
Bajo: Iñaki Egaña.
Los Buenos aparecisteis en la película Un, dos, tres, al escondite inglés (1969) de ese genio que fue Iván Zulueta. Una película pop muy adelantada a su tiempo, muy original. Si no recuerdo mal, Los Buenos cantaban allí “Groovy Woovy”. ¿Cómo surgió el proyecto? ¿Tuvisteis un contacto continuado con Iván durante el largometraje o fue sólo rodar vuestra aparición y listo?
La canción que tocamos en la película la grabamos en la primera sesión de Los Buenos para el sello Acción, creado por la Cadena Ser; y fue a través de sus directores que contactamos con Iván Zulueta. Rodamos en los estudios radiofónicos de la Gran Vía madrileña. Después del rodaje, no mantuvimos ningún contacto con Iván.
¿Qué aire se respiraba en el plató? ¿Se sentía el estar rompiendo algún tipo de barrera conceptual al participar en esa visión tan adelantada y surrealista de un filme entre comedia y musical?
Todo lo que recuerdo es que fue como un ensayo de la canción, pero con cámaras. Yo, al terminar la actuación, hacía un comentario a unas chicas; después, cuando vi la película, me habían doblado la voz. No tuvo nada que ver el rodaje nuestro con el concepto general de la película, sinceramente.
En 1971 Alacrán se autoproduce su primer y único trabajo discográfico, pero cuál dirías que fue el auténtico comienzo de dicho proyecto. ¿Cómo contactas con Fernando Arbex? ¿Conoces la razón por la que, de la última formación de Brincos, sólo se queda con Óscar Lasprilla?
Conocí personalmente a Fernando porque la distribuidora de Acción era Belter-Nóvola, la discográfica de Los Brincos (grupo donde él tocaba la batería) y empezamos a reunirnos en su casa, compartiendo así nuestras ideas musicales. Venía de grabar en Londres el elepé Mundo, Demonio Y Carne, en el que se incorpora el músico colombiano Oscar Lasprilla. Fue tal la compenetración de Óscar (guitarra, hammond y voz), Fernando (batería) y yo (bajo y voz), que en los estudios de grabación Celada, cerca de Alcorcón, materializamos el único álbum que editó Alacrán.
Y cual power trio, todavía conociendo el final al que se llegó con esa mixtura musical tan original, ¿teníais inicialmente en la cabeza a formaciones como Cream, Jimi Hendrix Experience o Taste?
En aquellos momentos eran Cream, Jimi Hendrix o Traffic, lo más nos gustaba; pero en ningún caso intentamos ser una réplica de nadie.
Me parece fundamental que relates el comienzo de Barrabás. ¿Por qué Alacrán termina y se pergeña ese supergrupo que pasaría con nota de la psicodelia con mestizaje latino al funk y la corriente disco? ¿Sentías desde los primeros pasos de Alacrán que sería una apuesta bisagra en espera de algo más grande?
Creo que Alacrán fue el embrión que llevó a Fernando a crear Barrabás. Durante mi servicio militar –que duró doce meses– grabó junto a Miguel, Ricky, Joao y Tito Duarte el primer vinilo de Barrabás. Sólo les faltaba la voz cantante. Me invitaron a probar y así me incorporé al proyecto.
Siempre se ha hablado de que Fernando pronto prefirió centrarse en dirigir Barrabás, retirándose de sus labores como instrumentista en el conjunto. ¿Esto era algo ya planeado o fue una consecución de hechos lógica? ¿Cómo quedó entonces la relación entre Arbex y el resto de Barrabás?
La verdadera vocación Fernando, aunque era un buen baterista, estaba en la composición de canciones comerciales. Él quería plasmarlas en el vinilo sacando el mejor rendimiento al equipo con el que trabajaba; así empezó a desligarse de la batería, dedicándose a dirigir y producir discos.
¿Qué recuerdos te quedan de Fernando como persona, como amigo?
Con Fernando he vivido cuatro etapas:
1ª. Alacrán: Ilusionante, inspiradora y agradecida.
2ª. Barrabás: Exitosa a nivel musical-popular y decepcionante, ya que me apartó del grupo antes de comenzar las actuaciones en directo (varios músicos nos vimos implicados en una redada por consumir porros).
3ª. Año 1981: Me invitó a formar parte de un proyecto llamado Business, junto a Mari y Carmelia (dos hermanas americanas residentes en Madrid). La producción se realizó en Nueva York y, que yo sepa, sólo se editó un maxi-single que lo sacó el sello Blanco y Negro. En esta etapa, Fernando quiso retomar la relación profesional y humana que había roto con anterioridad.
4ª. Prohibido: Último elepé de Barrabás en el que participamos como músicos Javier Losada, Pepe Robles, Tito Duarte, Miguel Morales, Jose Mª Moll y yo. Fue una relación profesional y amistosa.
Otro momento inolvidable en tu carrera es tu paso por la formación andaluza Imán, Califato Independiente. ¿Cómo cuatro personalidades tan particulares, con tantas referencias musicales a sus espaldas, parieron un elepé como aquel debut para CBS?
En un principio fuimos trío: Manuel, Kiko y yo. Posteriormente se incorporó Marcos Mantero y, aunque veníamos de tocar diferentes tipos de música, la magia y el momento nos unió y nos hizo cómplices de un LP totalmente genuino.
¿Cuál era vuestra forma de proceder sobre un escenario en aquellos días? ¿Dejabais que de lo compuesto inicialmente se pasase a una especie de improvisación?
Las actuaciones eran en un principio improvisaciones que, una vez grabadas, en los ensayos íbamos moldeando. También había ideas personales que se trabajaban en y para el grupo.
Imán, como banda, y tras los dos discos clásicos, han vivido una segunda juventud en el nuevo milenio gracias a diversos conciertos por diferentes puntos de España. Igualmente habéis llegado a editar esa maravillosa obra de rarezas y material inédito que es Especial 30 Aniversario. Sin embargo, y aunque se habló de un futuro CD de estudio, tras unos ensayos que estuvisteis realizando para probar nuevo material –según me contó en su día Marcos Mantero–, al final no se ha vuelto a saber nada de ese siguiente asalto a la escena experimental. ¿Hay o no planes para llevarlo a buen puerto?
Hay material grabado en el estudio La Bodega de Jerez, pero está en stand-by y por los vientos que soplan no hay proyecto a corto plazo de editar nada.
Rama Lama, uno de los sellos que más está haciendo por recuperar la música de los 50, 60 y 70 de nuestro país, ha sacado sendas ediciones con el material de Los Buenos, Barrabás e Imán. ¿Te han planteado alguna opción para intentar editar las canciones de Alacrán? Cuando grabasteis aquel trabajo, el primero y último del conjunto, ¿se quedaron fuera temas compuestos pero no escogidos para el vinilo?
Por parte de Rama Lama no ha habido ningún contacto. No recuerdo que en Alacrán grabásemos más temas que los que salieron en el vinilo.
¿Cómo se desarrolló tu carrera tras Imán? ¿En qué medida te han afectado los cambios en la industria durante las últimas dos décadas?
Al dejar Imán sigo como músico-compositor, tocando y cantando en varias formaciones por Inglaterra, Venezuela, Colombia, Argentina y Brasil. Grabo lo último de Barrabás con gira por Colombia. Acompaño a Juan Pardo en sus actuaciones durante siete años, en los cuales grabo dos discos y un doble en vivo. Posteriormente me dedico a la enseñanza de solfeo, guitarra y bajo, sin dejar de tocar y grabar con diferentes artistas nacionales. En cuanto a la industria del disco, no me he sentido especialmente afectado, por no haber mantenido una carrera discográfica constante.
¿Qué proyectos de futuro tienes como músico?
Durante los últimos tres años formo parte del grupo bilbaíno Los Mitos, con los que he grabado un CD con versiones antiguas y temas nuevos, actuando en varias capitales españolas, haciendo programas de televisión y viajando dos veces a Miami –y otra en proyecto para últimos de abril–. Actualmente resido en Jerez de la Frontera, ya que mi hijo Lander Egaña - Maizenita es un amante practicante del cante y quiere empaparse del más genuino ambiente flamenco. Toco con varios músicos de la zona y estoy grabando el bajo para un nuevo CD de Omni.
por Sergio Guillén
sguillenbarrantes.wordpress.com