Uno de esos grandes descubrimientos en mi particularmente horroroso verano. Una pequeña alegría en un mar de desesperanza. Quarteto 1111 fue la más destacada formación de sympho-prog en Portugal.
Fundados en 1967, su aprendizaje hacia cotas de altísimo nivel se forjó con la edición de 4 EPs entre el 67 y 70. En ése mismo año sale su homónimo y respetable debut. Ya en el 73, "Bruma Azul do Desejado". Y en 1975 su último y mejor álbum, considerado su obra maestra, "Onde, Quando, Como, Porqué Cantamos Pessoas Vivas". Un homenaje fastuoso al mellotron. Tan colosal como puedan ser los primeros de King Crimson, Moody Blues o el debut de Spring. Un himno al instrumento desde un dominio absoluto de lo romántico vía RPI. Y me estoy acordando a bote pronto de Celeste, I Dik Dik, Museo Rosenbach, Osanna, Planetarium o Rustichelli & Bordini. También equiparable a grandes domadores de bestias M4000D, como Sandrose o SFF. Un verdadero sueño desproporcionado, que maravilla en cualquiera de sus dos largas suites. José Cid (voz, teclados, producción), Tozé Brito (voz, bajo), Antonio Moniz Pereira (guitarras), Mike Sergeant (bajo, guitarras) y Guilherme Ines (bateria) fueron los artífices de ésta masterpiece.
La Parte 1 del título del álbum, nos muestra 14 mts de filosofía hippie cantada en su idioma nativo. Desde las primeras notas asistimos a una epifanía mellotrónica desmesurada. También mini-moogs en añeja forma, y una banda llena de fuerza y empuje. Jose Cid canta tan bien como toca. Italian prog en su mejor salsa dramática, desde tierras portuguesas. La lengua propia ayuda todavía más a ése acercamiento RPI. Aunque por cercanía, podrían ser también considerados como vecinos estilísticos de Granada, Crac, Bloque, Ibio o algún grande del rock progresivo Euskaldun. Grandiosidad dramática que se hace poesía, vía a hermosos remansos acústicos folk prog.
que continúa con todavía más acierto en la Parte 2 (16'52). Justo en su comienzo encontramos ésa conexión con el prog folk vasco, sin perder ni por un segundo ésos océanos mellotrónicos de maravilloso onirismo. Todo transcurre en un clima sinfo de irreprochable cadencia pastoral. Con subidas y bajadas de tensión emocional y ambientes siempre acertados. De verdad que es un álbum sin una arista dudosa. Todo especial y perfecto para su año.
Fue el último trabajo de Quarteto 1111, y rotundamente el mejor. Ha pasado a ser más conocido el álbum de 1978 de José Cid, "10.000 Anos Depois Entre Venus y Marte". Un gran ejemplo otra vez, de calidad sinfónica. Pero no a la altura del que hoy traemos, el cual se sale de los parámetros del típico "buen álbum", y trasciende en la historia. Destacable y extraordinario.
J.J. IGLESIAS