Nunca estamos contentos con nada. Eso no es malo. Lo que es malo es el conformismo de ahora. En los 90, el prog estaba volviendo. La gente joven estaba descubriendo discos maravillosos de sus hermanos mayores o padres. Y la crítica se había olvidado de jodernos. Conste que todavía están ahí, los mismos. Pero ahora callan como traidores Judas. El prog imperante, era por entonces, el llamado neo-prog. Que cogía el testigo de los valientes de los 80. Que a su vez habían cogido el suyo de los 70. Y claro, remangábamos el morro. Que si esto suena a Genesis, a menganito o a zutanito. Que si "más de lo mismo", y tal. Llevo como un par de años desempolvando y rebuscando grandes álbumes olvidados, tildados de. ...... neo prog, (póngase cara de asco). Y resulta que se comen con patatas a toda la mutación híbrida actual. Ésa (mala) suerte de indie pop rarito descafeinado y estreñido. Frío como un témpano de hielo en el ojal, en pleno Enero. Así que viva el neo prog, cabrones.
Y aquí traigo a los canadienses (de Quebec , nada menos, marca "Q" denominación de origen), Red Sand. Formados en 2003, con majo debut en 2004 y éste "Gentry" del 2005. No estamos hablando de unos olvidados. Que llevan sus buenos 10 álbumes de estudio, (lives aparte), el último de éste mismo año : "The Sound of the Seventh Bell". El guitarrista Simon Caron lleva las riendas, en letra y música. Mathieu Gosselin (bajo), Perry Angelillo (me he jurado no hacer ningún chiste, a la batería). Pierre Massicotte (teclados) y Stephane Dorval (cantante, ex-Dagmahr). He aquí el prototipo de disco cojonudo del género. Al que seguro le hubiéramos puesto pegas en su día, con lo del neo de los cojones. Que pasó desapercibido incluso en las filas del underground. A los british les jode bastante que les metan un gol en casa. Y claro, "neo prog canadiense", pues como que no.
"Submissive" (18'07) elabora imágenes. Sin parar. De tragicomedia. De altos y bajos de la vida. De ironías y traiciones. Te dirán que "a la Marillion". Y no. Porque las mismas influencias beben del pitorro unos que otros. Es un botijo para muchos morros. Steff Dorval no era un Fish clone. Su voz es dulce, amarga y multi-expresiva. Mucho. Y sí, si el guion exige desnudarse, pues se sobreactúa lo que haga falta. Que éste tipo de música lo pide a gritos (torturados). Fondos existenciales de mellotron genesiano y bajo casi más Jaco, que Chris o Geddy. Simon Caron eso sí, es un Gilmour en toda regla, ergo, un Rothery de manual. Y el percusionista empuja al resto como un Ward, Mosley, Cook o Devoil. Imagina el mejor neo británico, y tendrás "Submissive". La influencia clásica es evidente. Genesis sin Gabriel pero con Ganas. Esto es, "A Trick" / "Wuthering" mayormente. Pero vaya, que los de la segunda hornada se dejan oír a ráfagas inspiradoras, en sus mejores momentos. No hemos nombrado el factor acoustic-folk tan de Quebec, que entra aquí sin vaselina. Harmonium en neo, queda niquelao en muchos pasajes. Sublime combinación, luego entonces.
"Gentry" (5'24) sí que es fácilmente imaginable en voz de Fish. Es de ésas tristonas concebidas en la barra de un viejo bar, ante unas cuántas cervezas y muchos recuerdos. Emocionan, que es lo suyo. Justo lo que busco. "Very Strange" (19'13) es la segunda bofetada sinfo. Y es que hacer largas es un arte, Iron Maiden. Y a todo no se llega. Red Sand tiene el mojo del clásico prog. Podrían dar unas cuántas clases prácticas a mucho enchufao de la "colorines de papel". Su categoría se pone al nivel de "aquellos" Marillion, Aragon, IQ, Twelfth Night o Citizen Caín. Al mismo. Sin desperdicio los 20 mts de rola jodidamente depre. Llena de cosicas que te mantienen alerta como mi perro cuando preparo la comida. Una cosa gloriosa, oiga. Aún estaban éstos con lo del bonus track, (ya demodé), y terminaban con "The Voice" (3'59). Una pequeña situación en un inmenso mural donde perderse, como en los de Mati Klarwein.
Es hora de rebuscar neo, como se hace con la arqueología 70s. A mí me llegan con la misma fuerza y emotividad. Justo lo que ahora no abunda.
J.J. IGLESIAS