La tradición de fusionar rock progresivo con jazz rock en Argentina tiene una gloriosa galería de antepasados: Spinetta Jade, Rayuela, Madre Atómica, Bubu, Pedro Aznar, Síntesis, Alas, Quinteplus......Y en la localidad de Mendoza, Qūassi se ha propuesto seguirla con todo el ánimo, respeto y calidad posibles. Modernizando el concepto y poniéndolo al molde de nuestros días.
Matías Restom (bajo), Leandro Pascual (batería), Mariano Fliri (piano eléctrico, sintes) y Axel Mattis (guitarra) son los responsables de "Mareas", primer álbum de Qūassi. Banda que desde su inicio en 2017, ha conseguido desde el underground un nutrido grupo de seguidores. Además de poder presentar su debut en vivo en tiempos tan difíciles.
Su "Intro" (2'30) revela dominio y aptitud para lo que nos espera. Clase. Y eso sin hacerse esperar trae "Vortice" (4'33), con capaz sección rítmica que llama la atención de inmediato. Teclistica al modo clásico, que incluye órgano y mini-moog. Y solista ingenioso y sensible con las seis cuerdas. Tienen una gran facilidad para la melodía flexible y fluida, como en "Solitario Spider" (7'19), donde consiguen ése efecto urbanita con dosis de guitarra hard comedida. Aunque lo prog domina con amplitud en imaginativas líneas aportadas por todos. No desaprovechan un sabor mediterraneo en ellas, que puede recordar a veces a nuestras legendarias bandas laietanas, Iceberg / Pegasus en cabeza. Teclados muy apreciados en sonoridad vintage nos trae "Trashilvania" (5'54), con efectivos juegos crimsonianos bajo jazz rock influencias de un Rhodes "coreano". No porque sea barato, sino porque trae esencias del gran Chick. Es otro pedazo de fantasía heroica proggy, con una fuerza que proviene de su exacta métrica compositiva. El órgano se permite algún guiño Emerson, y su aspecto ambiental siniestro ayuda mucho. Sin pausa, una ventisca en un mar agitado presenta "Marea" (5'05). Que es como una mezcla de nuestros Bloque instrumentales y Barcelona Traction. Precioso piano eléctrico que guía a una banda que se deja querer. Otro tema esencial. Finaliza con un volcánico moog soleando con la elasticidad del gran Kitflus.
"Reverbi" (7'14) posee un bonito tratamiento sympho, sin perder su alma jazz rock tan bien resuelta por el Fender Rhodes y el arpegiado de la guitarra. Un tema que no hubiera desentonado en un repertorio de Tasavallan Presidentti. Mención destacada al sobrehumano trabajo percusivo. Curioso título es "Matemático Frustrado" (4'50), -quizá extensible a casi todos los músicos! -. Otra gozada "quasi" canterburyana en su contexto, que incluso trae ramalazos de los Camel mid-70s. La maravillosa "Amapolas" (8'20) pone fin a éste irreprochable álbum de presentación. Con el sitar invitado de Jona Seuferheld ofreciendo la exposición del tema. Luego el phaser eleva la guitarra a niveles poéticos incuestionables. Rubricado por teclas llenas de sentimiento y belleza. Un tema que se me antoja nocturno, bohemio y piazzollesco. Encantadoramente pleno. La conclusión extraída es que esto es un proyecto sólido, un debut extraordinario y una banda consolidada y dispuesta a darnos muchas alegrías.
Qūassi es mucho. Es Todo. Y lo es, ya.
J.J. IGLESIAS