El primer álbum del sueco teclista Anders Helmerson fue fruto de su desmedida pasión (tardía) por el rock progresivo. En 1981 cuando lo grabó, todas las dianas apuntaban precisamente hacia discos como éste. Así que su decepción (que ya se vislumbra en el título), y abandono de la música fue total. Simplemente desapareció. Se dice que fue médico en un barco, hasta que arribaron en Brasil, donde instaló su nueva sede.
Quizá al descubrir su gran actividad progresiva. El sello Som Interior le ofreció volver, y en el 2002, nada menos, reapareció con "Fields of Inertia". Eso sí, espaciando mucho sus trabajos. "Triple Ripple" no saldría hasta el 2010. Y "Quantum House Project" en 2018. Éste 2021 apareció "Opus I". Pero es éste explosivo debut, "End of Illusion", el que hoy nos interesa. Un sueño increíble hecho realidad en 14 cortas piezas, (salvo una excepción), enlazadas. Le acompañaban hasta cuatro baterías, dos guitarristas, violín y percusión. Pero aquí el Imperio del Sintetizador gobierna orgulloso.
"7th Heaven" iniciaba un viaje extraordinario, furiosamente épico y de grandes aspiraciones. El sonido es claramente grupal, pero con las teclas invadiéndolo todo. Situable cerca de UK en su concepción sinfónica dura. Sección de ritmo casi hard rock y frenetismo escupiendo notas en ráfagas de killer synths. Plan de ataque muy valorado luego en Japón, por gentes como Freewill, Gerard, Deja Vu, Ars Nova, Black Page, Novela, KBB o Motoi Sakuraba. La boca no se cierra en ningún momento. En un constante apabulle de ideas, es una tormenta de meteoritos moog que no da respiro. El piano hace diabluras en "Rising Mind". Y "Electronical Story" (7'53) crea un parque temático de Morazs, Jobsons, Wakemans y Emersons a lo bestia. Helmerson es un antepasado de Jordan Rudess. Que es el tipo de frikismo prog que adoramos todos en un momento dado de histrionismo mental. Afrontemos que nos invade irremediablemente en algún momento. Dicho de otro modo, una gozadera que no sé a qué esperas a descubrir. Hermano gemelo de Duncan Mackay en aquel fabuloso "Chimera" (1974).
En el otro lado, "End of Illusion" es un constante homenaje emersoniano, y por ende, comparable a Triumvirat. Es como si quisiera quemar ése primer y último cartucho con toda la pirotecnia teclistica a su alcance. Morir matando. Romántica actitud que se ha tomado su venganza con el tiempo. Supongo que si ésta música se hiciera en el presente, la engüarrarian con guitarras jevis, vulgarizando otro sub-producto para el saco inmenso del metal-prog. Afortunadamente eso no existía en 1981, y nos encontramos con una segunda parte tan efusiva y "tarkusiana" ("Missinterpreted Omen"), como artillera en la ingeniería de síntesis. Esto es puro hard rock electrónico sin concesiones. Reeditado en cd por Musea en 1993 y los japoneses Belle Antique en 2012. A diez años de su último rescate, uno ahora en vinilo sería más que bienvenido.
Absoluta maravilla y resplandeciente ejemplo de lo que es pensar, con un moog entre las piernas.
J.J. IGLESIAS