Wolves es un disco amargo, tan amargo como la realidad en la que vivimos. «Esta ciudad tiene su propia manera de succionarte dentro, masticándote hasta que te escupe fuera otra vez. No he rejuvenecido, cada día es una batalla por subir la colina», canta BJ Barham en la primera estrofa de “Family Problems”. Y es que el oyente se encuentra ante un disco que le pondrá los pies en la tierra.
Se acabó el sueño americano, si es que alguna vez existió. «Hay una clase de desesperación que cuelga pesada en el aire» nos advierte “Southern Sadness” como el que sabe que, aunque exista la tristeza desgarradora, no queda otra que apechugar y seguir viviendo. De hecho, American Aquarium nos recomiendan agarrarnos a aquello que nos hace feliz y no a sueños banales o inalcanzables; como en “Losing Side Of Twenty-Five”, donde Barham asegura estar más que satisfecho con una vida en la que tiene «un par de canciones, unos muchachos a los que poder llamar amigos y una hermosa chica como pareja».
No hablo de pesimismo, es únicamente la mirada al exterior a través del cristal del día a día. La posición en la que hemos puesto al mundo y la manera en la que la sociedad ha terminado por verse reducida en muchos casos a ciertos esquemas agrios de tragar. Una vez más, American Aquarium ofrecen un trabajo brillante; ya se sabe, «cuando los lobos están hambrientos, los lobos comerán... sólo espero que las garras de esos lobos no me atrapen».
por Sergio Guillén
sguillenbarrantes.wordpress.com