Nacido en Hamburgo y procedente de la banda jazz rock, Capricorn, Lutz Rahn fue un miembro clave de los romantic-sympho-kraut, Novalis, del 71 al 85. Grabando con ellos nada menos que 10 álbumes. Dicho esto y viendo el título de su único disco en solitario, "Solo Trip", uno pensaría que su arsenal teclistico inmenso estaría al servicio de largas voladas space de improvisación cósmica, como mandan los cánones. Error.
Ya no era el momento. Hay que tener en cuenta que salió en 1978, y por ésos días todo estaba cambiando. Únase al hecho de que el álbum de Novalis de ése mismo año, "Vielleicht bist Du ein Clown?", había vendido sólo en Alemania nada menos que 300.000 ejemplares. En su paulatino rumbo sympho-pomp, con rasgos más comerciales, aunque excelentes (clara influencia del desmesurado éxito de Saga en aquel país). Tangerine Dream habían comenzado "a componer". Can, Ashra, Wallenstein o Amon Duul II se inclinaban por el funk espacial. No hablemos de Kraftwerk, que hasta se bailaba con "Trans-Europe Express"! Y a la inversa, hasta el sonido Múnich acercaba sus propuestas disco a un progresismo que hoy se ve con respetabilidad. Lo que puede cambiar el criterio de una misma música con el paso del tiempo. Lutz Rahn apostó pues, por temas cortos, de orientación comercial, dentro de un nivel que exigía calidad, dado su currículum. Que a mí me recuerda poderosamente a pioneros 60s del Moogexploitation.
Tal vez su uso de primitivas computadoras rítmicas sea lo que peor factura le ha pasado. Por fortuna, no abusa en absoluto. "Solo Trip" podría pasar por electronic space-disco francés, del tipo Space y su "Magic Fly" o los estrafalarios Rockets o Ganymed, como Voyage, Cerrone o Droids. Música con un innegable paralelismo "proto" con la próxima synthwave 80s o la misma retrowave actual. Pero resulta que era el 78, Lutz Rahn un genuino keyboard wizard kraut, que venía del sinfonismo más recalcitrante 70s. Así que "Yeti" rezuma melodía fílmica y una épica ideal para transportar al celuloide. Por ésas fechas "se puso serio" Giorgio Moroder con "El Expreso de Medianoche", y ése mismo espíritu respira también "Galaxy Taxi", aunque anticipándose unos meses el genio de la marcha secuencial discotequera. Aquí Lutz Rahn anda muy alejado de ésa premisa, no asustarse. Que Rahn sabía muy bien controlar sus knobs, presets, faders y envelope filters. En "September" tira de magia emocional al estilo de Jean-Michel Jarre, y el resultado es parecido a los comienzos del francés para Disques Dreyfus.
Dando la vuelta, "Dracula's Kiss" retoma la vista de reojo a la pista y las bolas de espejos, tal como hacían Space, con mucho gusto para ofrecer un producto digno orientado a las masas. No por ello debe de ser chabacano. Y por entonces todavía había decencia, ética y respeto por la audiencia. "Jubel-Trubel" mezcla a Jarre con Wendy Carlos, con refinado proceder barroco e ingeniería sónica intachable. No podía ser de otro modo, siendo los ingenieros el propio Rahn y Thomas Kukuck, mientras que la producción corría a cargo del legendario Achim Reichel.
Las percusiones electro-cromañónicas de "Minuetta" amargan una pieza que sin ellas, respiraría mucho mejor. Sucede que aquellas malditas cajas de ritmos me hacen sangrar los oídos. Jamás me acostumbraré a tan infernal engendro del demonio. Finalmente "Ausklang" cierra con elegancia chopinesca, con piano guía y poético sintetizador muy en línea Wakeman. Es éste un disco modesto, que gustará a arqueólogos analógicos.
Para desfases de Lutz Rahn de largos temas e imperio teclistico, remito al lector al debut de Novalis, "Banished Bridge" (1973), donde sin guitarrista, su hegemonía es absoluta. Y que traeremos por estos andurriales rockliquianos, faltaría más. "Solo Trip" tiene sus momentos acertados, fallidos (pocos), divertidos, kitsch o proto. A mí me vale para su media hora de evasión, como buen freak de la historia de la síntesis.
J. J. IGLESIAS