A día de hoy, The Tangent es la única banda británica que sigo religiosamente y sin escuchar sus discos previamente. Ya sé que el efecto sorpresa pasó hace mucho. Soy consciente de que el "síndrome AC/DC" ya apareció hace tiempo. Pero claro, estamos hablando de rock progresivo. Algo inmensamente más rico en matices y complejidad instrumental. Se puede disimular mejor el mimetismo, a poco que se tengan unos músicos de alta competitividad. Y aquí de eso van sobrados.
Seguiré por el lado agrio de la vida. Si alguien me puede explicar cómo un proyecto que cuenta, (aunque sea en parte), con esponsor crowfounding, puede valer en formato vinilo cerca de 50 pavos, le escucharé muy atento. Sabemos que InsideOut tiene de sello independiente lo que yo de futbolero. Por otro, (acabáramos!), es Sony Music la que mueve los hilos. Probable que el grupo no tenga culpa. Pero los fans la tenemos menos. Andy, haz algo. Tú siempre fuiste un rebelde. Que se note. Terminando con las "amarguras", una banda que siempre se distingue por sus magníficas portadas y artworks, ésta vez parece presentar un disco para adolescentes emo. El horror. Y mira que el título sugiere, para hacer algo bonito y romántico. Por lo demás, todo bien. Las letras de Andy Tillison nunca dejan indiferente. Es polémico, actual, político, social (algo más 'anti" desearía), crítico y autocritico, con sentido del humor o nostálgico. Mágico casi siempre. A veces no estoy de acuerdo con lo que cuenta. Pero es un gran letrista, al que merece la pena atender. Su toque al teclado es deliciosamente retro y 70s, justo lo que se necesita. Encantador. Y la banda es un dream-team: Jonas Reingold (bajo), Luke Machin (guitarras, voz), Theo Travis (saxos y flauta) y Steve Roberts (batería y percusiones). Menudo combo!
El grueso del disco son tres extensas suites. "The Changes" (17'19) posee toda la riqueza de matices para adornar ése modo costumbrista de experimentado storyteller que gusta expresar Tillison. La segunda es mi favorita, "The GPS vultures" (17'00), donde lo instrumental apabulla y asombra, como si fuera la primera vez que escucharas a The Tangent. Y eso que van por su álbum de estudio número 12! Todo ése halo omnipresente de Canterbury que despliegan en innegable destreza, elegancia y musicalidad. Abruman de buenos que son.
Y la tercera suite es "The Lady tied to the lamp post" (21'06). Donde lo dicho para las dos anteriores, se suma a un tratamiento a veces duro, correoso y casi hard rock. Nunca abandonan lo espectacular. Lo brillante. Y se agradece, en tiempos de tanta sosez pseudo-prog disimulada por pop mediocre.
Se supone que terminan con "Wasted Soul" (4'43), algo así como "el single" del álbum. Y con toda razón. No le negaré cierto aire a los It Bites de los 80, con ése acertado toque soul que contagiaba alegría por aquellos días. Lo del "bonus track" queda un poco "dated", pero oye, gracias. Se marcan el clásico "In the Dead of the Night" de UK, para mayor gloria de Luke Machin (que está sobresaliente en todo el álbum), y que homenajea a Allan Holdsworth con cariño y mucho respeto. Aquí The Tangent meten a mitad una sección instrumental que bascula entre Alan Parsons y Tangerine Dream 90s, "Tangential Aura" se llama. Para volver al tema inicial y completar 16 mts de versión muy sui generis.
Si me he puesto muy crítico al principio ha sido con factores extra-musicales. Así que no afecta en nada mi veredicto. Y éstas "Canciones desde el Andén" vuelven a repetir, (insisto, por doceava vez!), la grandeza de ésta banda. No dudes que repetiré con el próximo 13.
No hay miedo.
J.J. IGLESIAS