El segundo álbum de los de Múnich, Karaba, sorprende por su reajuste kraut, sus flirteos Canterbury y un evidente amor por las formas puras de los 70. Nada que no hicieran ya en su homónimo (y magnífico) de 2014.
Maasi Maier (bajo), Louis Bankkas (guitarras), Jakob Thun (percusión), Andreas Kainz (teclados) y una batería repartida entre Herbert Schneider y Peter Zimre, toman el actual plano temporal y lo doblan como papel, convirtiéndolo sin mucho esfuerzo en 1973.
Escucho el primer minuto de "Der Fiesling" (9'36) y me sorprende lo bien conseguido de un savoir faire muy purista. La primera banda que me vino a la mente al escuchar a Karaba fue Nektar. También Man. Mezcla de british prog con kraut rock como prototipo de modelo único en su especie. Quizá con flashes de los primeros Caravan-Camel en algún momento de sus destacables desarrollos. Que optan por el jazz rock en ocasiones y sin miramientos. Realmente un espléndido tema de presentación. El comienzo de "Frauke" (8'58) igual te lleva al "Mirage" cameliano que a las líricas florituras teclisticas de Greenslade. El bucle psych entraría en algún afortunado arreglo a la Wallenstein. Con excepcional masaje percusivo y órgano saturado recordatorio de Mike Ratledge o Dave Sinclair. Y entusiasma, el retro-viaje. "Der G.A.U. Theil I" (1'35) es la coda de la cara A, que vapulea al oyente en una permanente tensión Crimson - Egg - Emergency - Triumvirat. La parte II del mismo breve corte abre el segundo lado con otro minuto y pico de la misma medicina. La maravillosa "Ozmose" (13'29), a base de Rhodes y delay - guitar, nos lleva en su comienzo a A.R. & the Machines. En progresiva cabalgada ascendente, que además enriquece el vibráfono de la ilustre invitada, Marja Burchard, (hija de Christian Burchard y actual miembro de Embryo). Imposible describir lo AUTÉNTICO del sonido que consiguen Karaba. Un cruce nada disimulado de los mencionados Embryo, Gong mid-70s, Isotope y Missus Beastley. Porque crear arte sonoro nunca debería estar sometido por las tendencias temporales. Karaba se emplea a ello a fondo en otro sensacional corte.
Con "Zu Schnell" (6'00) finalizan en otro arrebato jolgorioso de "Krautenbury" digno de Kraan, Munju o Release Music Orchestra (pero sin vientos). O más concretamente, como los oscuros alemanes de "Broken Door", los excelentes Prosper. Karaba posee hoy ésa misma esencia. Y eso los hace altamente valiosos. Necesarios, más bien.
J.J. IGLESIAS