Otro de esos teclistas destacados de la Alemania progresiva 70s, fue Jūrgen Fritz. De Colonia, tuvo que lidiar con el sambenito de clónico de Keith Emerson. Pero no más que Rick van der Linden y diez mil italianos más. La cuestión es que todos venían de formación clásica. Que se habían fusionado con jazz y el nuevo rock vía The Nice o Walter Carlos, y que estaban conviviendo en el mismo tiempo. El éxito de ELP ayuda, claro está.
Triumvirat siempre fue el vehículo expresivo de Jūrgen desde 1970. Aquí, en un primer álbum grabado en tres días en los Electrola Studios de Colonia, durante Enero del 72. Con Hans Pape (bajo y voz) y Hans Bathelt (batería y percusión). Sección de ritmo siempre inestable aunque con muy buenos fichajes (Curt Cress estará en la batería mas adelante).
La primera cara de "Mediterranean Tales" consta de una suite en seis partes, "Across the Waters" (16'34). Le cogieron el gusto, porque para el segundo álbum fue una única suite por cara. Y el tercero fue todo un concepto. Eso para que te vayas enterando, crítico hater, que enseguida tienen la palabra "pretencioso" en su sucia boca. Hammond rococó y adrenalina rítmica a palas. No falta audacia jazz y fugas de rockerío virtuoso eminente y evidente. La voz ofrece una rampa de emocional tensión no alejada de Greg Lake. La batería es un constante foco de atención. Y los teclados lo invaden todo como bárbaros entrando a saco a las puertas de Roma. Entran ganas de invadir Polonia (si se me permite, y si no también). La parte final, "Underture", como la "Overture", se la toman prestadas a Mozart, "ques colega".
Damos la vuelta y tomamos respiro (pero poco) con "Eleven Kids" (6'00), aunque el ambiente clásico pasado por filtro de Hammond y sintes sigue ahí. Es música sesuda y construída con precisión matemática. Sin embargo tienen especial cuidado en no caer en la frialdad. Calentando la sangre del oyente que sepa entenderla (no todos). "E Minor 5/9 Minor /5" (8'00) es un estudiado instrumental de aspiración avant, de innegable atracción progresiva. Con furioso oleaje organil y ciertas cercanías a Focus. Fritz es un diablo de Tasmania teclistico, y aquí exhibe técnica a lo bestia. Finalmente "Broken Mirror" (7'15) es otra belleza al piano clásico de romanticismo desbordante. Cuando entra la banda, Hammond incluido, recuerdan a Fusioon. Cosa buena de verdad.
La trilogía mortífera de Triumvirat se completa con los siguientes "Illusions on a Double Dimple" (1973) y "Spartacus" (1975). Manteniendo la calidad en los notables "Old Love Dies Hard" (1976) y "Pompeii" (1977). Los dos últimos caen en un declive MOR no muy recomendable. Pero si equiparas sus discos buenos, empatan con ELP. La reedición cd de "Mediterranean Tales" del 2002 incluía dos raros singles de 1972. Temas más cortos, pero en su línea. Banda necesaria para la respiración del proghead recalcitrante.
J.J. IGLESIAS