Aquí tenemos otro de ésos álbumes huérfanos de la Germán Rock Scene 70s, en el que la banda es tan importante como los que están alrededor. Como productores tenemos a Dicky Tarrach y Bernd Schulz (ambos de The Rattles). Como ingeniero a Conny Plank, lo que garantiza crema fina. Y como arreglista de la New Symphony-Orchestra (sólo en la cara 2), a Peter Hecht, teclista de Lucifer's Friend. La banda era de Bremen, compuesta por Jochen Peters (teclados y voz solista), Reinhard Schiemann (batería), Frank Feldhusen (guitarras, voz) y Manfred Thiers (bajo). Su único disco salió en 1972 en Brain, lo que es para tener en cuenta. A pesar de que hay puristas, ésa molesta raza, que no acaban de darle su beneplácito. Señal de que lo han escuchado por encima y sin profundizar. Me importan tanto como el Mundial.
"Angel and Mother" (6'22) es cierto que comienza como un outtake de "Mad Dogs and Englishmen" de Joe Cocker. Pero yo no veo ningún problema. Sí, Jochen Peters tiene una voz cazallosa similar y se acompaña de Hammond en ésa línea. Pero esto es prog (aquí con soul moves) que mira de puertas alemanas para afuera. Algo que se censuró bastante a bandas kraut de aquel momento. Resulta que si no ibas de marciano eras un vendido al dólar. Qué dolor. Tener que dar explicaciones político - sociales por todo. Qué agotamiento. Gash eran estupendos. Y Brain, que sabían más que todos ésos tontos, así lo vieron. El tema se acerca a la emotividad proggy de Rare Bird o Procol Harum, y está a ése nivel. Peters aporta letra y música en todo el álbum, dejando claro que era el líder indiscutible......O discutible, viendo ahí a tanto nombre influyente metiendo mano. "Twenty one days" (6'51) posee coros West Coast con una esencial guitarra solista. Casi Allman Brothers o Derek & the Dominos, se equiparan al buen hacer de sus compañeros de cuadra, Curly Curve. Feldhusen brilla con intensidad. "In the Sea" (7'23) ofrece excelencia progresiva desde el comienzo. En una linea Message/Nektar, su exposición es realmente gozosa, tal y cómo los alemanes comprendían el sympho, esto es, combinado con psicodelia y hard rock.
Damos la vuelta y nos encontramos con una cara muy distinta, aunque igual de impresionante. "A Young man's Gash" son 20 minutos de suite dividida en tres partes. Acompañados por The New Symphony-Orchestra dirigida por el teclas de Lucifer's Friend, Peter Hecht. Es, pues, un mondongo sinfónico lleno de plasta-orquesta al uso? Rotundamente no. Su moderación y cuidado en los arreglos llega a asombrar. El Hammond organ es guía en toda la suite, pero la labor grupal hace maravillas en éste mastodóntico y maravilloso corte. Donde podemos encontrar partes experimentales de vestuario space rock, muy bien diseñadas y con más criterio y gusto que muchas famosas frikezes del kraut más renombrado. Aquí no hay voladas gratuitas. Se diría que hasta éso está pensado y compuesto. Las guitarras de la "Part III" prestan un momento de épica espectacular. Que unidas a los teclados y una orquesta bien dirigida, en segundo plano, se lo ponen realmente difícil a Pink Floyd o Caravan en ése mismo terreno. Y no exagero.
No hubo seguimiento y Gash terminó con éste manifiesto del buen gusto. Jochen Peters cambió su nombre a Ludi LaFayette y formó los más straight rock, Wolfsmand. Nada comparable a la alquimia que generaron Gash, créeme.
J.J. IGLESIAS