Imaginen unos personajes como en "Machete" o "Perdita Durango". Pónganse en situación. Hippies rockeros mejicanos, arrabaleros y polvorientos en Tijuana, Baja California, en los finales 60. Miedito. Añadan fuertes dosis Occult rock y tendremos el único álbum de El Ritual, en 1971. Frankie Barreño (voz solista, guitarra, flauta) reúne a Gonzalo Hernandez (bajo), Abelardo Barceló (batería) y Martín Mayo (órgano, piano, voz). Los dos últimos procedentes de Los Graveyard. En una escena pletórica formada por Peace and Love, El Chaparral, Grass & Flowers, Tercer Piso, El Sistema, Los Ovnis o El Tarro de Mostaza.
El Ritual participan ya en el Festival de Avandaro (el Woodstock mexicano, con una afluencia de gente similar, aunque nunca se le haya dado la trascendencia del festi yanqui). No les fue muy bien por problemas de sonido. Pero pronto destacan como los mejores de aquella escena. Usan maquillaje antes que cualquiera en USA. Graban un single, "Tabú", tras el álbum. Y en 1972 se separan, dejando inacabada una ópera rock, "La Tierra de que te Hablé".
"Satanás" (8'00) abre su único legado de larga duración con la oscuridad que pretende. A la altura, o bajada infernal, que Coven o Black Widow. Excelente voz solista y pronunciación. Músicos extraordinarios. Organada cruel e inmisericorde. Y nada que envidiar a Blues Image, Iron Butterfly o Electric Flag. El batería se pasa unos cuántos pueblos fronterizos dándole a las pieles, en un sólo bombástico y espectacular, que juega con el stereo caprichosamente. Dinamita.
Sigue la misa negra santera con "Peregrinación Satánica" (4'14), con juego guitar-organ/piano tan fino como unos primeros Deep Purple o Crazy World of Arthur Brown. Que no es poco. El latín rock de Santana, que invade San Francisco, es materia obligada. Y "Groupie" (3'51) cumple las previsiones con nota alta. Otra maravilla a la suma.
Vuelven al psych Occult con "Muerto e Ido" (4'18), de sabor jazzy y melodía / tratamiento vocal seguro y eficaz. No muy alejado de los primeros Journey, con un órgano a la Gregg Rolie excelente. Que sobresale en la contienda con la guitarra. Un bajo aplasta-cráneos dirige "Easy Woman" (3'10) entre Steppenwolf y Led Zeppelin. Lo llevan a terrenos prog con variados cambios y flauta travesera.
Probable semilla de la inacabada ópera rock que iba a ser el segundo disco, sea "La Tierra de que te Hablé" (3'05), con intro de barroco violín cuasi crimsoniano. Pronto retoman su heavy psych & prog esencia, como unos Murphy Blend o 2066 & Then chicanos.
Los primeros America afloran en "Bajo el Sol y Frente a Dios" (4'19), con pura armonización Laurel Canyon y flauta a la Tim Weisberg. Otra preciosidad de canción.
Por último "Conspiración" (6'30) vuelve al sonido San Francisco de órgano dominante y melodiosa psicodelia rock. Más sofisticados de lo que puedan parecer a priori, El Ritual se marcaron un álbum tremendo. Impermeable al tiempo. Y que pudo triunfar al otro lado, que es donde estaba la pasta, si hubieran tenido los medios necesarios.
Esto es como todo......la eterna historia.
J.J. IGLESIAS