Bienvenidos a las fértiles tierras progresivas de Brasil. Como en el fútbol, en dura rivalidad con Argentina. Toda una frondosa jungla de excelentes bandas brasileiras te esperan desde los 70 hasta nuestros días.
QUANTUM se formó en los primeros 80 y estuvieron aproximadamente y tan sólo, dos años en activo. Dejando un homónimo debut como legado en 1983. Sus influencias en aquel álbum eran principalmente de Genesis y Camel (algo tradicional en el Brasil prog). Y gustó, ya lo creo. Tanto que vendieron 6000 copias!!! Que para un 1983 era pura ciencia ficción. Justo 10 años después, tres de sus miembros originales deciden retomar el proyecto como Quantum II : Fernando "The Crow" Costa (teclados), Reynaldo "Dinho" Rana JR (más teclados) y Felipe Carvalho (bajo). Que junto a Luiz Seman (voz solista) y Paulo Zinner (batería) completaban ésta nueva revisión de la banda. Si, sin guitarras. Si, dos teclistas. Perfecto para nuestra sección. Hammonds, Leslies, Moogs, Rolands, Yamahas a mogollón, todo al servicio de solear con gracia y salero prog, importando un comino el "qué dirán" de la crítica del momento. Al parecer, en Brasil o Italia eso no fue un obstáculo insalvable como en el resto del mundo.
"The Sword" (6'17) lo demuestra nada más comenzar, en una línea inequívoca Keith Emerson / Eddie Jobson que hizo arder Sao Paulo. Ni samba ni leches. Sin guitarrista, vale, pero sonando duros e implacables. La voz solista es en inglés y esto te lleva al "Danger Money" de UK en cerocoma. Pesada sección rítmica hard rock y un reinado de poderosa hegemonía teclística que entusiasma a cada intervención. Gloria bendita.
La entrada de "The One" (6'48) es puro romanticismo Greg Lake, con respaldo de piano y pomp-overtones, como un outtake del "Works 1". Cuando agiliza, se va por territorios pomp rock nada alejados de Asia, con majestuoso sintetizador de divina omnipotencia. Los solos llevan toda la furia flamígera necesaria como para no extrañar una eléctrica. La sombra de Emerson es inmensa en el paisaje musical de Quantum II, y "Forbidden Tracks" (5'53) es un instrumental que no estaría de más en "To the Power of" de Three (o Emerson, Lake & Berry), sin complejo alguno. Hammond de tonalidad sacra abre "Anthem to the Unknown" (2'40), en otra pieza sin voz de línea barroca a la Focus, Trace o Pär Lindh. Sin pausa, enlaza con "Same Old Road" (6'27), que es puro peplum-pomp de emersoniano sabor y cercanías al empuje sonoro de Emerson, Lake & Powell. Su sentido de la melodía es excelente, bien sustentada por ritmos paquidermos y ágiles florituras de synth, con un gusto pluscuamperfecto.
Para "Cool Wind"(6'45) tiran más del clásico ELP o Triumvirat y siguen entusiasmando, con un solo de órgano que levantaria a un finado. Una pieza ésta que destaca, y mira que es difícil, entre tanto buen manjar. "Parsecs" (3'11) nos acribilla con otra ráfaga killer a la UK, bien salvaje y sin cante ni baile. Finalmente "The Purple Gates of Sleep" (5'34) resulta otra sincera dedicatoria a ELP de superlativa calidad y diseño.
Quantum II se emparentaban así con sus paisanos III Milenio o Blezqi Zatsaz, por ejemplo. Pero también con Ars Nova, Deja Vu, Vienna u otros japos ilustres del gremio. Así como a BMS, Le Orme, Nuova Era y demás leyendas del spaghetti prog-sección Emerson. Todo un mundo odiado para unos y amado hasta la enfermedad por otros. Si estás leyendo esto, estás entre los segundos. Y Quantum II también. Y yo.
J. J. IGLESIAS