En julio de éste año se cumplirán 20 años de la muerte de Fernando Arbex y Ernesto "Tito" Duarte. El primero fue el cerebro detrás de Barrabas, tras su anterior aventura Brincos. El segundo procedente de Cuba, se reveló como una personalidad indispensable en el sonido de la banda.
Arbex ya no toca en el segundo álbum, "Power". Se encargará de componer y producir para su retoño diabólico. Así pues, componían filas aquí José Luis Tejada (voz solista, armónica), Enrique "Ricky" Morales (guitarras, coros), Miguel Morales (bajo, acústicas), Tito Duarte (saxo, flauta, bajo, percusión, coros), Juan Vidal (teclados) y José María Moll (batería, coros). A los controles Fernando Arbex en los madrileños RCA Estudios. Sólo un visionario como él pudo idear un híbrido tan infalible. Prog tan en boga en el momento, fusionado con aspectos más comerciales, pero igual de válidos y compatibles con ése género. Apunta en la receta, por ejemplo, a Santana, Osibisa o Mandrill. Latin-funk-prog? Algo así. Con el añadido de jazz, blues, soul o disco, más adelante. La fórmula los hizo reyes de las sinfonolas y discotecas, sin tener que vender su alma al diablo.....o a Barrabas!. Metieron cabeza cómodamente en las listas de todo el mundo, USA inclusive. Algo que actualmente está bastante olvidado y que me enfurece.
Su "Mr. Money" inicial es un trabajado y caliente latín rock con organada y vozarrón a la David-Clayton Thomas. Wah Wah guitar, percusiones y armónica aportan colorido chillón a un temazo redondo. Mientras que un retumbante bajo nos trae "Boogie Rock", en una clara orientación glam como ingrediente añadido a su clásico estilo. La armónica protagonista los emparenta con War en una simbiosis imposible con Marc Bolan. "Keep on Moving" también lleva el bajo como motor de arranque. El saxo le da empaque jazz soul a la King Curtis, de nuevo con armónica, ahora más de enfoque blues. Duarte era esencial. Su importancia es capital en su sonido. En la instrumental "The Horse" su flauta travesera tira a Herbie Mann o Hubert Laws. Puro sonido urbano 70s CTI. Otra faceta por la que se comprende su éxito internacional.
El tremendo bazooka-cuatro cuerdas de Miguel Morales vuelve a crepitar abriendo el lado B, con "Casanova". Un gancho espectacular en ése estribillo ideal para las pistas de baile setenteras. Black music y funk de perfeccionistas, con órgano a la Brian Auger, en un tema ganador. Otro pelotazo. "You Know" vuelve al latín rock de Santana, Malo, Chango, Sapo o El Chicano. Arrebatadores corales y guitarra solista southern. Material incandescente! Parecen una banda de New York o San Francisco, pero esto se cocinaba en Madrid. Impisible no moverse con la magia caribeña y adictiva de "Children", que bien firmaría Jose Chepito Areas gustoso. La flauta sube la fiebre, con latigazos guitarreros abrasadores. La santanada final de "Time to Love", cantada por el bajista, pone un broche lujurioso y sensual a un álbum impresionante. Siempre se habla del homónimo, pero "Power" es cosa fina.
Y atención que al año siguiente graban su "Soltad a Barrabas!" en los MGM Studios de Hollywood con Humberto Gatica como ingeniero y "las Waters", Maxine, Julia y Patti, como coristas. Lo mejor para los mejores.
Mucho Barrabas.
J.J. IGLESIAS