La fiebre del stoner rock bajó en temperatura de unos años a esta parte. La mantenían con vida esas oleadas psicodélicas promovidas desde eventos e iniciativas experimentales que no renegaban del progresivo. Sin embargo, llegan unos tipos holandeses y cambian la generalización del término transformándolo en el muro de sonido primigenio. Lo curioso de ¡Pendejo! es que cantan en castellano, envolviendo sus letras con frases que casarían con las de bandas cual Brujería.
Pero El Pastuso, Monchito, Er Juan y Pepellin estiran la pierna para pisar fuera de ese campo textual, agradeciendo su discurso la crítica ácida y de tintes sexuales. “Cantos A La Vida” se torna así en un vehículo para la distorsión medida, las bases rítmicas retumbantes y una voz profunda que da martillazos corte tras corte sonoro. “Arrecho Vengo” ya les ganó una hinchada en Youtube, pero no es precisamente el único acierto. Iniciar un disco compacto con “Flotadores” es sintomático de valentía a ocho manos, al igual que esa forma de tomar las bases de leyendas del género –léase Monster Magnet o Fu Manchu– y pasarlas por el tamiz colindante con la musicalidad tenebrosa de Danzig (“La Ola Negra”).
Tan enfermizos y adorables como Jack Nicholson en el largometraje El Resplandor. El cuarteto que rompe esquemas para aquellos que estaban convencidos de la final comercialización a la gran masa del palpitar stoner. ¡Pendejo! les chingará la madre.
por Sergio Guillén
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