Desde Swindon, el británico Steve Smith se dio a conocer como parte del proyecto Volt. Para efectuar vuelo en solitario como S. S. & The Tylas Cyndrome con "Phoenix Arising" en el 2011. Cercano a la escuela de John Dyson o Paul Ward, gusta de la mezcla entre british prog y Berlín School. Teniendo como copilotos de la nave al batería Les Sims y al guitarrista Alan Ford. Smith se encarga de todo el manejo sintetizado con experto trato tanto en artes prog, como de raíz teutona.
"Ghost Ship" (11'22) captura todo el paisaje que el título sugiere, abduciendo al oyente imaginativo en una imaginaria película sci-fi. De poder melódico adquirido mediante influencia de Goblin. Con un orgánico ritmo baterístico y la gilmouriana guitarra, esto nos lleva a territorios de fluído rosa de irremediable encanto y frescura electronic-prog. Incluso evocando al Wakeman de los últimos tiempos en "Out There" o "The Red Planet".
Sigue el esencial planteamiento cósmico en "Orbit" (12'37), con seductores guiños space rock de un Simon House o Dave Brock en solitario. Bonitas acústicas se entremezclan con la dominante electrónica. Y un ritmo cuasi-reggae del kit percusivo efectúa un desarrollo muy original y destacable, distinto de lo habitual en el género. Parecido a sus paisanos Sky.
Un viaje al medievo nos propone "Requiem" (8'03), con su coral gregoriana sampleada y su sacra campana de hermético y oscuro monasterio. La sección de cuerda propuesta por avanzados teclados, constituye una baza bien jugada, en sinfo-orquestal solemnidad llena de recursos, otra vez de calado Wakeman y hasta Robert John Godfrey.
Volvemos al aspecto cósmico en "Interstellar Highway" (12'17) con una intro que me sugiere al Silver Surfer surcando multiversos en busca de camorra y gresca con Galactus. Su posterior planteamiento podría asemejarse a luminarias del sonido Düsseldorf como Harmonia, Lilienthal, La Düsseldorf o Neu '75. Ashra también entraría en ésta atractiva ecuación. Y en ésa senda continuamos, dejándonos llevar por canales berlineses en "Trilian Suns" (10'03), de secuencial viaje astral rítmico-melódico impregnado por volutas froesianas con denominación de origen. También puede conectar con los trabajos 80s de Harald Grosskopf o los mencionados Ashra de finales 70.
Extraordinario material! Finalmente "The Main Event" (8'05) estimula el cerebro atento con ráfagas de electrónica kosmische creadas con mimo e ingenio pictórico. Una vez más, la inclusión de batería real le da otra perspectiva al contexto textural. Ahora sonando como un outtake instrumental de los mismos Yes! Rubrica una alegre guitarra en un fin de fiesta radiante y eufórico. Discos como éste te hacen amar la música de sintetizadores hecha con criterio y seriedad.
J.J. IGLESIAS