Banda alemana de rock sinfónico con tintes de progresivo comandada por los hermanos Langhorst a las guitarras y los teclados de tal manera que el peso completo recae sobre ellos demostrando una compenetración que está a la altura de los lazos naturales que los unen.
Nacen en 1972 pero no será hasta 1976 que aparezca su primer y mejor trabajo cuando el progresivo ha rebasado sus mejores años. Una obra claramente influenciada por el progresivo y sinfónico de otros grupos alemanes muy importantes en ese momento como son ELOY o NOVALIS.
Como ya he dicho el núcleo de su música esta formado por las creaciones de la guitarra y el teclado que generan y sostienen las melodías de todos los temas que aunque son de algún modo lineales en sus desarrollos sin percibirse drásticos cambios, giros ni saltos en las tramas, ni tampoco arriesgadas incursiones en improvisaciones de algún tipo mantienen una frescura que el oyente percibe. Tal vez la voz está por debajo del resto, algo carente de tonalidad y fuerza.
Estamos ante un disco de buenas composiciones que no son apabullantes ni tampoco muestran alardes en las interpretaciones. No se trata de un álbum pretencioso. Es un disco agil, melódico, para disfrutar sin más.