Oriol Perucho fue algo más que el alma libre de la interpretación por debajo del radar del propio 'underground' layetano, que en los últimos tiempos ha despertado una creciente fascinación, y en la que Oriol Perucho ejerció un papel destacado a través de su grupo de música improvisada, en su su lenguaje despojado de represiones y con cabida inclusive para los tránsitos cromáticos. Hablamos de su iniciativa Perucho’s. El baterista barcelonés había reactivado la banda en el año 2011 y planeaba nuevas grabaciones cuando un cáncer de pulmón se lo llevó la madrugada del dieciséis de Enero del año 2016 a los 61 años de edad.
Llegando a sus dieciocho años, en 1972, creó Perucho’s siguiendo la máxima de la experimentación, entre la música progresiva y el free-jazz, con una formación heterodoxa: la guitarra de Jordi Graells, los saxos de Oriol Pons de Vall y Albert Subirats. Hijo del escritor Joan Perucho, mantuvo esa actitud desprendida, disidente, a lo largo de su trayectoria. Fue, sobre todo, un alma libre hasta el último momento, recuerda Eduard Altaba, que fue compañero de filas en Tropopausa en la recta final de los años setenta, y ya en el nuevo siglo, en Les Anciens.
A partir de una mezcla de influencias que cubría desde el rock psicodélico al jazz de Ornette Coleman y Archie Shepp, Perucho’s desarrolló un sonido agreste y mutante, con disonancias y cacofonías, propenso a la idea del acontecimiento único, que no siempre fue comprendido en el entorno musical barcelonés.
Perucho’s se movió en el ambiente libertario, acompañó a Pau Riba en el Canet Rock de 1977 y dos años después publicó el conocido como disco rojo, cuya grabación se financió con ayudas de amigos y fans, adelantándose al actual concepto de micromecenazgo. Uno de los males de la época, la heroína, estaba causando estragos en el grupo y terminó con las vidas de Graells y Subirats. Oriol Perucho se embarcó en nuevos proyectos, primero Tropopausa y, más tarde, Koniec, con el también malogrado Joan Saura y Xavier Maristany, y Moisés Moisés, así como colaboraciones con Pascal Comelade y Accidents Polipoètics. Con Saura se reencontró en Les Anciens y en un proyecto efímero, Cebo’s Enrique, con Cabo San Roque.
La reedición, en el 2011, del primer disco de Perucho’s condujo al regreso del grupo, transformado en trío con Pons de Vall (teclados) y Enric Cervera (contrabajo). Un nuevo trabajo, 2014, reanimó aquel sello artístico impredecible con unas formas nuevas que, para el baterista, seguían sonando a Perucho.
Perucho’s seguía adelante, pero los problemas de salud de su líder, fumador persistente, se impusieron en su camino. El libro La ciudad secreta publicado en el año 2013 escrito por Jaime Gonzalo, le reivindica en el contexto de aquella escena misteriosa que inventó sonidos insólitos en la Barcelona de los años setenta.
Oriol Perucho fue, es y será un baterista caracterizado por interpretar con limpieza, sencillez, precisión y sobre todo, por ampliar constantemente la expansión de un lenguaje orgánico que huía a toda costa de la exploración mecánica.
Luis Arnaldo Álvarez (Baterista y Locutor profesional independiente