Formación española que nacería en los primeros 70 en Torrelavega, provincia de Santander, concretamente en 1973, con un historial de participaciones por distintos festivales y pequeños conciertos, para darse a conocer al público, durante una largo transcurso de tiempo, hasta que por fin a finales de 1977 tienen la posibilidad de grabar su primer disco como "Bloque", apareciendo en el mercado ya en 1978. Un inicio tardío para el progresivo y sinfónico como estilo, no tanto en España, puesto que debido a las circunstancias nuestro país llevaba algo de retraso en esto y en la mayoría de todo lo que supusiera innovación, pero sí de cara al resto del mundo occidental.
El punk se había adueñado del panorama rompiendo con todo lo establecido, volviendo a los orígenes del rock, buscando composiciones básicas para denunciar el orden en varios frentes, cultural, político, económico, etc. La onda expansiva alcanzó a España por supuesto, y lo hizo en un momento propicio, perfecto para abrir las alas de la libertad que hasta hacía nada había estado plegadas. Es cuando empezaron a aparecer formaciones musicales de toda índole en una corriente que se diversificó por todo el país, pero tuvo su punto fuerte en la capital Madrid, creando un movimiento denominado "movida madrileña", una explosión de libertad patente que quedó reflejada en el universo de la cultura: Cine, música, literatura, pintura, etc. se vieron invadidas de ese anhelo por plasmar las ideas, sentimientos y deseos que fluían en la juventud, por fin la posibilidad de expresarse sin miedo era una realidad.
En el aspecto musical también se crearon bandas partidarias del rock progresivo y sinfónico, como BLOQUE, y que aunque el estilo estaba en su momento más bajo, por ello no iban a dejar de hacer lo que más les gustaba. Pero lo cierto es que su duración fue breve debido a que tanto aquí, como en el resto de Europa, la onda estaba en otra frecuencia y al progresivo se le estaba dando la espalda por parte de la crítica, y por tanto también del público, que estaban dispuestos a volcarse en los nuevos aires que llegaban de las islas británicas, un auténtico terremoto que suponía tabla rasa.
Tras curtidos años por los escenarios graban su homónimo debut, un álbum producido correctamente, aunque su grabación tuvo alguna deficiencia que otra. Su sonido se ancla claramente en el rock sinfónico y progresivo más clásico del continente europeo, YES, PINK FLOYD, instituciones en la doctrina, posiblemente sean las influencias más claras en el grupo hispano. Pienso que fue uno de los pocos, que supo asimilar realmente los entresijos de esta disciplina del rock, dentro de nuestras fronteras, desde la óptica más común en Europa. Piezas de cierta extensión que muestran fases muy diferenciadas dentro de una misma, estirando con elegancia dinámica los tempos, utilizando procedimientos muy similares como ciclos de estructuras compuestas de 5 o 6 acordes, ambientes exuberantes a base de teclados, letras metafóricas bañadas en un halo de ansiedad y expresionismo que inclinan hacia la melancolía, presencia de solemnidad, marcialidad, de intención experimental y apuesta por melodías elaboradas con aporte y diversidad en la instrumentación.
Con unas guitarras inclinadas hacia el blues, muestran una característica muy singular nada fácil de encontrar en aquellos tiempos y que consistía en el uso de 2 guitarras realizando solos combinados a la vez, un recurso que se dio a conocer en combos de la categoría de ALLMAN BROTHERS BAND o BLUE OYSTER CULT, una innovación que obtuvo resultados satisfactorios.
La parte fuerte del bloque se encuentra en JC. Gutiérrez, el teclista, no solo se ocupaba de todos los instrumentos correspondientes, también era parte compositora y ponía la voz principal. El órgano y los sintetizadores son elementos protagonistas en los temas, aunque más para generar atmósferas envolventes cargadas de tensión y cierto oscurantismo mayormente, construyendo una dimensión y un espacio en el que las guitarras levantan sus solos con predilección por los descensos a través del mástil. Mencionar que tanto el bajo de Luis Pastor como la batería de Francisco L. Baños gozan de singularidad con configuraciones y ritmos que un buen oyente sabe apreciar.
El álbum muestra un primer lado con cortes en los que las letras se muestran con intensidad, y una segunda cara que presenta instrumentales más numerosos que se anexionan a modo de obra conceptual. Tal vez el punto débil que observo sea la manera de encajar la letra en las canciones, advirtiendo en algunos momentos una dificultad para ensartar líneas, dando la impresión de hacerlo forzadamente, es decir, como se dice en estas situaciones: "metidas con calzador" .
Un Lp más que decente, que debe ser analizado con paciencia, algo necesario para descubrir poco a poco good vibrations!