En el 74, el dúo experimental electrónico compuesto por Joachim Roedelius y Dieter Moebius, Cluster, se vio influido por la producción del ex-Neu! Michael Rother, en el fabuloso "Zuckerzeit". Enseguida, los tres montarán el proyecto Harmonia.
Un caso paralelo ocurrirá con la visita a Alemania de Brian Eno. Tanto el británico como la pareja alemana se influirán mutuamente, dando lugar a los discos "Cluster & Eno" (77) y "After the Heat" (78). Pero en "Sowiesoso" , cuarto trabajo de Cluster, ya advertimos ésa influencia Eno, aún a pesar de que no esté. Grabado en los estudios de Connie Plank, resulta agradable y melodioso. De embriagadora y etérea suavidad.
Lo abre el tema-título, con 8'10 mts de hipnótica cadencia reiterativa, que se va adueñando del oyente en un desarrollo mágico y sibilino. Puro Romanticismo del siglo XIX, reprogramado por sintetizadores del XX. Casi un vals alienígena en un Versalles de Andromeda.
"Halwa" (2'45) incluye arpegiado repetitivo de guitarra, mientras un teclado simula arábiga atmósfera, con un plato de batería aportando rítmica orgánica minimal. Podria ser una demo de Hawkwind, si se le mete la corrosión eléctrica.
Lo experimental no se olvida, y en "Dem Wanderer" (3'50) crean un misterioso efluvio cibernético que no desecha sentimiento humano. "Música de robots", decían los rock-critics de mente estrecha por entonces, incapaces de percibir el aura espiritual de ésta música. Kraftwerk estaban por ése tiempo en tesituras similares. Cluster pudo triunfar igualmente, pero la caprichosa suerte prefirió a Ralf & Florián y su combo androide.
"Umleitung" (3'25) jugaba a una visionaria mínimal new age, con temperamento gamberro y cuasi punky (en filosofía, que no en sonido).
En el otro lado, "Zum Wohl" (6'50) conseguía ésa pretensión pastoral del arte de portada, con sus cachivaches electrónicos. Algo que se puede apreciar en todo el álbum, (de ahí ésa referencia-influencia a Eno). No andan lejos de las pretensiones ambient que pronto mostrará el británico a finales de los 70. Por otra parte asimiladas de Cluster/Harmonia o La Dūsseldorf/Michael Rother. Música que podría gustarle a tu madre, en su agradable asimilación melódica. Pero sin perder ésa conexión avant de raíz Terry Riley o LaMonte Young.
Volvemos a un barroquismo sencillo pero andrógino y ambiguo en "Es war einmal" (5'25). Como un Erik Satie del futuro, orbitando en el cosmos, ajeno a la grandeza universal y empleado a fondo en ofrecer sólo espiritualidad y sentimiento. Transmiten serenidad y positivo mensaje mental. Cercanos a Deuter o Florian Fricke en sus primeros Popol Vuh.
Las referencias electro-acústicas se mezclan inteligentemente con cierta (de)-cadencia bluesy disfrazada en "In Ewigkeit" (7'10). Otro delicioso paseo introspectivo con aires de surrealismo pictórico.
Mundos musicales muy personales, que grandes escultores sonoros como Moebius & Roedelius supieron dar forma única. Que hasta hoy sorprenden por su humildad, sencillez y honestidad creativas.
Cluster merecen mucha más atención en el Panteón del Olimpo Kraut. Esenciales.
J.J. IGLESIAS