"2020" podría parecer un título de álbum de lo más soso, si no fuera por el año en que fue editado y por el nombre-estilo del dúo. De lo más apropiado. Después hubo un largo silencio. Ya tenemos nueva vida en el Zombi, que estaba de parranda. Los de Pittsburgh, esto es, Steve Moore (bajo, guitarra, teclados y saxo) y A. E. Paterra (batería, teclados) nos abren cada vez más su espectro estilístico.
Como inicio de "Direct Inject" (5'52), están más cerca del "Signals" de Rush que de su clásica electrónica orgánica. Que sí, fílmico-berlinesa a ratos, pero que da gusto escuchar a éste batería. Que le pega como si en una banda de hard rock estuviese. La guitarra eléctrica toma iniciativa también, con lo que Zombi son claramente en el presente, una prog band por derecho. Además. Sin perder su descriptiva cinematográfica ni por un segundo. Su parte final es un compendio de "Trans-Europe Express" y "Tom Sawyer" muy bien llevado.
"So Mote it be" (4'51) recupera esencias de John Carpenter con tamiz hard rocker, aunque los teclados dominan el centro del campo, junto al martillo pilón rítmico de Paterra. Otra con base dura (al fin y al cabo, están en Relapse), es "Bodies in the Flotsam" (2'55). Que si no fuera por eso, sonaría a Tangerine Dream de primeros 80.
El secuenciador amenazante de "Kamichi & Sandy" (4'59) tiende más a Giorgio Moroder cuando se ponía serio. Repite fases y agrega notas a cada vuelta, buscando más una tensión ambiental-emocional, que dispare a una fructífera imaginación cinéfila. Lo que otros harían en veinte minutos, Zombi se lo despacha en cinco. Otra perspectiva. Quizá más directa para captar parroquia metalhead?....
Aparece otra sorpresa con el sensual saxo de Moore sobre colchón "termo-vangélico". Y delicadeza jazz noir a lo "Blade Runner". Muy acertadamente se llama "Sessuale II" (6'29). Vale, en una boite 70s o un puticlub de barrio (recuerdan?) también quedaría fantástica. Música kitsch para programa de Playboy, que también tiene su hueco retro, oiga. Y pone, vaya que sí pone. Ése toquecito jazz rock, todavía tímido, tendrá consecuencias musicales más fuertes en un futuro, auguro.
Vuelven vibraciones Carpenter en "Improvise Adapt Overcome" (3'28), algo light y hasta radiable. Imagina a Orchestral Manoeuvres in the Dark con Cozy Powell. Hazte una idea. Si puedes.
Un bajo-bazooka que parece Lemmy somete "The Post-Atomic Horror" (2'49), siniestrada para peli de George Romero en sus últimos tiempos. Con apoyo de Moogs gordacos y batería paquiderma.
Un E-bow, que es a la guitarra lo que el Theremin al teclado, con su misterioso y surreal efecto, abre "Insurmountable Odds" (5'54). Épica y brumosa, perfecta para "La Niebla". O sea, puro Zombi del de siempre desde el 2004. Por cierto, cumplen 20 añazos de muy buenos discos que sólo conocemos "los de la secta". Terminan con "Sessuale I" (3'33) sin silencio con la anterior. Es un pequeño guiño-homenaje admirativo hacia Edgar Froese, que me deja con ganas de más.
De podrido nada, que éste Zombi anda muy sano.
Re-comiendo.
J.J. IGLESIAS