Como en el caso hace unos días de Legend, también han existido multitud de bandas con el nombre de "Dragon". En materias prog, más conocidos los de New Zelanda. Incluso hubo unos colegas zaragozanos. Pero los de hoy eran belgas. Se formaron sobre 1970 como Burning Light y cambiaron a Dragon a mitad de década. Su único disco en vida activa está considerado de lo mejor, no sólo de Bélgica, sino uno de los tops del prog centroeuropeo de mitad 70s.
Bernard Tullvert (guitarra, voz), Christian Duponcheel (Hammond, piano, Mellotron, Clavioline, ARP synth, string machine), Jean-Pierre Houx (bajo, ARP synth, voz, piano, trombón), Georges Vanaise (batería, flauta) y Jean Vanaise (guitarra solista, voz, string machine). Como puede verse, fuerte implicación de teclados, dos guitarras y viento (aunque muy moderado). Multi-cromatismo que exploran/explotan a la perfección.
Como no se hace esperar en la "Introduction", de floydiano tétrico órgano, entrada grupal a lo Novalis/ Hoelderlin/Grobschnitt/Granada y sintes-guitarras oficiando un excelente y habitual prog europeo mid-70s. Entre el space rock, psych alemán y sympho prog. Son tres temas largos por cara, con muchos rincones curiosos por explorar. Uno de los destacados es "Lucifer", donde ése ambiente inquietante propio del género queda plasmado con la sagacidad de unos músicos que saben extraer magia de sus herramientas. Dragon me recuerdan en más de una ocasión a grandes españoles de la época, como los mencionados Granada, Eduardo Bort, Bloque o Azahar. Cantaban en inglés (no era lo habitual en Bélgica), y su bombástica teatral los acercaba también a Ange o Mona Lisa por proximidad. Hay flauta deliciosa. Y los abundantes fondos de string machine (Solina? Logan?) confieren ése sonido al que aludía del spanish prog, que lo hace encantador e identificable. A veces saltan estallidos hard no alejados de Uriah Heep, con una morrisoniana voz más rica en registros.
"Leave Me with Tears" se inicia casi en Laurel Canyon feel, con conjuntadas voces, Rhodes y acústicas. Su desarrollo nos lleva a territorios de inteligencia eléctrica propiedad de Atoll. Nervioso piano sobrevuela la canción, y relajadas cadencias traen lucimiento de guitarras, de nuevo con Eduardo Bort en mente.
Damos la vuelta y "Gone on the Wind" plasma prog de añejas especias psych, con Mellotron dominante y parecidos con England, Spring o Paladín...El equilibrio con el hard rock es milimétrico.
"In the Blue" podría pasar por Amon Duul II o Ash Ra Tempel, en una línea experimental nada noise y sí muy musical. Trombón hace las veces de un sinte más, los vientos aportan, nunca "se soportan". Con sintetizadores de matiz kosmische y símiles generales con los primeros Agitation Free. Es una de las grandes, en mi opinión, en un álbum sin desperdicio.
Que terminan con "Crystal Ball", otra espléndida y esotérica pieza de tendencias germano-floydianas. Posee misterio, tensión y suspense instrumental construído con un ingenio muy adelantado. Otra a destacar.
Póstumamente se editará en 1977 "Kalahen". Álbum formado por sobras, demos y ensayos, que sin estar mal, no llega a la cima de su inolvidable debut. A reivindicar siempre.
J.J. IGLESIAS