En los 70 se gestó la sagrada trilogía que dio como resultado la leyenda del grupo de Gerona, Atila. Tres discos hechos en tiempos difíciles, pero que recogían lo mejor del rock psicodélico y progresivo a cada paso dado. "The Beginnig of the End" (1975/ New Promotion), "Intención" (1976/ BASF) y "Reviure" (1978 / EMI) fueron obras maestras del prog español, buscadas y cotizadas en todo el mundo.
Hubo una reunión en 1999 con Joan Punyet (batería) - siempre presente en cada grabación - y Benet Nogué (teclados en "Intención" y "Reviure"), como históricos de la saga. De ahí saldría "Intención + Reviure-live" (2002 / Pan y Música). Extraño artefacto con el primero remasterizado desde el máster original. Y el segundo grabado en vivo en 1999. Tuve la fortuna de asistir a su presentación en Tiana, fabulosa. Pero nos faltaba ése "cuarto fantástico", que rompiera la maldición de aquella trilogía intocable. Nuevo material al fin, tras 46 años de silencio.
Ha tenido que ser el sello progresivo especializado 5 Lunas y su mentor, Juan Antonio Vergara, (Storm, Mezquita, Randy López, Onza, Sherish....), los que hayan conseguido la proeza. Gente que está por y para la buena música. La de calidad. Por encima de modas y tendencias absurdas. Hito extraordinario en éstos decadentes tiempos. Para ello Joan Punyet, (ahora además de batería, bajo, guitarra y teclados), se ha reunido con músicos de probada solvencia, dentro del sello. Y material compuesto entre él y Miguel Blasco (otro histórico de Atila), durante los 80. Algo que debía ver la luz tarde o temprano.
Tony Castarnelas (guitarras), Víctor Mateos "Willy" (teclados), César Ortiz (voz de Lethargus) y Txell Rebel (voz femenina de Haunted Gods) se encargan de dar forma a "Encarnació" en sus dos partes. Casi 20 minutos de entrante, dividido en dos piezas.
La Parte A (8'07) inicia un "in crescendo" con un niño naciendo, o renaciendo, como las reencarnaciones de Atila. Con un poderoso nervio crimsoniano que deja constancia de ésa tensión instrumental que siempre caracterizó al grupo. La Parte B (11'59) consta de vocales y cierta fase hard rock que en directo puede ser de gran valía. Voces chico-chica y actualización de tendencias prog, cercanas a unos Ayreon. Con una omnipresente máquina rítmica precisa y espectacular, liderada por Punyet, (batería que estuvo en los mejores trabajos de Guillermo Cazenave). Arrasadora suite.
"Dansa del dátil Daurat" (8'57) cuenta con los invitados Juanma Rodríguez, teclista de Sherish. José Ramón Torres "JR", bajo de Storm. Y Andrés Olaegui, guitarra de Guadalquivir. Nombres históricos del prog de éste país. Que junto a Punyet y Castarnelas dan forma a una colosal instrumental de cierto aire arábigo-andalusí, de inmaculada ejecución bombástica. Como referencia o guía, diría que Liquid Tension Experiment o Bozzio-Levin-Stevens no se irían mucho fuera de raíles.
Increíble intro nos depara "Retorn" (8'28), donde nuevamente el dúo Punyet/Castarnelas montan un mecano instrumental de complicado y sólido entramado hard prog, con cierto aire jazz rock fusion. Pienso en Scott Henderson, Steve Vai o incluso en Weather Report. Emocionante groove lo preside todo.
Noche estival con grillos inclusive y acústicas nos anuncian "Estranya Mágia" (9'27). Ahora ayudando al dúo Punyet/ Castarnelas, Víctor Mateos "Willy" (teclados), Mike Starry (bajo y guitarras, de Omni) y César Ortiz (voz). La única cantada (siempre en castellano) junto la segunda parte de "Encarnació- Suite". Y en cierto modo conecta con ella en fuerza hard rock sinfónico de indiscutible elegancia. Con una hendrixiana guitarra final que consigue un toque añejo muy especial y bienvenido.
Termina el álbum con el histórico Benet Nogué, componiendo y tocando el piano en "Volada" (4'30). Le acompañan los sintetizadores de "Willy". Pieza que puede recordar al antiguo Atila, en un momento reflexivo emocionante y muy inspirado. Debió de participar más, Benet Nogué, en mi opinión.
"Encarnació" no mira atrás. Pone los pies firmes en el presente y no deja que su Increíble pasado los devore. Es prog de ahora, porque ellos son el Atila de ahora. Valentía, empuje, riesgo y siempre mirando hacia adelante.
Con ése nombre no podía ser de otro modo.
J.J. IGLESIAS