¿Cuantísimas bandas de "rock" sinfónico sorprendieron al mundo en la década de los '70? Muchas, es la respuesta.
Tenemos, cada una aportando su estilo propio, a CAMEL, Gentle Giant, Pink Floyd, Genesis, ELP, King Crimson, Candida Pax...y un buen puñado más.
Y en 1.968, uniéndose en Londres, Jon Anderson, Chris Squire, Peter Banks, Tony Kaye y Bill Bruford, se comienza a germinar la semilla de un quinteto, herederos del legado de Crimson, que años más tarde haría historia en el mundo del "rock", y hablamos de YES.
Lo que se hallaba en aquel su primer disco de 1.969 era una combinación de "pop", mucho "hard rock" y toques psicodélicos que garantizaron un comienzo prometedor, pero que no dejaba clara la seña de identidad de la banda. Luego, añadiendo arreglos orquestales, llegó "Time And a Word", tecnificando y puliendo ligeramente su sonido.
Tras una serie de discos que hizo que el grupo modificase la alineación de sus miembros y que aumentase cada vez más su legión de fans, apareció en 1.972 lo que todos los oídos estaban aguardando.
"Fragile" llegó a Platino en EE.UU. y ellos quisieron continuar reforzando su ambición musical, ya que en aquel disco todos los integrantes mostraban su talento tanto individual como colectivamente, y no consistía en que Steve Howe hiciera "jams" con su guitarra porque sí, o que Bruford cogiera las baquetas y se pusiera a darle a la batería sin ningún fundamento, ¡que va! Cada uno de ellos demostraba que YES estaba compuesto por un elenco de instrumentistas verdaderamente espectacular.
Para que nadie se quedara dudando el paso adelante que dieron lo confirmó, y fue "Close to the Edge".
Con Eddie Offord a la producción parieron una obra de arte, una envidiable muestra de genialidad y virtuosismo en sólo tres temas, aunque realmente extensos; el que abre el álbum y que da título al disco, considerado una gema dentro de la carrera de YES y dentro del "rock" sinfónico y progresivo en general, abarca una cara del LP, con más de 18 minutos de duración distribuidos en cuatro movimientos:
-Todo empieza con unos sonidos delicados, canto de pájaros y melodías tintineantes que van aumentando gradualmente hasta que estalla con golpes de batería caóticos y un afilado rasgueo de guitarra seguido de algunos coros, que tienen su conclusión en el minuto 2:46 con un pegadizo y suave "riff" que inicia realmente el primer movimiento, "The Solid Time of Change".
En el 4:24 ya se escucha el mítico estribillo "Down at the edge!, round by the corner! Close to the Edge!, down by a river!" y más tarde escucharemos las voces en eco clamando "I get up!...I get down!".
-Culmen de la primera parte, pasamos a "Total Mass Retain", escuchando la voz de Anderson en estéreo, una base rítmica muy animada con apariencia "funky" y todos los instrumentos en perfecta cohesión.
-Se va apagando el estrépito y otro bombazo de Bruford anuncia "I Get Up, I Get Down". Aquí todo es calma, un paréntesis que nos lleva a otra dimensión para descansar de la pieza anterior, con un órgano y teclados celestiales. Prueben a cerrar los ojos y dejar que la relajante melodía les lleve flotando a paisajes oníricos de ensueño, mientras resuenan las voces tan aterciopeladas de los músicos y Anderson nos repite "I Get Up...I Get Down...".
Voces y órgano se van intesificando para crear un clímax apabullante, inolvidable. De repente el teclado empieza a coger protagonismo y todo regresa a la normalidad.
-La última parte, "Seasons of Man" sirve para despertarnos del sueño en el que nos habíamos sumido y hace que renazca la rabia "rockera" con Wakeman dando lo mejor de sí.
Se repite la estructura de versos de la primera pieza, el estribillo y el conmovedor "I Get Up!!...I Get Down!!..." que nos anuncia el final de un periplo empíreo, de ensueño, volviendo a sumergirnos en los cantos de los pájaros y en las sutiles armonías del comienzo.
Y así es como esta pieza se convierte en un clásico, siendo suficiente para todo un disco, para toda una discografía y para toda una vida. "Close to the Edge" es la cúspide del virtuosismo en su más pura forma.
Pero la cosa no acaba ahí. Unas finas notas nos traen "And You and I", sumándose los teclados y el bajo demoledor de Squire en su primera parte, "Cord of Life". Tras este movimiento que recuerda a sus tiempos del "Time And a Word" viene "Eclipse", que le da aún más emotividad a la composición, elevándose, grandilocuentemente, teclados y órgano creando un momento de gran belleza.
Todo se para y vuelven unos bonitos rasgueos de guitarra acústica; "The Teacher and The Preacher" empieza a sonar con Anderson y Howe ascendiendo con fuerza para más tarde hacer que Wakeman aparezca apoyado en una sólida base rítmica y todo deshacerse de nuevo en "Apocalypse" con la guitarra acústica y los últimos versos citados por el cantante.
Y así el disco cierra con la poderosa "Siberian Khatru", que, tras una breve introducción, llega ese "riff" tan conocido y contagioso, uno de esos que te hacen mover los pies. Quitando algunos pasajes más oscuros, de mucha melodía y opulencia musical, como el que va desde el minuto 5:21 al 6:18 con coros y redobles de batería, esta se queda como la más adictiva y dinámica del disco, finalizándolo con una buena dosis de energía "rockera".
También podemos contar entre este fantástico repertorio el genial "single""America", original de Paul Simon y donde YES se explayan de maravilla en tan sólo cuatro minutos.
Con todo esto, ya terminado el álbum, Bill Bruford anunció a sus compañeros que se largaba para unirse a la corte de King Crimson y un buen miércoles, 13 de Septiembre de 1.972, "Close to the Edge" se descubrió al Mundo.
YES se ganaron la aprobación masiva de críticos y fans, se alzaron hasta el 3.er puesto en los Billboard y su obra se certificó con Platino, quedándose ya en el tiempo como una intrincada y elaborada obra de arte que hay que oír varias veces para que toda la magnificencia musical que despide se aprecie como es debido.
Sin duda aquí la banda, como reza el título del LP, "rozó el filo" de su creatividad discográfica. Un año después ese filo sería cruzado a grandes zancadas con el difícil, ambicioso y fastuoso "Tales from Topographic Oceans", un "Close to the Edge" elevado a la cuarta donde YES ya no pudieron ampliar más sus miras porque hubiera sido algo musicalmente imposible.
Tenemos, cada una aportando su estilo propio, a CAMEL, Gentle Giant, Pink Floyd, Genesis, ELP, King Crimson, Candida Pax...y un buen puñado más.
Y en 1.968, uniéndose en Londres, Jon Anderson, Chris Squire, Peter Banks, Tony Kaye y Bill Bruford, se comienza a germinar la semilla de un quinteto, herederos del legado de Crimson, que años más tarde haría historia en el mundo del "rock", y hablamos de YES.
Lo que se hallaba en aquel su primer disco de 1.969 era una combinación de "pop", mucho "hard rock" y toques psicodélicos que garantizaron un comienzo prometedor, pero que no dejaba clara la seña de identidad de la banda. Luego, añadiendo arreglos orquestales, llegó "Time And a Word", tecnificando y puliendo ligeramente su sonido.
Tras una serie de discos que hizo que el grupo modificase la alineación de sus miembros y que aumentase cada vez más su legión de fans, apareció en 1.972 lo que todos los oídos estaban aguardando.
"Fragile" llegó a Platino en EE.UU. y ellos quisieron continuar reforzando su ambición musical, ya que en aquel disco todos los integrantes mostraban su talento tanto individual como colectivamente, y no consistía en que Steve Howe hiciera "jams" con su guitarra porque sí, o que Bruford cogiera las baquetas y se pusiera a darle a la batería sin ningún fundamento, ¡que va! Cada uno de ellos demostraba que YES estaba compuesto por un elenco de instrumentistas verdaderamente espectacular.
Para que nadie se quedara dudando el paso adelante que dieron lo confirmó, y fue "Close to the Edge".
Con Eddie Offord a la producción parieron una obra de arte, una envidiable muestra de genialidad y virtuosismo en sólo tres temas, aunque realmente extensos; el que abre el álbum y que da título al disco, considerado una gema dentro de la carrera de YES y dentro del "rock" sinfónico y progresivo en general, abarca una cara del LP, con más de 18 minutos de duración distribuidos en cuatro movimientos:
-Todo empieza con unos sonidos delicados, canto de pájaros y melodías tintineantes que van aumentando gradualmente hasta que estalla con golpes de batería caóticos y un afilado rasgueo de guitarra seguido de algunos coros, que tienen su conclusión en el minuto 2:46 con un pegadizo y suave "riff" que inicia realmente el primer movimiento, "The Solid Time of Change".
En el 4:24 ya se escucha el mítico estribillo "Down at the edge!, round by the corner! Close to the Edge!, down by a river!" y más tarde escucharemos las voces en eco clamando "I get up!...I get down!".
-Culmen de la primera parte, pasamos a "Total Mass Retain", escuchando la voz de Anderson en estéreo, una base rítmica muy animada con apariencia "funky" y todos los instrumentos en perfecta cohesión.
-Se va apagando el estrépito y otro bombazo de Bruford anuncia "I Get Up, I Get Down". Aquí todo es calma, un paréntesis que nos lleva a otra dimensión para descansar de la pieza anterior, con un órgano y teclados celestiales. Prueben a cerrar los ojos y dejar que la relajante melodía les lleve flotando a paisajes oníricos de ensueño, mientras resuenan las voces tan aterciopeladas de los músicos y Anderson nos repite "I Get Up...I Get Down...".
Voces y órgano se van intesificando para crear un clímax apabullante, inolvidable. De repente el teclado empieza a coger protagonismo y todo regresa a la normalidad.
-La última parte, "Seasons of Man" sirve para despertarnos del sueño en el que nos habíamos sumido y hace que renazca la rabia "rockera" con Wakeman dando lo mejor de sí.
Se repite la estructura de versos de la primera pieza, el estribillo y el conmovedor "I Get Up!!...I Get Down!!..." que nos anuncia el final de un periplo empíreo, de ensueño, volviendo a sumergirnos en los cantos de los pájaros y en las sutiles armonías del comienzo.
Y así es como esta pieza se convierte en un clásico, siendo suficiente para todo un disco, para toda una discografía y para toda una vida. "Close to the Edge" es la cúspide del virtuosismo en su más pura forma.
Pero la cosa no acaba ahí. Unas finas notas nos traen "And You and I", sumándose los teclados y el bajo demoledor de Squire en su primera parte, "Cord of Life". Tras este movimiento que recuerda a sus tiempos del "Time And a Word" viene "Eclipse", que le da aún más emotividad a la composición, elevándose, grandilocuentemente, teclados y órgano creando un momento de gran belleza.
Todo se para y vuelven unos bonitos rasgueos de guitarra acústica; "The Teacher and The Preacher" empieza a sonar con Anderson y Howe ascendiendo con fuerza para más tarde hacer que Wakeman aparezca apoyado en una sólida base rítmica y todo deshacerse de nuevo en "Apocalypse" con la guitarra acústica y los últimos versos citados por el cantante.
Y así el disco cierra con la poderosa "Siberian Khatru", que, tras una breve introducción, llega ese "riff" tan conocido y contagioso, uno de esos que te hacen mover los pies. Quitando algunos pasajes más oscuros, de mucha melodía y opulencia musical, como el que va desde el minuto 5:21 al 6:18 con coros y redobles de batería, esta se queda como la más adictiva y dinámica del disco, finalizándolo con una buena dosis de energía "rockera".
También podemos contar entre este fantástico repertorio el genial "single""America", original de Paul Simon y donde YES se explayan de maravilla en tan sólo cuatro minutos.
Con todo esto, ya terminado el álbum, Bill Bruford anunció a sus compañeros que se largaba para unirse a la corte de King Crimson y un buen miércoles, 13 de Septiembre de 1.972, "Close to the Edge" se descubrió al Mundo.
YES se ganaron la aprobación masiva de críticos y fans, se alzaron hasta el 3.er puesto en los Billboard y su obra se certificó con Platino, quedándose ya en el tiempo como una intrincada y elaborada obra de arte que hay que oír varias veces para que toda la magnificencia musical que despide se aprecie como es debido.
Sin duda aquí la banda, como reza el título del LP, "rozó el filo" de su creatividad discográfica. Un año después ese filo sería cruzado a grandes zancadas con el difícil, ambicioso y fastuoso "Tales from Topographic Oceans", un "Close to the Edge" elevado a la cuarta donde YES ya no pudieron ampliar más sus miras porque hubiera sido algo musicalmente imposible.
Temas
1 - Close To The Edge
2 - And You and I
3 - Siberian Khatru
Formación
Jon Anderson - vocales
Chris Squire - bajo, vocales
Steve Howe - guitarra, vocales
Rick Wakeman - teclados
Bill Bruford - batería
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