En muchas ocasiones hemos podido ser testigos de cómo la carrera de una banda se acababa tras realizar uno o dos álbumes y desaparecía sin dejar el menor rastro.
Tenemos algunos ejemplos como el de Armageddon y su debut de 1.975, Leaf Hound con su "Growers of Mushroom" en el '71 o WARPIG en el '70. Unas veces porque eran tildadas de imitar a otras formaciones más importantes, otras por discusiones entre sus miembros y otras porque, simplemente, no tenían ni carisma ni éxito entre el público.
Pero los sucesos que le ocurrieron a este grupo original de Philadelphia no podrían haber sido más injustos y crueles.
En 1.969 los jóvenes Frank Gilcken (guitarrista) y Frank Ferrara (bajista/vocalista) se unieron con Tony Diorio a las baquetas, que casi les doblaba en edad, para conformar así un "power trio" llamado The Magic Band tras descartar la colaboración de un teclista en su grupo.
Ellos, más que seguir la estela del "hippie rock" americano y psicodélico de la época que practicaban Jefferson Airplane o Grateful Dead quisieron continuar por el sendero que trazaron Blue Cheer en San Francisco y Deep Purple en Inglaterra, por lo que se vieron muy influenciados también por el "rock" británico de corrientes progresivas al que tanto contribuyó King Crimson en 1.969.
Poco después, Diorio cambiaría el nombre del grupo por el de BANG, gracias a un artículo que estaba leyendo en la revista musical "Rolling Stone" y que rezaba, en paráfrasis, "The British groups bang in U.S.A.".
Tras promocionarse durante un tiempo viajaron a la costa Este de América y en un evento conocido como East Coast Concerts, que se celebraba en Florida, pudieron presentarse ante el público, llegando a compartir escenario con nada menos que gente de la talla de FACES, Deep Purple o Steppenwolf.
Precisamente el azar estuvo de parte de los chicos y el promotor de aquel acontecimiento musical les fichó y se convirtió en su manager, haciendo que tocasen con artistas como Mountain, Uriah Heep e incluso Jethro Tull.
Así se meterían en el estudio en 1.970 para decidir grabar ya su primer álbum, y fue "Death of a Country".
En él encontramos una influencia totalmente progresiva, enfocada al "rock" imperante que se hacía al otro lado del charco. Este primer LP puede traernos a la cabeza el sonido de Wishbone Ash y Raw Material por lo progresivo y también de Sabbath por la oscuridad de su sonido y letras. Temas como "Certainly Meaningless", "No Trespassing" o la que abría el álbum con 10 minutos de duración, "Death of a Country", les convertía en herederos de aquellos grupos.
Y aquí somos partícipes de lo malas que pueden ser las decisiones de una compañía. En este caso Capitol Records fue su discográfica, pero ellos no querían el álbum. Así de sencillo; no les gustaba porque no era comercial, porque sonaba "demasiado británico".
Habría sido inútil discutir con los jefes de aquella importante casa, así que se volvieron a meter entre las cuatro paredes del estudio y nació el álbum que nos ocupa, su debut oficial llamado como ellos, "Bang!", en 1.971.
Si aquellos casposos directivos querían un álbum más comercial y ligero no pudieron darse contra un muro de manera más rápida, ya que este disco es totalmente lo contrario. Lo que tenemos aquí es una especie de costilla flotante sacada de la columna vertebral de Black Sabbath, porque BANG decidieron cambiar su "rock" progresivo por ese sonido tan atrayente, pesado y agresivo que empezaban a hacer los de Birmingham.
De ahí que muchas de las composiciones nos traigan recuerdos de los británicos como el comienzo "Lions, Christians", que podría verse como una versión ligera del "Behind the Wall of Sleep", con Frank Ferrara sonando enteramente como Osbourne. Pongan a uno al lado del otro y si no parecen gemelos poco les falta, aunque el vocalista de BANG efectuaba unos tonos más agudos y rasgados. "The Queen", que es más de lo mismo; una buena muestra de "rock" pesadísimo, por algo este grupo son considerados uno de los pioneros del "heavy metal" en América, junto con los canadienses WARPIG (y creadores de lo que más tarde se llamaría "doom metal").
"Red Man", "Come with Me" y "Our Home" no se apartan nada de la línea. En general el sonido del álbum está marcado por su pesadez, ritmos machacones y profundos y "riffs" potentes, donde también nos encontramos la balada "Last Will", que evocaba el progresivo de su "Death of a Country", sonando esta vez como Wishbone Ash.
Pero los dos mejores temas son los más "sabbathianos" del disco: "Future Shock", que da comienzo con un fuerte "riff" y con el grito que pega Ferrara pareciendo declarar "¡pues si ese Ozzy se cree que es el único que sabe pegar berridos!...", y uno que llegó como "single" a los Billboard Hot 100, "Questions", que no es sino un giro más comercial del "N.I.B." de Sabbath.
Este LP les hizo ganar bastante popularidad entre nuevos fans y la crítica, aunque los comparasen con Tony Iommi & Co.
Pero un vuelco truncaría la prometedora carrera que habían iniciado. Para empezar el productor Jeff Cheen no quería a Tony Diorio como batería para el próximo trabajo así que le sustituyó un tal Bruce Gary y salió a la luz un extraño "Mother/Bow to the King" en 1.972 donde se enfocaron a unas miras más comerciales y livianas, haciendo un "rock" más a lo Rolling Stone como se puede apreciar en los cortes "No Sugar Tonight" y "Mother" aunque conservando el estilo de Sabbath en algunos temas como "Idealist, Realist" o "Tomorrow". Este esfuerzo no estuvo nada mal, incluso me atrevo a afirmar que es un buen disco, ya que se mezclan melodía y rudeza a partes iguales.
Pero Capitol Records seguía insistiendo en que hicieran un sonido más comercial, más para meterse en las listas y en los "charts" y tras unas reflexiones Diorio volvió esta vez como el manager de BANG y por última vez empezaron otra sesión de grabación...y "Music" fue el resultado.
En esta ocasión ya no quedaba nada del auténtico carisma que les había caracterizado, sólo había un puñado de melodías de corte clásico con aires "pop/folk" con la que hacían homenaje a los Beatles, Small Faces o Mott the Hoople por poner un ejemplo. Esto no gustó nada a los directivos de la discográfica que sencillamente dejaron de apoyarles y finalizaron su contrato de un plumazo.
Encontrándose sin contrato, sin girar, y con un álbum ya acabado sin poder haberlo promocionado como era debido, los chicos no tuvieron más remedio que acabar con el negocio...
hasta nada menos que en 1.999 cuando regresaron de entre las cenizas con su "Return to Zero" en un esfuerzo por revivir lo que fueron: una buenísima banda de "heavy metal" que, con el apoyo necesario, podrían haber llegado muy lejos, pero que por culpa de las ambiciones y el cinismo de los mandamases de las compañías, que lo único que tenían fluyendo por sus embotados cerebros era el símbolo del dólar, se vieron obligados a desaparecer, quedándose ahora como uno de tantos otros grupos que tienen que cargar con el dicho del "pudo ser y no fue".
Aún siguen juntos y hasta en 2.011 salió aquel disco de debut que no pudo editarse en 1.970, "Death of a Country", con la esperanza de que los fans del "rock" más clásico les hicieran un hueco en su memoria.
Tenemos algunos ejemplos como el de Armageddon y su debut de 1.975, Leaf Hound con su "Growers of Mushroom" en el '71 o WARPIG en el '70. Unas veces porque eran tildadas de imitar a otras formaciones más importantes, otras por discusiones entre sus miembros y otras porque, simplemente, no tenían ni carisma ni éxito entre el público.
Pero los sucesos que le ocurrieron a este grupo original de Philadelphia no podrían haber sido más injustos y crueles.
En 1.969 los jóvenes Frank Gilcken (guitarrista) y Frank Ferrara (bajista/vocalista) se unieron con Tony Diorio a las baquetas, que casi les doblaba en edad, para conformar así un "power trio" llamado The Magic Band tras descartar la colaboración de un teclista en su grupo.
Ellos, más que seguir la estela del "hippie rock" americano y psicodélico de la época que practicaban Jefferson Airplane o Grateful Dead quisieron continuar por el sendero que trazaron Blue Cheer en San Francisco y Deep Purple en Inglaterra, por lo que se vieron muy influenciados también por el "rock" británico de corrientes progresivas al que tanto contribuyó King Crimson en 1.969.
Poco después, Diorio cambiaría el nombre del grupo por el de BANG, gracias a un artículo que estaba leyendo en la revista musical "Rolling Stone" y que rezaba, en paráfrasis, "The British groups bang in U.S.A.".
Tras promocionarse durante un tiempo viajaron a la costa Este de América y en un evento conocido como East Coast Concerts, que se celebraba en Florida, pudieron presentarse ante el público, llegando a compartir escenario con nada menos que gente de la talla de FACES, Deep Purple o Steppenwolf.
Precisamente el azar estuvo de parte de los chicos y el promotor de aquel acontecimiento musical les fichó y se convirtió en su manager, haciendo que tocasen con artistas como Mountain, Uriah Heep e incluso Jethro Tull.
Así se meterían en el estudio en 1.970 para decidir grabar ya su primer álbum, y fue "Death of a Country".
En él encontramos una influencia totalmente progresiva, enfocada al "rock" imperante que se hacía al otro lado del charco. Este primer LP puede traernos a la cabeza el sonido de Wishbone Ash y Raw Material por lo progresivo y también de Sabbath por la oscuridad de su sonido y letras. Temas como "Certainly Meaningless", "No Trespassing" o la que abría el álbum con 10 minutos de duración, "Death of a Country", les convertía en herederos de aquellos grupos.
Y aquí somos partícipes de lo malas que pueden ser las decisiones de una compañía. En este caso Capitol Records fue su discográfica, pero ellos no querían el álbum. Así de sencillo; no les gustaba porque no era comercial, porque sonaba "demasiado británico".
Habría sido inútil discutir con los jefes de aquella importante casa, así que se volvieron a meter entre las cuatro paredes del estudio y nació el álbum que nos ocupa, su debut oficial llamado como ellos, "Bang!", en 1.971.
Si aquellos casposos directivos querían un álbum más comercial y ligero no pudieron darse contra un muro de manera más rápida, ya que este disco es totalmente lo contrario. Lo que tenemos aquí es una especie de costilla flotante sacada de la columna vertebral de Black Sabbath, porque BANG decidieron cambiar su "rock" progresivo por ese sonido tan atrayente, pesado y agresivo que empezaban a hacer los de Birmingham.
De ahí que muchas de las composiciones nos traigan recuerdos de los británicos como el comienzo "Lions, Christians", que podría verse como una versión ligera del "Behind the Wall of Sleep", con Frank Ferrara sonando enteramente como Osbourne. Pongan a uno al lado del otro y si no parecen gemelos poco les falta, aunque el vocalista de BANG efectuaba unos tonos más agudos y rasgados. "The Queen", que es más de lo mismo; una buena muestra de "rock" pesadísimo, por algo este grupo son considerados uno de los pioneros del "heavy metal" en América, junto con los canadienses WARPIG (y creadores de lo que más tarde se llamaría "doom metal").
"Red Man", "Come with Me" y "Our Home" no se apartan nada de la línea. En general el sonido del álbum está marcado por su pesadez, ritmos machacones y profundos y "riffs" potentes, donde también nos encontramos la balada "Last Will", que evocaba el progresivo de su "Death of a Country", sonando esta vez como Wishbone Ash.
Pero los dos mejores temas son los más "sabbathianos" del disco: "Future Shock", que da comienzo con un fuerte "riff" y con el grito que pega Ferrara pareciendo declarar "¡pues si ese Ozzy se cree que es el único que sabe pegar berridos!...", y uno que llegó como "single" a los Billboard Hot 100, "Questions", que no es sino un giro más comercial del "N.I.B." de Sabbath.
Este LP les hizo ganar bastante popularidad entre nuevos fans y la crítica, aunque los comparasen con Tony Iommi & Co.
Pero un vuelco truncaría la prometedora carrera que habían iniciado. Para empezar el productor Jeff Cheen no quería a Tony Diorio como batería para el próximo trabajo así que le sustituyó un tal Bruce Gary y salió a la luz un extraño "Mother/Bow to the King" en 1.972 donde se enfocaron a unas miras más comerciales y livianas, haciendo un "rock" más a lo Rolling Stone como se puede apreciar en los cortes "No Sugar Tonight" y "Mother" aunque conservando el estilo de Sabbath en algunos temas como "Idealist, Realist" o "Tomorrow". Este esfuerzo no estuvo nada mal, incluso me atrevo a afirmar que es un buen disco, ya que se mezclan melodía y rudeza a partes iguales.
Pero Capitol Records seguía insistiendo en que hicieran un sonido más comercial, más para meterse en las listas y en los "charts" y tras unas reflexiones Diorio volvió esta vez como el manager de BANG y por última vez empezaron otra sesión de grabación...y "Music" fue el resultado.
En esta ocasión ya no quedaba nada del auténtico carisma que les había caracterizado, sólo había un puñado de melodías de corte clásico con aires "pop/folk" con la que hacían homenaje a los Beatles, Small Faces o Mott the Hoople por poner un ejemplo. Esto no gustó nada a los directivos de la discográfica que sencillamente dejaron de apoyarles y finalizaron su contrato de un plumazo.
Encontrándose sin contrato, sin girar, y con un álbum ya acabado sin poder haberlo promocionado como era debido, los chicos no tuvieron más remedio que acabar con el negocio...
hasta nada menos que en 1.999 cuando regresaron de entre las cenizas con su "Return to Zero" en un esfuerzo por revivir lo que fueron: una buenísima banda de "heavy metal" que, con el apoyo necesario, podrían haber llegado muy lejos, pero que por culpa de las ambiciones y el cinismo de los mandamases de las compañías, que lo único que tenían fluyendo por sus embotados cerebros era el símbolo del dólar, se vieron obligados a desaparecer, quedándose ahora como uno de tantos otros grupos que tienen que cargar con el dicho del "pudo ser y no fue".
Aún siguen juntos y hasta en 2.011 salió aquel disco de debut que no pudo editarse en 1.970, "Death of a Country", con la esperanza de que los fans del "rock" más clásico les hicieran un hueco en su memoria.
Temas
1. "Lions, Christians"
2. "The Queen"
3. "Last Will"
4. "Come with Me"
5. "Our Home"
6. "Future Shock"
7. "Questions"
8. "Redman"
Formación
Frank Ferrara: voz, bajo
Tony D’Iorio: batería
Frank Glicken: voz, guitarra
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