Francesco Gazzara es un pianista y compositor italiano del que yo no tenía ni idea y que lo encuadran en un estilo próximo al “acid jazz” y a estilos un tanto diversos como puedan ser el soul, el lounge (¿?) o a una moderna y ecléctica música de cámara, terrenos que me son ajenos y por lo tanto no insistiré para que el enterado de turno no me recrimine.
El caso es que este disco lo vi en la red por casualidad y yo ya había tenido alguna experiencia en adaptaciones un tanto curiosas de la música de Genesis como aquellos dos volúmenes para dos pianos, las adaptaciones de David Palmer con la London Symphony o incluso una rareza que encontré y no tengo ni idea de quien la toca, para piano y cello con una medley del The Lamb de 34 minutos. El caso es que Gazzara ha realizado un delicado trabajo para piano principalmente y orquesta de cámara: en concreto para un instrumentista de viento, un cellista, una viola y un violín. El resultado es un cruce entre un ligero perfume de jazz y clasicismo.
Una manera diferente de escuchar las composiciones genesianas en un doble Cd/LP muy atractivo en su programa porque se centra en piezas antológicas como Watcher Of The Skies. Firth Of Fith, The Cinema Show, The Lamia, Mad Man Moon etc. Así hasta llegar al Duke y afortunadamente no pasar de ahí a los 80 y la época vergonzosa del señor Collins y compañía. Es un disco de fondo, hermoso y cálido y hasta relajante. Perfecto si tienes un día tranquilo y sin agobios.
Los agobios y las prisas hay que ir aparcándolas conforme envejeces porque de lo contrario quiere decir que no hemos aprendido nada de la broma de la vida. Ponte este disco mientras degustas tu bebida favorita y mira al azul del cielo en un atardecer de primavera que ya estamos en la época pero sin mariconadas y ya vale que me pongo moñas y blandurrio y me entra la risa.
Alberto Torró
Nota: si te gusta el artículo compártelo (Facebook, Twitter, g+, etc) pulsando en
que está al final del artículo, de esta forma contribuirás a la continuidad del blog. Gracias