Bueno, hace una semana se estrenaba una nueva sección en el blog con la intención de nombrar algunos de los mejores álbumes que tuvieron lugar en la década tan prolífica de los '80.
Como es normal se empezó por el principio de todo, el año 1.980, comentando brevemente los primeros 5 discos de mi lista de 10 que yo consideraba los mejores personalmente y que mejor representaron la esencia de lo que se cocía y lo que se empezaba a cocer a principios de la década; cada uno según su fecha de salida al mercado.
Ahora iría con la otra mitad de álbumes que estimo importantes en su año de realización y también en la carrera de las bandas que lo pusieron a la venta para un público que nunca tenía demasiado en el mundo tan amplio del "rock". Algunos tuvieron más o menos repercusión para los críticos y las masas, pero sin duda cada uno de ellos resultaron ser espectaculares trabajos dentro de los géneros donde se encontraban:
-Un descontento Ozzy Osbourne, que lo había pasado fatal tras su expulsión de Black Sabbath, decidió poner punto final a la carrera con su grupo de siempre y empezar una en solitario.
Junto a él se unieron unos músicos de categoría como fueron Randy Rhoads a la guitarra, Bob Daisley al bajo, Don Airey a los teclados y, tras un duro esfuerzo por encontrar a quien se colocara a las baquetas, Lee Kerslake, ex-batería del gran grupo de "hard rock" Uriah Heep, lo que tuvo que ser un verdadero placer para Osbourne el tenerle en sus filas.
Así, con esta alineación, el 20 de Septiembre vería la luz uno de los mejores álbumes de "heavy metal" que jamás se hayan hecho, "Blizzard of Ozz", certificado con cuádruple platino en EE.UU.
Los temas que lo componen son auténticas joyas de un "metal" preciso, potente, sin concesiones. Lo mejor de todo es que no sonaban como Black Sabbath, sino que tenían fuerza por si sólas, como las crudas "Steal Away the Night"; "Crazy Train", que llegó al 9.º puesto en los Billboard Top Tracks o la controvertida "Suicide Solution", que acabó llevando a Ozzy a juicio.
Si a eso añadimos las más oscuras y extensas "Goodbye to Romance" y "Revelation" tenemos un álbum completo, un álbum de 10, que consiguió llegar a la 7.ª posición en las listas británicas y que sería el mejor en la carrera de Osbourne, cosechando un éxito que no volvería a ver hasta su "No More Tears" de 1.991.
-Por aquellas fechas también hubo otro músico que decidió desligarse de una banda en la que aprendió mucho, llamada UFO, y dar paso a una carrera en solitario, marcada sobre todo por las irregularidades, pero que tuvo un muy buen comienzo.
Así Michael Schenker, un experimentado guitarrista que desde el año '72 estaba metido en el mundo de la música, facturó su mejor disco aquel mes de Septiembre, el más grande que haya realizado en su carrera y fundamental en el "heavy metal" de los '80, "The Michael Schenker Group", también conocido como "Cry for the Nations".
Recogió lo mejor de UFO en un disco de "rock" descarnado y poderoso, de grandes temas con mucha melodía y energía desbordante, como se podía apreciar en los cortes "Victim of Illusion", "Armed And Ready", "Get Up and Get Down" y su himno por antonomasia "Cry for the Nations". Pero la maestría de éste a las seis cuerdas se grabó a fuego en otros temas igual de memorables como la instrumental "Bijou Pleasurette" y la épica "Lost Horizon", que contiene un solo espectacular y una atmósfera de grandilocuencia que ninguna canción del músico alemán ha logrado alcanzar.
Además, la voz tan versátil de Gary Barden cuadraba y se amoldaba a la perfección al estilo del guitarrista y las colaboraciones de Mo Foster al bajo, Simon Phillips a la batería y Roger Glover en la producción fueron indispensables para dotar de un sonido propio y de gran calidad al trabajo.
Se quedó en la primera posición en las listas de la KTUH en la semana del 29 de Septiembre, llegó a la 8.ª posición en los "charts" de Inglaterra y hoy por hoy es un plástico vital del "rock" y "heavy metal" en su faceta más clásica y comercial a partes iguales.
-Un sexteto originario de Florida, que cogió su nombre de una prostituta que decapitaba y mutilaba a sus víctimas llamada Molly Hatchet, también se encontraba en su mejor momento. En 1.979 "Flirtin' with Disaster" fue un éxito rotundo y el mejor álbum de la banda en toda su carrera; además, consiguieron devolver al "rock" sureño toda su fuerza, vigor y las altas cotas de popularidad de la que había gozado a principios de los '70.
En 1.980, un vocalista nuevo, Jim Farrar, reemplazó a Danny Joe Brown, se unió a las filas de Dave Hlubeck, Duanne Roland, Steve Holland, Banner Thomas y Bruce Crump y dieron vida a "Beatin' the Odds", que salió a la calle también aquel mes de Septiembre.
Este trabajo llegó al n.º 25 de los "charts" británicos y, aunque no fuera un éxito de masas, es un disco perfecto donde la esencia del clásico "hard rock" sureño de Lynyrd Skynyrd se une a los sonidos más duros que empezaban a gestarse en la década dando resultado a un LP ágil, divertido, rebosante de fuertes "riffs" sencillos y llenos de sentimiento y energía "rockera".
Es cierto que Farrar no era Brown, pero su voz se ajustó bien al sonido que imprimieron los demás músicos en este plástico donde destacan piezas tan sólidas como "Double Talker", "Few and Far Between", "Get her Back" o "Poison Pen" y la curiosa balada "The Rambler", que nos trae lo mejor de aquellas tierras donde los Allman Brothers comenzaron a hacer historia. El triunvirato de guitarras Hlubeck/Roland/Holland conseguía ejecuciones vibrantes llenas de maestría y la base rítmica nunca perdía un ápice de su dinamismo.
En general este álbum, que consiguió disco de platino, es continuista del sonido del anterior y de la estética guerrera que mostraban en sus portadas, a cargo del dibujante Frank Frazzeta. Un álbum que no hay que relegar al olvido por nada del mundo por muchos otros súper-éxitos que salieran a su alrededor.
-Un "power trío" de grandes cualidades que empezaba a hacerse su hueco a finales de los '70 llegó con el que sería su mejor trabajo a comienzos de la década.
El 8 de Noviembre ya se vendía "Ace of Spades", Motörhead subió puestos en los "charts" hasta quedarse en el 4.º y poco después su obra llegaría a disco de oro, y no era para menos.
Una batería apocalíptica, una guitarra desgarradora y una voz que parecía una hormigonera en funcionamiento rompían tímpanos con un álbum ya clásico de "heavy metal", sin pausas, que no te da un respiro, con canciones cortas, directas a la yugular, que servían para quemar los equipos de música.
En lo más alto se encuentra la que da título al LP, que llegó al puesto 15 en las listas de "singles", pero no es la única para recordar. "Fire, Fire", "Shoot You in the Back", "Fast and Loose" o "The Chase is Better than the Catch"; piezas que no pasaban de los tres minutos y medio, algunas ni siquiera llegaban a tres minutos, y todas juntas conformando un álbum aplastante, llamado por algunos expertos "pionero del "thrash metal" de mitad de los '80" e incluido en los "1.001 álbumes que hay que escuchar antes de morir".
El trío de músicos, liderado por el siempre carismático e irreverente Lemmy Kilmister, no fabricaría un disco de estudio tan bueno como este "Ace of Spades", ya indispensable para cualquier melómano amante del "rock" más brutal que pueda existir.
-Si hay que nombrar un disco en directo de aquel año yo diría el que realizaron Whitesnake el 3 de Noviembre y que corresponde a dos conciertos grabados en el Hammersmith Odeon en 1.978 y 1.980, de título "Live...In the Heart of the City", que recogía las canciones más clásicas del grupo y la gira correspondiente del "Ready An' Willing", también de 1.980.
Whitesnake es recordado sobre todo por dos discos de finales de la década, "1.987" y "Slip of the Tongue", en un momento donde lucían una estética de melenas cardadas, emparentada con el "glam", y grababan espectaculares videoclips, pero en sus comienzos fue un grupo de "hard rock" básico de retazos "blues", que se sacaba de la manga grandes canciones llenas de buen "feeling""rockero".
En esta monumental actuación estuvieron presentes los compañeros que David Coverdale tuvo cuando éste se metió en Deep Purple, Ian Paice en la batería y Jon Lord en los teclados. La pareja de guitarristas Bernie Marsden/Mick Moody eran también dos músicos de gran calidad, con un estilo a las seis cuerdas muy clásico y "blues".
Todos ellos dieron lo mejor de sí en aquel escenario. La clásica "Come On" del "Snakebite" se guardó al público en el bolsillo, y luego fueron llegando la animada "Sweet Talker" y la memorable "Love Hunter", que mantuvieron el clima al rojo vivo, para traer los teclados y el ritmo del "Fool for your Loving" y la sobresaliente interpretación del "Ain't gonna Cry no More", donde Coverdale demostraba que tenía una de las mejores voces del "rock", profunda, desgarrada y de pura esencia "blues".
Al final llegaba un emotivo "Ain't no Love in the Heart of the City" que ponía los pelos de punta, seguido del potente "Trouble" y la revisión del "Mistreated" de Deep Purple. Más de 10 minutos que resultaron ser un broche de oro para una sesión inolvidable, llena de sentimiento y poder "rockero" plasmado en un álbum doble que llegó al 5.º puesto en los "charts" de Inglaterra, consiguió el certificado de platino y hasta se hizo un hueco en el Billboard 200 de EE.UU.
En la portada estarían los seis músicos que habrían de pasar a la historia por la cantidad de orgasmos (musicalmente hablando) que le dio al público en aquellas inmortales actuaciones.
Y así terminaría mi lista de los 10 mejores álbumes de aquel año, aunque tampoco hay que olvidar otros tantos que tuvieron una buena repercusión por las mismas fechas. Como fueron el "Women and Children First" de Van Halen, que seguía con la tónica de siempre, la cual había hecho que el grupo tuviera éxito desde que empezó. El "Animal Magnetism" de Scorpions y el "G-Force" de Gary Moore tampoco se quedaron atrás, como aquel "No Place to Run", de UFO.
También hay que hablar de tres debuts importantes. Primero el de Tygers of Pan Tang, una de esas bandas que capitaneó la N.W.o.B.H.M. y que cosecharía éxito en años posteriores; el de Angel Witch, uno de los pilares del nuevo movimiento inglés y que tuvo su mejor obra en ese primer disco, y el de una formación que revolucionaría la escena del "heavy metal", Iron Maiden, con su "rock" sucio y mercenario a medio camino entre el "punk" y el "heavy" de la New Wave.
Así como los debutantes Def Leppard, que empezaron a ganarse la reputación que harían de ellos lo que son, con su "On Through the Night". Como otras que también salieron al mismo tiempo, Girschool, una banda llena de feroces féminas que practicaban un "rock" callejero sin paliativos y que darían su mejor trabajo al año siguiente.
Por otro lado, cuatro gigantes que llevaban tiempo en el negocio también destacaron en la escena. Por ejemplo Nazareth con su "Malice in Wonderland", una vuelta de tuerca al estilo que practicaban en su anterior "No Mean City", y que les lanzó a explorar terrenos más melódicos, llegando a introducirse en el "AOR" y en un "rock" hecho para ir directo a las emisoras FM.
Jethro Tull sufrió un cambio drástico cuando Ian Anderson modificó a prácticamente toda la alineación del grupo y realizó el controvertido y poco acertado "A", metiendo sonidos "pop" y electrónicos a su clásico "rock", cosa que desconcertó a los fans.
Uriah Heep se puso a sonar como Alan Parsons Project por el sonido de los teclados y la voz de John Sloman en "Conquest". A pesar de que el exceso de comercialidad se convirtió en un hándicap fue un interesante disco del grupo a rescatar hoy en día.
Y los sinfónicos Supertramp también quedarían en la Historia gracias a su directo "Paris", donde el talento irrepetible de sus músicos alcanzarían su mayor expresión en aquel escenario el 29 de Noviembre de 1.979.
Y hablando de gigantes, aquel año un grupo desaparecido del mapa, Atomic Rooster, publicó el que sería su penúltimo disco, llamado como ellos, con John DuCann y Vincent Crane mostrando que la creatividad, ingenio, carisma y clase que siempre habían tenido jamás les había faltado.
Como ya dije, los álbumes que menciono serán más importantes para algunos y prácticamente inolvidables para otros. Lo que se tiene que hacer es colaborar y que cada uno ponga su aportación nombrando cuales serían los 10 mejores álbumes de su lista personal.
Ya la semana que viene hablaré de la primera mitad de la lista de álbumes de 1.981 que merece la pena recordar, entre los que se cuentan verdaderas obras maestras de la música.
Como es normal se empezó por el principio de todo, el año 1.980, comentando brevemente los primeros 5 discos de mi lista de 10 que yo consideraba los mejores personalmente y que mejor representaron la esencia de lo que se cocía y lo que se empezaba a cocer a principios de la década; cada uno según su fecha de salida al mercado.
Ahora iría con la otra mitad de álbumes que estimo importantes en su año de realización y también en la carrera de las bandas que lo pusieron a la venta para un público que nunca tenía demasiado en el mundo tan amplio del "rock". Algunos tuvieron más o menos repercusión para los críticos y las masas, pero sin duda cada uno de ellos resultaron ser espectaculares trabajos dentro de los géneros donde se encontraban:
-Un descontento Ozzy Osbourne, que lo había pasado fatal tras su expulsión de Black Sabbath, decidió poner punto final a la carrera con su grupo de siempre y empezar una en solitario.
Junto a él se unieron unos músicos de categoría como fueron Randy Rhoads a la guitarra, Bob Daisley al bajo, Don Airey a los teclados y, tras un duro esfuerzo por encontrar a quien se colocara a las baquetas, Lee Kerslake, ex-batería del gran grupo de "hard rock" Uriah Heep, lo que tuvo que ser un verdadero placer para Osbourne el tenerle en sus filas.
Así, con esta alineación, el 20 de Septiembre vería la luz uno de los mejores álbumes de "heavy metal" que jamás se hayan hecho, "Blizzard of Ozz", certificado con cuádruple platino en EE.UU.
Los temas que lo componen son auténticas joyas de un "metal" preciso, potente, sin concesiones. Lo mejor de todo es que no sonaban como Black Sabbath, sino que tenían fuerza por si sólas, como las crudas "Steal Away the Night"; "Crazy Train", que llegó al 9.º puesto en los Billboard Top Tracks o la controvertida "Suicide Solution", que acabó llevando a Ozzy a juicio.
-Por aquellas fechas también hubo otro músico que decidió desligarse de una banda en la que aprendió mucho, llamada UFO, y dar paso a una carrera en solitario, marcada sobre todo por las irregularidades, pero que tuvo un muy buen comienzo.
Así Michael Schenker, un experimentado guitarrista que desde el año '72 estaba metido en el mundo de la música, facturó su mejor disco aquel mes de Septiembre, el más grande que haya realizado en su carrera y fundamental en el "heavy metal" de los '80, "The Michael Schenker Group", también conocido como "Cry for the Nations".
Se quedó en la primera posición en las listas de la KTUH en la semana del 29 de Septiembre, llegó a la 8.ª posición en los "charts" de Inglaterra y hoy por hoy es un plástico vital del "rock" y "heavy metal" en su faceta más clásica y comercial a partes iguales.
-Un sexteto originario de Florida, que cogió su nombre de una prostituta que decapitaba y mutilaba a sus víctimas llamada Molly Hatchet, también se encontraba en su mejor momento. En 1.979 "Flirtin' with Disaster" fue un éxito rotundo y el mejor álbum de la banda en toda su carrera; además, consiguieron devolver al "rock" sureño toda su fuerza, vigor y las altas cotas de popularidad de la que había gozado a principios de los '70.
Este trabajo llegó al n.º 25 de los "charts" británicos y, aunque no fuera un éxito de masas, es un disco perfecto donde la esencia del clásico "hard rock" sureño de Lynyrd Skynyrd se une a los sonidos más duros que empezaban a gestarse en la década dando resultado a un LP ágil, divertido, rebosante de fuertes "riffs" sencillos y llenos de sentimiento y energía "rockera".
Es cierto que Farrar no era Brown, pero su voz se ajustó bien al sonido que imprimieron los demás músicos en este plástico donde destacan piezas tan sólidas como "Double Talker", "Few and Far Between", "Get her Back" o "Poison Pen" y la curiosa balada "The Rambler", que nos trae lo mejor de aquellas tierras donde los Allman Brothers comenzaron a hacer historia. El triunvirato de guitarras Hlubeck/Roland/Holland conseguía ejecuciones vibrantes llenas de maestría y la base rítmica nunca perdía un ápice de su dinamismo.
En general este álbum, que consiguió disco de platino, es continuista del sonido del anterior y de la estética guerrera que mostraban en sus portadas, a cargo del dibujante Frank Frazzeta. Un álbum que no hay que relegar al olvido por nada del mundo por muchos otros súper-éxitos que salieran a su alrededor.
-Un "power trío" de grandes cualidades que empezaba a hacerse su hueco a finales de los '70 llegó con el que sería su mejor trabajo a comienzos de la década.
El 8 de Noviembre ya se vendía "Ace of Spades", Motörhead subió puestos en los "charts" hasta quedarse en el 4.º y poco después su obra llegaría a disco de oro, y no era para menos.
Una batería apocalíptica, una guitarra desgarradora y una voz que parecía una hormigonera en funcionamiento rompían tímpanos con un álbum ya clásico de "heavy metal", sin pausas, que no te da un respiro, con canciones cortas, directas a la yugular, que servían para quemar los equipos de música.
-Si hay que nombrar un disco en directo de aquel año yo diría el que realizaron Whitesnake el 3 de Noviembre y que corresponde a dos conciertos grabados en el Hammersmith Odeon en 1.978 y 1.980, de título "Live...In the Heart of the City", que recogía las canciones más clásicas del grupo y la gira correspondiente del "Ready An' Willing", también de 1.980.
En esta monumental actuación estuvieron presentes los compañeros que David Coverdale tuvo cuando éste se metió en Deep Purple, Ian Paice en la batería y Jon Lord en los teclados. La pareja de guitarristas Bernie Marsden/Mick Moody eran también dos músicos de gran calidad, con un estilo a las seis cuerdas muy clásico y "blues".
Todos ellos dieron lo mejor de sí en aquel escenario. La clásica "Come On" del "Snakebite" se guardó al público en el bolsillo, y luego fueron llegando la animada "Sweet Talker" y la memorable "Love Hunter", que mantuvieron el clima al rojo vivo, para traer los teclados y el ritmo del "Fool for your Loving" y la sobresaliente interpretación del "Ain't gonna Cry no More", donde Coverdale demostraba que tenía una de las mejores voces del "rock", profunda, desgarrada y de pura esencia "blues".
Al final llegaba un emotivo "Ain't no Love in the Heart of the City" que ponía los pelos de punta, seguido del potente "Trouble" y la revisión del "Mistreated" de Deep Purple. Más de 10 minutos que resultaron ser un broche de oro para una sesión inolvidable, llena de sentimiento y poder "rockero" plasmado en un álbum doble que llegó al 5.º puesto en los "charts" de Inglaterra, consiguió el certificado de platino y hasta se hizo un hueco en el Billboard 200 de EE.UU.
En la portada estarían los seis músicos que habrían de pasar a la historia por la cantidad de orgasmos (musicalmente hablando) que le dio al público en aquellas inmortales actuaciones.
Y así terminaría mi lista de los 10 mejores álbumes de aquel año, aunque tampoco hay que olvidar otros tantos que tuvieron una buena repercusión por las mismas fechas. Como fueron el "Women and Children First" de Van Halen, que seguía con la tónica de siempre, la cual había hecho que el grupo tuviera éxito desde que empezó. El "Animal Magnetism" de Scorpions y el "G-Force" de Gary Moore tampoco se quedaron atrás, como aquel "No Place to Run", de UFO.
También hay que hablar de tres debuts importantes. Primero el de Tygers of Pan Tang, una de esas bandas que capitaneó la N.W.o.B.H.M. y que cosecharía éxito en años posteriores; el de Angel Witch, uno de los pilares del nuevo movimiento inglés y que tuvo su mejor obra en ese primer disco, y el de una formación que revolucionaría la escena del "heavy metal", Iron Maiden, con su "rock" sucio y mercenario a medio camino entre el "punk" y el "heavy" de la New Wave.
Así como los debutantes Def Leppard, que empezaron a ganarse la reputación que harían de ellos lo que son, con su "On Through the Night". Como otras que también salieron al mismo tiempo, Girschool, una banda llena de feroces féminas que practicaban un "rock" callejero sin paliativos y que darían su mejor trabajo al año siguiente.
Por otro lado, cuatro gigantes que llevaban tiempo en el negocio también destacaron en la escena. Por ejemplo Nazareth con su "Malice in Wonderland", una vuelta de tuerca al estilo que practicaban en su anterior "No Mean City", y que les lanzó a explorar terrenos más melódicos, llegando a introducirse en el "AOR" y en un "rock" hecho para ir directo a las emisoras FM.
Jethro Tull sufrió un cambio drástico cuando Ian Anderson modificó a prácticamente toda la alineación del grupo y realizó el controvertido y poco acertado "A", metiendo sonidos "pop" y electrónicos a su clásico "rock", cosa que desconcertó a los fans.
Uriah Heep se puso a sonar como Alan Parsons Project por el sonido de los teclados y la voz de John Sloman en "Conquest". A pesar de que el exceso de comercialidad se convirtió en un hándicap fue un interesante disco del grupo a rescatar hoy en día.
Y los sinfónicos Supertramp también quedarían en la Historia gracias a su directo "Paris", donde el talento irrepetible de sus músicos alcanzarían su mayor expresión en aquel escenario el 29 de Noviembre de 1.979.
Y hablando de gigantes, aquel año un grupo desaparecido del mapa, Atomic Rooster, publicó el que sería su penúltimo disco, llamado como ellos, con John DuCann y Vincent Crane mostrando que la creatividad, ingenio, carisma y clase que siempre habían tenido jamás les había faltado.
Como ya dije, los álbumes que menciono serán más importantes para algunos y prácticamente inolvidables para otros. Lo que se tiene que hacer es colaborar y que cada uno ponga su aportación nombrando cuales serían los 10 mejores álbumes de su lista personal.
Ya la semana que viene hablaré de la primera mitad de la lista de álbumes de 1.981 que merece la pena recordar, entre los que se cuentan verdaderas obras maestras de la música.
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