La lástima es que esta grabación solo está disponible en DVD, aunque el paquete contiene un CD audio con el mismo programa de acompañante y si lo quieres tener “oficial”, lógicamente te tienes que hacer con el DVD o recurrir a la descarga.
Esta segunda entrega en directo con el mismo nombre, tiene la particularidad de ser un “Live Studio Sessions” es decir lo han grabado “a pelo” en su propio local de ensayo y está destinado a los fans de todo el mundo. Si en mis tiempos hubiésemos tenido esa posibilidad de autogestión con los medios técnicos actuales, otro gallo hubiese cantado y no nos habríamos conformado con horrorosas casetes de sonido guarro imposibles de mejorar hoy digitalmente. Esto lo debieron grabar entre 2010 casi a la par o poco antes del “Comm”. Acababa de entrar el joven Luke Machin y aparece un batería de transición llamado Tony Latham. Parece un disco de estudio por la calidad de grabación y la precisión técnica de los músicos, pero según los créditos lo único es que el escenario es su propio local. Admirable.
Ya de entrada la fantástica “Where Are They Now” del “Down And Out…” (uno de mis favoritos) nos sube la adrenalina y la alegría en 20 minutos impagables y como tocan señor dios. Cuanto lejos están de la mediocridad reinante de hoy día. La música no cansa, no aburre y te pide más y más. La voz de Tillison hasta resulta adictiva y agradable.
” The Minds Eye” es una excelente pieza inédita con un groove organ y un Luke Machin desatado que ponen los pelos de punta y que a veces parecen recordarnos a unos Gong-Hillage Emersonizados. Es una pieza salvaje y energética llena de variaciones que en 8 minutos pasan como una exhalación.
En los 10 mtos siguientes nos perdemos en Paris con la elegancia suficiente para que Theo Travis mime los vientos y los Caravan más tiernos del “perro ciego en San Dustans” nos alegren el día. Claro está que la composición nos despista por diferentes derroteros y enriquecen aún más lo bueno del tema. Luke se sale. Qué bueno es el jodío de él. Tiene la edad de mi hijo, también guitarrista y muy bueno, y ahora ya es amor de padre aunque os resulte cursi. Que le voy a hacer. Una dosis de paroxetina con un sinte áspero y saxo pornográfico nos sirve de entretenimiento para romper rutinas en una versión superior al estudio. No es música para modositos o tibios.
A Sale Of two Souls es otra primicia no conocida, algo oscura y reservada que nos sienta el culo en una piedra del camino. La sombra de Hammill y Van Der Graaf acecha como un sarpullido aunque la flauta nos suavice la piel.
Tenía que estar “GPS Culture” para hacernos subir a la cima en lo que es un clásico de Tangent y como alternancia emocional a lo anterior. La “alegría prog” y no se habla nunca de este concepto en una música como la nuestra. El rock progresivo es alegría en vena. Es música para hacernos mejores como seres humanos. Para ser generosos como personas. Para desarrollar nuestra inteligencia y eliminar la sinrazón de los prejuicios e incluso la intolerancia absurda del insensible convulso mundo actual y de lo que como individuos a veces no comprendemos o no queremos comprender. No todos lo ven así, me consta y lo respeto, pero a veces me duele por lo cercano, pero hay que envejecer o ser un buenazas en mi caso (nada malo) para entenderlo, con lo que ello implica.
The Tangent es el único grupo de rock progresivo actual que conozco con una sensibilidad social y un sensato mensaje político real del enloquecido, estúpido y patético mundo del siglo XXI. ¿ Podemitas…? puede… y me gustaban al principio, ahora realmente no, y ya son como todos. No somos un mundo perfecto pero yo al menos lo intento porque no me gusta lo que veo. Mientras tanto la música sigue muriendo sola pero algunos la revivimos como aquella oda a la alegría del “outsider” sordo alemán que todos conocemos. El individuo es la última solución.
En el CD de audio no está “In Darkest Dreams” pero en el DVD dan buena cuenta de ello. Si llegados este punto ya te has enganchado con The Tangent, aquí tienes una joya de disco a la que no le valen peros.
Alberto Torró
Alberto Torró