Para el siguiente trabajo firman por una filial de EMI records en 1972 y graban “Divergence “ un álbum mejor planteado que el anterior, donde las melodías de jazz-bluesy de medio tempo dominan y ofrecen su apertura en “Second Line” una agradable pieza que puede sonarte a la mayoría de grupos de aquella época con su cadencia de piano y vericuetos diversos de fusión próximos a Colosseum, Nucleus o incluso Greenslade que no andarían muy lejos.
El tema título nos aproxima descaradamente a Focus en su estructura melódica y si imaginamos que quitamos el saxo y lo cambiamos por la flauta de Thijs van Leer suena casi exactamente al Moving Waves, pero lo suficientemente jazzificado. El sinte tiene alguna línea que lo desmarca, pero sigue sonándome terriblemente a Focus.
“Fever” juega un rato con la electrónica y se va por los “cerros de Úbeda” hasta que el Fender Rhodes y la flauta se ponen en plan pastoril Caravan/Machinero de marca registrada, lástima que sea tan breve porque podían haberle sacado tajada y no quedarse en cuatro minutillos de nada. Pero lo arreglan en la siguiente pieza de 12 mtos que en su primera parte, no tiene nada de prisa y es un tranquilo paseo, ahora casi a la Traffic del “The Low Spark…” donde el saxo se erige en defensor prominente del número, mientras el piano eléctrico se balancea sobre un ritmo pausado pero firme. Tema de sofá, copa y cigarrillo, y hacia la mitad surge el cambio y para no aburrir, un corte a la Soft Machine toma el relevo donde por momentos parece que estemos escuchando el “Third” o el “Four” con Hooper/Wyatt marcando el tiempo. Esta es una buena pieza sin duda y lo más próximo al Canterbury que puedas pensar.
“Theme” es un breve y delicado interludio a modo de puente para acabar con “New Dimension” y de nuevo una especie de balada rock-jazz-blues aparece en escena que puede sonarte nuevamente a una centena de grupos de la época en la misma línea. Nada original pero agradable y elegante. Las partes vocales en este disco están más controladas y mejor adaptadas que en el anterior. Flauta y piano van difuminando poco a poco un disco corto como el anterior pero a mi juicio algo mejor.
Alberto Torró
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