A estas alturas de la película, descubrir algún tesoro electrónico 70's me "llena de orgullo y satisfacción". Eso es lo que me pasó recientemente buceando por la red, y dando con éste disco perdido procedente de Suiza.
Fredy Guye (F. G.) fue un músico activo en grupos amateur desde 1960 a 1975. Parece ser que animado por la corriente alemana, (Klaus Schulze particularmente), y Míke Oldfield, se decidió a emprender una carrera similar.
A esto hay que agregar un dedicado amor por la música clásica, en concreto el Barroco y J. S. Bach. En 1974 ya tenía un pequeño home-studio montado en su casa, todo un logro económico por aquel entonces. Y el dispendio no acabó ahí. Se autoedito "Journey Into a Dream"él mismo, en un "yo me lo guiso, yo me lo como" meritorio para un 1974, en el que incluso dibujó él la portada. La valentía de este hombre no conoce límites, y se embarca en actuaciones en vivo arropado por 2 órganos Philicorda, una guitarra eléctrica, un sintetizador y varios pedales. Modesto, pero seguro. Del álbum edita una tirada de 100 copias que venderá en sus conciertos. Como puedes imaginar, hoy están más cotizados que el autógrafo de Hendrix en un disco de Parchís. Al año siguiente, se atreve con un single. Hasta que en 1980 edita "Hope", poniendo fin a su carrera como sintetista. Los nuevos tiempos no debieron gustarle mucho al bueno de Guye.
Dos largas suites, que en realidad pertenecen a la misma sesión, incluye su debut. "Journey Into a Dream" (20'32) y "2335" (23'35), muy imaginativamente titulado. Todo fue grabado en una sola toma, como podemos imaginar, live in the studio. La primera tiene una fuerte influencia Schulze de sus primeros discos, "Irrlicht" y "Cyborg", así como de Ash Ra Tempel. La mística sacra que fluye de su fuerte inspiración barroca es sencillamente entusiasmante. Con poca cosa, y técnica normalita, Fredy Guye nos atrapa en su mundo fascinante casi sin darnos cuenta, con mantras melódicos de hipnótica atracción. Igualmente el uso predominante del órgano, y unas guitarras gilmourianas, nos abducen al misterio sonico de Pompeya. Situando esto en territorio Pink Floyd cerca de "A Saucerful of Secrets" - "More" - "Ummagumma". Incluyendo esas espectrales voces que parecen llegadas desde otra dimensión.
La segunda cara continúa el trip de la primera, ya que "2335" no es más que la continuación de esa misma sesión mágica. Los sugerentes ambientes sacros son perfectos para un concierto en una catedral, algo muy usual por entonces. De hecho consigue el mismo efecto que alguno de esos conciertos a los que he asistido con el hiper-gigante órgano de tubos de la Basílica de El Pilar o la Iglesia de Santa Isabel, en Zaragoza. Siip, es para lo único que suelo ir a misa. Las melodías se tornan aquí más progresivas, casi medievales, y con unas muy lógicas y acertadas resoluciones. Vuelvo a insistir en el mérito de Guye, para mantener tu atención en todo momento con un equipo de lo más humilde. Como que se pone el tío al mismo nivel que unos Tangerine Dream de "Zeit", "Atem" o "Alpha Centaury". Ésta pequeña joya fue reeditada en cd en 1993 por Thors Hammer, y seguramente estará en el limbo de los descatalogados imposibles.
Una maravilla hecha con pocos medios e inmensa ilusión.
Se nota al instante.
J.J. IGLESIAS
Temas
1 Journey Into A Dream 20:32
2 2335 23:35
Bonus-Tracks:
3 Happiness 4:02
4 Church 4:32
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