La pasada semana no pude estar con vosotros porque el sistema operativo de mi ordenador estaba hecho un asco y tuvieron que repararlo. Quiero agradecer a mi amigo J.J.Iglesias su buen hacer y su buena pluma al cubrir mi ausencia momentánea. Subsanado el asunto volvemos con los suecos que después de sus dos primeros “cándidos” trabajos vuelven en 1985 con un giro hacia el jazz-rock, pero con un estilo personal que a partir de aquí irá hacia una música mucho más compleja y entretenida.
“Sea Reflections” ya no suena tan pastoral ni prog-folk como los anteriores, pero sin perder en encanto inicial y limpio en su forma de construcción compositiva y con sus suficientes dosis de symphonic rock. Otro disco relativamente corto con 38 mts de música en ocho piezas también de corta duración. Esta vez ya se trata de un disco totalmente instrumental en línea con una especie de jazz melódico y los teclados de Matts Johansson y Jan Severinsson pueden sonarnos a veces entre un cruce de George Duke y Pete Bardens. El empleo de la marimba y el vives, así como un mayor uso de instrumentos de viento, le dan al disco su peculiar forma de fusión-prog. La inclusión de la sección de viento como trombón, saxos, trompeta y flugelhorn imprimen un aire más festivo y desenfadado y el sonido es más vibrante que antaño.
Tras la frivolidad urbana de “Blizzard” entra la primera gran pieza del disco: “Batseba” con guitarra y ambiente rítmico a medio camino entre Latimer y Santana. La melodía de guitarra es memorable. Lástima su brevedad. Las dos partes que dan título al disco difieren sensiblemente. La primera con su inicio de tormenta, suena muy funk a la Weather Report- George Duke- Zappa en sus escapadas instrumentales típicas y muestran ya definitivamente el poderío sonoro de esta banda. La segunda parte es más meditativa, atmosférica y sinfónica que va perfilando los diferentes aspectos del sonido de Isildurs Bane. La guitarra de Mats Nilsson está estupenda y las melodías del sinte son exquisitas, en parte vuelven en este tema a los discos iniciales.
El resto del disco alterna de todo un poco, el aire jazzy desenfadado predomina generalmente hacia algo más alegre. La incitación al movimiento y al swing es constante en temas como “Poseidon” o “Top Secret o al estilo cool de un Miles Davis de sus últimos años en delicadas baladas instrumentales totalmente jazz como “Bilbo”. En 1986 comienzan a salir de gira fuera de su país de origen principalmente en Alemania, donde durante tres semanas darán varios conciertos de éxito total que ellos mismos valoran como una maravillosa experiencia personal. “Sea Reflection” es sin duda un disco de transición de todo lo que está por venir. También es su trabajo de más fácil escucha y de menos complicación e intensidad. Pero ante todo es un buen disco.
Alberto Torró
Sea Reflections / Eight Moments Of Eternity
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