La influencia de la West Coast fue marcada en el deambular diario de los músicos hippies en las Islas Británicas. Claro que no es lo mismo acatar el estilo con clima soleado, playero, surfista y ligón, como en San Francisco, a hacerlo en la siempre lluviosa Gran Bretaña. La cosa cambia en mucho. Así, la "british Costa Oeste" de bandas como Cochise, Heads, Hands & Feet, Help Yourself, McGuiness Flint, Sutherland Brothers o Brinsley Schwartz, tenían su inequívoco tono tristón directamente conectado con el clima, aunque su personalisimo folk también ayudara a ello.
Keith Cross, que venía de crear un muy distinto monstruo progresivo con T2 hacía muy poco, pareció interesado en cambiar de aires. Buen cantante y mejor guitarra, se une con Peter Ross, (hermano de roles), procedente de los rock blueseros Hookfoot, a veces banda de acompañamiento de Elton John. Consiguiendo un nuevo contrato con Decca tras el ninguneo incomprensible de su anterior aventura en T2. Hay gente que no escarmienta.
Reúnen un buen puñado de canciones y se juntan con eficaces músicos de su microcosmos. Nick Lowe, guitarra de Brinsley Schwartz. B. J. Cole, pedal steel guitar de Cochise. O los vientos siempre oportunos de Jimmy Hastings, de Caravan. Sí, los ingleses fusionaban con total naturalidad el country rock soleado con el brumoso prog británico, y al invento, o a una parte de él, lo llamaron "pub rock". Normal. Donde pasan más rato? En la "soleada playa" va a ser que no.
El único álbum de ésta reunión, "Bored Civilians", es una de esas raras joyas que se deben a la conjunción de los astros. Las acústicas son para seguir atentamente. Y las voces celestiales conectan con lo mejor de CSN, Seals & Crofts, Brewer & Shipley, America o toda la mafia de Laurel Canyon.
"The Last Ocean Ride" (6'57) se adelanta unos años a las languideces perezosas de The Eagles, con el mismo orgullo instrumental, si no más. Dan Fogelberg o Firefall en cruce mutante con Pink Floyd y Caravan. Eso se llama imaginación. El tema-título es una pequeña delicatessen que sirve de entremes para el gran festín.
"Peace in the End" es tomada prestada a Trevor Lucas y Sandy Denny, de sus incomprendidos Fotheringay, para formar una pieza más en concordancia con The Band.
"Story to a Friend" (11'06) es otro de los platos fuertes. Los ritmos de Steve Chapman (batería) y Sid Gardner (bajo), con la complicidad teclistica de Peter Arnesen y la deliciosa flauta de Jimmy Hastings, crean una textura policroma a la altura de Traffic o Manassas.
La excelencia compositiva sigue en la otra cara con elegantes rolas del calibre de "Loving You Takes So Long", "Pastels", "The Dead Salute" o " Bo Radley", que ponen en serio compromiso al material de Bread en sus dos primeros discos. Y eso es echarla bien gorda. Finalmente "Fly Home" (7'02) es otra maravilla acústica para días lluviosos (pero con esperanza)......"simply irresistibol".
Afortunadamente puedes evitar que te echen de casa por comprar un original (entre los 400 / 800 machacantes), y hacerte con la golosona reedición en cd + bonus de los samaritanos Esoteric.
Tu alma, corazón y vida, te lo agradecerán.
J.J. IGLESIAS
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