Iniciamos año y sección, pero no una sección cualquiera. Llevo varias décadas escribiendo cosas sobre música y tengo que reconocer que llegué muy tarde a escuchar a esta banda francesa por lo que yo me auto considero como “un recién llegado” al mundo del Zeuhl y a su filosofía musical, que no un advenedizo, porque en poco tiempo he aprovechado bien la lección y el tiempo en los últimos dos años.
Vi sus discos en los 70´s, posiblemente alguno editado incluso en España, que es mucho decir. Algún que otro comentario que llegaba a mis oídos, leves recomendaciones, a las que no hacía mucho caso porque he de reconocer mi absoluta indiferencia por décadas a esta banda y probablemente por un prejuicio tonto hacia aquellas fotos de tipos raros como sacados de una secta, todos de negro, con un colgante metálico parecido a una garra o a un signo pseudo-religioso extraño. Además eran franceses, cuando por aquel entonces yo estaba loco por la música sinfo británica (cosas de críos y también de pijos). Vaya cuadrilla de chalados pensé. Y pasaron años, décadas. Se hablaba en las publicaciones de vez en cuando de su líder Christian Vander, de su lenguaje inventado: el “kobaïano”, ¿qué cojones es eso me preguntaba? Su intensa mirada tocando la batería parecía la de un tio pasao de rosca muy loco de remate. Me acordé del zumbao acid-porrero de Daevid Allen de Gong, pero este Christian me daba más grima y aunque algo misterioso e intimidador por el brillo de sus ojos, parecía más inteligente y extraño.
Mi contacto con la música francesa ha sido principalmente y desde antaño, con la clásica modernista vía Debussy-Ravel y con la Belle Epoque del Groupe des Six: Poulenc, Milhaud, Honegger etc… La Francia más popular la representaba para mí, la chanson, la boheme y el rock macarra-ligón del guaperas Johnny Hallyday que en paz descanse. El prog vino con cuentagotas: Ange, Monna Lisa, Minimun Vital, Atoll, Pulsar y tantos otros. Magma era una asignatura pendiente imperdonable, máxime si visto ahora para mí están a años luz del resto. Cuando generalmente hablamos de bandas y grupos encuadrados en tipos determinados de música, estamos hablando de bandas que forman parte de un estilo ya creado sea jazz, rock, folk, blues o prog. ¿Sin embargo que ocurre cuando hablamos de alguien que ha creado un estilo de música?... que el desafío es enorme porque ya no valen las referencias. No es que Magma no tengan referencias, claro que puedes buscarlas, es inevitable, pero es que las referencias de Magma es la propia música y la herencia de su vasto mundo, que nuestra mente ante lo desconocido, tiende a buscar cómplices estéticos.
Es difícil a día de hoy inventar una música nueva y el rock progresivo tuvo esa insolencia. Pero fue una amalgama, una formula cercana a la química, los elementos ya existían y dieron con una mezcla nueva. Decir que Magma partió de cero es exagerado e inexacto. Pero la “forma” y la originalidad de su “hallazgo”, no tiene parangón alguno en la historia de la música. Decir esto, es decir mucho. Puede que la originalidad y la calidad es lo máximo que se puede decir de un grupo y desde luego en este sentido, Christian Vander puede estar orgulloso de su criatura. Solo los genios lo consiguen y aunque siempre he dicho que no creo demasiado en los genios, sólo tres personajes al margen de los clásicos eternos, tienen esta definición para mí: Frank Zappa, John Coltrane y por supuesto Christian Vander. Los tres hicieron música nueva, diferente y sin equivalentes históricos. Lo de Coltrane diréis, viene al caso, claro que fue la figura esencial en la mente y el espíritu de Vander. Un rompedor de esquemas como él.
Es difícil a día de hoy inventar una música nueva y el rock progresivo tuvo esa insolencia. Pero fue una amalgama, una formula cercana a la química, los elementos ya existían y dieron con una mezcla nueva. Decir que Magma partió de cero es exagerado e inexacto. Pero la “forma” y la originalidad de su “hallazgo”, no tiene parangón alguno en la historia de la música. Decir esto, es decir mucho. Puede que la originalidad y la calidad es lo máximo que se puede decir de un grupo y desde luego en este sentido, Christian Vander puede estar orgulloso de su criatura. Solo los genios lo consiguen y aunque siempre he dicho que no creo demasiado en los genios, sólo tres personajes al margen de los clásicos eternos, tienen esta definición para mí: Frank Zappa, John Coltrane y por supuesto Christian Vander. Los tres hicieron música nueva, diferente y sin equivalentes históricos. Lo de Coltrane diréis, viene al caso, claro que fue la figura esencial en la mente y el espíritu de Vander. Un rompedor de esquemas como él.
Christian Vander es hijo de músicos reconocidos. Su pasión por el jazz parte de la infancia y su maestro en la batería fue el propio Elvin Jones, el batería de John Coltrane nada menos. La Francia de los sesentas fue un hervidero del jazz, la bohemia y la vanguardia. Vander tenía una precoz formación en las músicas más libres y extremas de la época. La otra parte viene de Stravinsky, Bartok y probablemente Carl Orff o Hindemith por cercanía estilística. Aunque Vander admitió en una ocasión no haber escuchado nunca el Carmina Burana de Orff, cosa que dudo, la estructura de las voces sería fundamental para el mundo de Kobaïa, que estaba por llegar. Pero que es Kobaïa…?...un planeta imaginario y espiritual creado en la mente de Christian Vander. Una civilización avanzada que unos pocos terrícolas aterrorizados del inminente desastre de la Tierra, descubren en su huida en una nave interestelar. Los humanos pedirán ayuda a las criaturas radiantes de Kobaïa, pero para instaurar una nueva y pacífica sociedad inspirada en el amor y la espiritualidad, previamente los kobaïanos tendrán que destruir y limpiar el corrupto planeta Tierra con sus cabrones, tontos e hijos de puta juntos. Ciencia ficción que creará el universo magmático no exento de polémica ideológica a veces, como una historia genérica y conceptual a lo largo de las décadas de existencia del grupo. Tela marinera. Efectivamente Magma es un grupo conceptual y Vander su maestro de ceremonias.
Para hacer esta música Vander llegó a una conclusión histórica: después de la muerte de John Coltrane por cáncer en 1967, la música de “jazz” ya no podía ser igual. Radical definición sin duda. Pero no solamente de jazz va a vivir Magma. La música kobaiana que “no existe” hay que crearla y ríete tú de toda la literatura fantástica que habla de distopías y futuros apocalípticos tipo Orwell, Huxley, Arthur C. Clarke, Assimov, o Frank Herbert y de todas las cosmologías futuristas. Vander ha creado hasta un idioma propio, mezcla extraña de terminología germánica, antiguo bretón o dios sabe qué. Pero funciona y cómo funciona. Absolutamente fascinante. Para los que no conozcáis a Magma, advertiros que el camino no es fácil, pero si logras entrar y te familiarizas con ellos y con su música, ya te es imposible salir.
La andadura de Vander y su mitología se inició en 1969, con un doble álbum editado en 1970 llamado genéricamente “Magma” y con intraducibles títulos para el profano en la materia. En palabras del propio compositor la crítica le dijo “eso no es posible…esa música no es posible” y conste que este primer trabajo es todavía un esbozo o mejor dicho una toma de contacto con lo que está por venir. Sinceramente el alejamiento completo con la llamada “música rock convencional” ya es palpable. Si quieres una aproximación no está del todo lejos del lado más vanguardista del Canterbury a lo Soft Machine , del primer Zappa, de la música de cámara de vanguardia y por supuesto del free jazz. Pequeñas similitudes por manía comparativa y por situarnos si quieres, que desaparecerán por completo ya en los siguientes discos. Las voces van a ser ya desde el principio el motivo central. Sin embargo el “Zeuhl” puro (traducción de celestial) o dicho de otra manera, el estilo de música así calificado por Christian Vander, está todavía por venir en los siguientes discos y éste podríamos calificarlo de un extraño y original jazz-rock. El combo de Vander siempre ha sido numeroso entre siete músicos en adelante. Ello incluye sección de metal y viento en sus primeros trabajos y una tremenda y enrevesada sección rítmica donde los pianos tanto eléctrico como acústico tienen una preponderancia vital en la música más en un sentido percusivo, martilleante y obsesivo que lírico o armónico. Las voces es otro mundo del que hablaremos con frecuencia. En este sentido la tremenda y peculiar voz del barbudo Klaus Blasquit con su pinta teutónica, va a ser fundamental en estas primeras fases del Magma.
A partir de esta semana dedicaremos este apartado a la música de Magma y que los dioses kobaïanos me perdonen por tal descaro y atrevimiento.
AlbertoTorró
Temas
1. Kobaia 00:00
2. Aïna 10:09
3. Malaria 16:24
4. Sohïa 20:46
5. Sckxyss 28:27
6. Auraë 31:14
7. Thaud Zaia 42:06
8. Naü Ektila 49:06
9. Stoah 01:02:03
10. Mûh 01:10:11
Nota: si te gusta el artículo compártelo (Facebook, Twitter, g+, etc) pulsando en
que está al final del artículo, de esta forma contribuirás a la continuidad del blog. Gracias